La historia del placer femenino está marcada por una gran lista de despropósitos, censuras, marginaciones. Nunca es tarde para explorar nuestros deseos más íntimos y conocer qué nos gusta, cómo, cuándo y cuánto...
¿Cómo disfrutar del sexo... con una misma?
Aquí tienes unos cuantos consejos básicos para disfrutar de tu propio cuerpo, no necesariamente en un sentido puramente sexual. Son pequeños momentos de espacio personal con los que podemos descubrir sensaciones y emociones nuevas.
1. Coge la agenda y anota un día
Cuando llegue, date un baño, ponte aceites o perfumes, maquillaje si usas... Compra velas y pon música. Importante tener un espejo. Mejor dos: uno de cuerpo entero y uno de mano.
2. Acaríciate, desnúdate poco a poco
Mima cada rincón de tu cuerpo. Usa plumas, sedas y otras suaves telas. Acaríciate los senos. Cuando estés muy relajada y empieces a excitarte, pon la atención en tu entrepierna.
Acércate al clítoris poco a poco, suavemente, reconócelo, siente qué reacción te produce cada caricia, cada gesto.
Mírate. Estás hermosa. Todas las personas, cuando nos excitamos, nos ponemos más hermosas.
3. Busca alrededor del clítoris
Detecta aquellos puntos donde sientes más placer, aunque sea poco, y dedícate a ellos. Tócalos de diferentes maneras. En círculos, vaivenes, fuerte, lento, con presión. Con fricción ligera. A través de los labios externos, con una almohada... Siente cómo cambia tu temperatura, tu respiración y lo que deseas en cada momento.
Escúchate. Jadea. El sonido de tu placer seguramente lo hará aumentar.
4. Sigue así hasta que ya tengas suficiente
No hay prisa. El orgasmo no es una meta. Si llega, bienvenido, y si hoy, por lo que sea, tu cuerpo no lo quiere, siente cómo el placer es también delicioso.
Puede que tu mente, poco acostumbrada a abandonarse al placer, te recuerde una y otra vez cosas de las que debes ocuparte. Incluso puede que te pregunte qué demonios estás haciendo.
Respira hondo y vuelve a tu cuerpo con paciencia, amor y empatía hacia ti.
5. Echa a los “boicoteadores” con este truco
Toma un trozo de chocolate o una copa de vino e invita a tu conciencia, a la imagen de tu madre, a quien sea que te quiera estropear la experiencia, a tomarla en el balcón. Y sigue experimentando.
Prueba a apretar las nalgas y el periné, a tirar el abdomen y el diafragma hacia arriba. A aguantar la respiración. Prueba diferentes posturas.
Y sobre todo: relájate, escúchate y goza.