Cuando hablamos de encontrar un sentido a la vida, solemos imaginarnos consiguiendo grandes logros o momentos en los que alcanzamos ese éxito que tanto ansiamos. Sin embargo, según Arthur Brooks, el camino hacia una vida significativa no se encuentra únicamente en los triunfos. Es a través de nuestras experiencias donde realmente hallamos el propósito que nos impulsa a seguir adelante.

Brooks desafía la creencia común de que la felicidad es un camino de rosas, y nos abre los ojos para enfrentarnos con una nueva forma de ver las cosas. Una nueva puerta que, si te animas a cruzar, te acercará a ese propósito vital que todos ansiamos encontrar. ¿Quieres saber en qué consiste este consejo tan inesperado?

El motor que da sentido a la vida

Arthur Brooks es todo un referente en lo que se refiere a felicidad. Sus logros académicos y personales lo han convertido en un absoluto experto en la materia, que imparte en forma de asignatura en la Universidad de Harvard. Y con esta misma autoridad que le confiere su posición, desafía una de las creencias más comunes en nuestra sociedad: la idea de que la felicidad se encuentra en evitar el dolor y las dificultades.

Lejos de esta idea tan común y extendida, Brooks nos propone que la verdadera profundidad de la vida, ese sentido que todos queremos encontrar en la vida, no proviene de acumular logros ni de mantenernos en la zona de confort. Si no que proviene, directamente, del sufrimiento.

Para Brooks, el sufrimiento no debe ser visto como un castigo, sino como una oportunidad para desarrollar cualidades esenciales, como la resiliencia, la gratitud y la fortaleza interior. Cuando las cosas no salen como planeamos o enfrentamos momentos de gran adversidad, es entonces cuando nuestra capacidad de adaptación, nuestra flexibilidad mental, nos obliga a redefinir nuestras prioridades.

Esto nos permite ver la vida desde una perspectiva más rica, en la que no solo valoramos los momentos de alegría, sino también aquellos en los que superamos nuestras propias limitaciones.

Un consejo algo insospechado

Abrazar el sufrimiento. Esa es la idea que Brooks nos propone para descubrir nuestro propósito en la vida. Aunque no se trata de inducirnos en un dolor buscado, no tiene nada que ver con el masoquismo o la autoindulgencia, ni con el victimismo, que nos encierra en el sufrimiento. No, se trata de arriesgar más.

Para muchas personas, el sufrimiento está estrechamente vinculado al miedo, en especial a fracasar o perder algo. Pero Brooks desafía esta perspectiva, asegurando que el verdadero problema no está en el sufrimiento en sí, sino en la falta de disposición para arriesgarse.

Vivimos en una cultura que a menudo nos impulsa a buscar la seguridad, a quedarnos en zonas conocidas, en las que los riesgos son mínimos. Sin embargo, esta búsqueda de una vida predecible puede hacernos perder increíbles oportunidades. En contrapunto a esto, Brooks, asegura que el riesgo no solo implica posible sufrimiento, sino también la oportunidad de crecer. Las personas que arriesgan, aunque pueden fracasar a corto plazo, a menudo logran un mayor sentido de satisfacción y propósito a largo plazo. Es su experiencia propia y su opinión de experto, por lo que el valor del consejo vale por dos.

Las siete claves para ser feliz

Ahondado en esta idea de perseguir la felicidad, algo que Brooks defiende como un camino de esfuerzo, y no como un estado inherente de la existencia, el experto nos da siete consejos sencillos que puedes aplicar en tu vida desde ya:

  • Arriesga más. Rescatamos el tema central de este artículo, pues con el que comienza el experto. Brooks afirma que las decisiones seguras no siempre nos llevan al crecimiento. Salir de tu zona de confort, enfrentarte a retos que te impulsan a desarrollar nuevas capacidades, te convertirá en una persona más resiliente y feliz.
  • Convierte debilidades en fortalezas. Tus debilidades no son obstáculos, sino oportunidades disfrazadas. Aceptar tus imperfecciones es la clave para transformar tus hándicaps en fortalezas. No los escondas, abrázalos y aprende de ellos.
  • Vivir con un propósito claro. Según Brooks, una vida sin propósito es como un barco a la deriva. Tener metas claras, tanto a nivel personal como profesional, nos brinda una dirección y una razón para levantarnos cada mañana con energía. Este propósito puede ser algo sencillo, como ayudar a los demás, o tan ambicioso como cambiar el mundo.
  • Centrarte en lo que realmente importa. En un mundo que nos bombardea constantemente con distracciones y falsas prioridades, tener en mente lo que realmente tiene valor para ti es fundamental. Esto significa saber decir “no” a lo que te aparta de tus deseos y decir “sí” a aquello que enriquece tu vida.
  • Crea conexiones auténticas. La búsqueda de éxito material puede alejarnos de las personas que más nos importan. Por eso, Brooks nos invita a priorizar las relaciones humanas, dado que son las que nos proporcionan el mayor sentido de pertenencia y bienestar. Conectar de manera auténtica con los demás es uno de los pilares más sólidos para vivir una vida feliz.
  • Aceptar que la vida es incertidumbre. La búsqueda de seguridad absoluta es una ilusión. Brooks destaca la importancia de aceptar que la vida es impredecible, y que el cambio es una constante. Al abrazar la incertidumbre y vivir con flexibilidad, seremos capaces de adaptarnos a las circunstancias y de encontrar paz incluso en medio del caos.
  • Cultivar la gratitud. Finalmente, Brooks nos recuerda que la felicidad no está en tener más, sino en agradecer lo que ya tenemos. La gratitud nos ayuda a valorar el presente y a encontrar alegría en las pequeñas cosas de la vida. Practicarla diariamente, por medio de un diario o dando las gracias por algo cada noche, antes de cenar, puede transformar nuestra percepción de la realidad y aumentar nuestra sensación de bienestar.