Seguramente conoces a muchas personas de tu entorno (o tu mismo/a) que se quejan de no tener tiempo a diario y es que la falta de tiempo es uno de los mayores problemas de nuestra sociedad. ¿Qué suele fallar en la gestión del tiempo para que no lo tengamos?

Los problemas de organización, el exceso de actividades que no siempre son importantes, no saber decir que no, no saber priorizar, la falta de atención o el cerebro multitarea suelen estar detrás de esta mala gestión.  La psicóloga Patricia Ramírez, más conocida en redes como Patri Psicóloga, con más de 670 mil seguidores solo en Instagram, habla sobre ello en su nuevo libro Cómo tener tiempo para todo (editorial Grijalbo).

Tras recibir muchos mensajes de sus seguidoras acerca de cómo podía disponer siempre de tiempo para todo, decidió escribir un libro en el que comparte su método y, al final, su forma de vida. "Empieza por llegar a menos": ese sería su primer consejo, y aunque pueda parecer sencillo, en la práctica no es tan fácil. Con este manual, pretende que tú también puedas honrar tu tiempo y disfrutarlo.

"Hemos idealizado la hiperproductividad"

Queremos llegar a todo, pero eso es imposible. ¿Qué es lo que nos pasa en términos psicológicos cuando queremos abarcar tanto?
Hemos idealizado la hiperproductividad, hemos relacionado el hacer muchas cosas y estar súper ocupado con el éxito profesional y personal. Así que gran parte de nuestra autoestima depende de estar siempre haciendo muchas cosas.

¿Puede que haya algo que estemos queriendo ocultar?
No sé si realmente queremos ocultar algo o no, pero igual que hay personas que ocultan sus emociones o las parchean bebiendo en exceso, comiendo mal o pasando todo el día de compras… puede ser que, al estar todo el día ocupado, no haya tiempo para pensar en una vida frustrada, en el hecho de no haber alcanzado objetivos, o en cosas que se tienen pendientes. 

¿Por qué decides tratar este tema en tu nuevo libro? 
Pues porque es una pregunta recurrente en las redes sociales. Muchas de mis seguidoras me preguntan cómo me da tiempo para hacer todo, porque es verdad que me ven hacer muchas cosas en redes, me ven viajar, me ven actuar, escribir libros, ven que paso tiempo en familia, que tengo tiempo para correr, para cocinar… La gente se pregunta cómo lo hago. Por eso decidí dar respuesta. Pero, claro, la gente en redes solo ve lo que haces, pero no ve lo que dejas de hacer: qué tareas he priorizado, qué he delegado, a qué he renunciado, con qué ayuda cuento, y había que explicar, primero de todo, que para llegar a todo no lo puedes abarcar todo.

No podemos comparar nuestra vida con la de los demás, porque no conocemos la vida de los demás en profundidad. Y, para llegar a todo, hay que hacer muchas renuncias.

"Nos han vendido que podemos hacer muchas cosas a la vez y eso nos convierte en personas más productivas y con más éxito en la vida"

"La multitarea no existe"

Parece que la multitarea es la nueva pandemia silenciosa...
La multitarea se ha convertido en una pandemia, sí,  porque nos han vendido que podemos hacer muchas cosas a la vez y eso nos convierte en personas más productivas y con más éxito en la vida. Lo que sabemos hoy en día a nivel científico y psicológico es que la multitarea no existe: el cerebro solo funciona en monotarea y, cuando tratamos de ser multitarea, más que estar en varias cosas a la vez lo que hacemos es saltar de una tarea a otra, quebrando nuestra atención, que hoy está ya muy mermada por la manera en la que tenemos de trabajar, de querer estar en todo y la cantidad de estímulos y sobreinformación que recibimos.

Hay gente que lo sigue inculcando, sobre todo a nivel empresarial, pero la multitarea no tiene ningún sentido, porque nos hace cometer más errores, nos hace perder el tiempo y genera estados emocionales como la ira o la frustración. No nos permite disfrutar de la tarea en la que estamos, porque no ponemos atención plena ni intención en lo que hacemos. 

Para tener tiempo, hay que priorizar, ¿cómo lo hacemos? ¿Por dónde se puede empezar a frenar?
Lo primero que debemos plantearnos es que todo lo que queremos hacer en la vida no nos cabe ni en el día ni en la vida. Tendremos que priorizar, es decir, dar importancia a unas cosas y quitárselo a otras.

Yo animaría a la gente a hacer una revisión de su filosofía de vida y de sus valores, empezando por el autoconocimiento. Hay que plantearse qué cosas son importantes en nuestra vida, porque si en nuestra vida es importante hacer ejercicio, o cocinar, y quieres dedicarle tiempo, pero no lo estás haciendo, está claro que estás priorizando otras actividades que igual no son tan importantes. Te has metido en la rueda de hámster y no haces más que ver lo mismo cada día.

Un buen ejercicio que se puede hacer es la rueda de la vida. Por ejemplo, hay batallas que podemos decidir no tener, o intentar no controlar todo. Cuando dejamos de intentar controlarlo todo, nos damos cuenta de que estamos pendientes de actividades de otras personas de nuestro alrededor que nos quitan tiempo y energía para nosotros, y, además, impedimos que esa gente se haga responsable de sus cosas.

"Si nunca tienes tiempo, algo estás haciendo mal"

La mayoría de las personas van estresadas por la vida, ¿qué estamos haciendo mal? 
Estamos viviendo ese síndrome de la vida ocupada, en el que hay que estar siempre haciendo cosas, y que son cosas que no son necesarias. Por un lado, hay un bombardeo en redes sociales de una cantidad de planes que parece que no nos podemos perder. Tú, mientras ves todo eso en redes, mientras estás friendo croquetas, sientes que te estás perdiendo la vida. Queremos estar en un montón de planes que son imposibles de abarcar. Así que lo primero que debemos plantearnos es que no vamos a llegar a todo. Hemos aprendido a recibir la validación externa, pero ¿a qué precio lo hacemos?

"Hay gente que no se plantea quitar algunas de las cosas que les quitan energía, porque están dentro de su zona de confort"

¿Cómo podemos enmendar el error si hemos caído en esa rueda?
Tomarnos un tiempo para reflexionar sobre qué cosas queremos sacar de nuestra vida para que se priorice el descanso. Si en tu vida, de forma regular, no cabe tener un poco de descanso al día, hacer algo de ejercicio y dormir tus horas, algo estás haciendo mal y algo te tienes que plantear.

No vale la excusa de "Yo no tengo tiempo para nada"... Cuando hacemos un análisis exhaustivo de algunos casos, nos damos cuenta de que muchas personas pierden mucho tiempo viendo la televisión, en redes sociales, eligiendo lo que se van a poner… Hay gente que no se plantea quitar algunas de las cosas que les quitan energía, porque están dentro de su zona de confort. 

¿Qué es lo que nos suele robar más tiempo? 
Pueden ser personas, situaciones, actividades, tecnología, incluso emociones. Hay muchos ladrones del tiempo, lo que pasa es que cada uno tiene que entender cuáles son los suyos. Por ejemplo, rutinas como estar comprobando el correo electrónico todo el tiempo, mirando las notificaciones del móvil, ese café con un amigo que te tomas sin ganas, la dispersión o la falta de foco o atención, las series o Youtube (hay personas que entran en un vídeo y van saltando a otro y a otro). También la exigencia o el perfeccionismo.

Muchas cosas nos quitan tiempo, pero cada uno tiene que analizar las suyas y ponerles solución.  

"Tenemos que entrenar la atención"

¿Qué rutinas o hábitos crees que son los más útiles para llevar una vida tranquila o con tiempo? 
Se puede empezar por tener menos: tú todo tiene que ser un “todito”. También creo que debemos crear hábitos que modulen nuestros neurotransmisores, como un buen descanso, meditar, hacer alguna actividad contemplativa durante el día y hacer ejercicio de forma regular. Por supuesto, tener nuestros pensamientos a raya, aceptar lo que no tiene solución y poder abordarlo de una forma más amorosa y menos exigente, menos crítica…

En cuanto a la gestión del tiempo, tener menos actividades y trabajar nuestro foco de atención. Tenemos que entrenar la atención y la intención en el presente, así como no postergar y prometer solo lo que podemos dar.

"La mejor manera de educar a nuestros hijos es a través del modelo: no podemos decirles que no vayan con prisas, si nos ven a nosotras mismas corriendo"

En el libro también hablas de los hijos, ¿cómo podemos trasladarles el sentido que tiene aprovechar el tiempo y, por otro lado, ir sin prisas por la vida?
La mejor manera de educar a nuestros hijos es a través del modelo: no podemos decirles que no vayan con prisas, si nos ven a nosotras mismas corriendo. Tenemos que respetar sus tiempos, que no son los nuestros. Por ejemplo, sus tiempos de descanso... Hay padres que, cuando les ven sin hacer nada, enseguida les dicen que se pongan a hacer algo de provecho.

También hay que hablarles con calma, sin prisa por la mañana. Estas frases de “corre corre”, “venga deprisa”, son frases que las carga el diablo, porque condicionan nuestras emociones y nuestras actuaciones según esa triada psicológica de pensamiento, emoción y conducta. Esta manera de hablar genera ansiedad en nosotros mismos y en los demás: tenemos que aceptar a nuestros hijos con sus ritmos. 

¿Y qué hacemos con los teléfonos móviles?
Por supuesto, darles una educación tecnológica para que sepan usar el teléfono móvil. No prohibir, pero que sepan que durante el día el teléfono no es compatible con sus actividades. Que tengan un abanico, para que tengan su tiempo repartido: el tiempo que dedican al teléfono, porque es inevitable, y que también tengan sus actividades saludables, como hacer ejercicio, jugar al aire libre, estar con gente, pasar tiempo en familia, compartir juegos en casa… Todo eso es importante.