El miedo a ser juzgado está profundamente enraizado en el ser humano. ¿Cuántas veces hemos soñado que nos juzgan por algo que no hemos cometido o por un suceso que ya habíamos olvidado? Las personas suelen criticar antes de tan siquiera analizar la situación y, cuando el objeto de la crítica somos nosotros, muchas veces nos sentimos indefensos.

A menudo nos gustaría responder a sus acusaciones con una frase célebre sobre las críticas y los juicios de valor. Y podemos hacerlo, ya que multitud de personajes históricos han opinado sobre el tema y pronunciado frases célebres al respecto tan locuaces que son capaces de hacer reflexionar a las personas que suelen criticar. 

En este vídeo puedes ver algunas frases sobre criticar y juzgar a los demás. 

 

Criticar y juzgar sin saber 

En su novela El proceso, Franz Kafka describió de manera magistral esta pesadilla. El protagonista, Josef K, es detenido una mañana en su habitación sin que sus captores revelen cuál ha sido su falta; simplemente le comunican que está siendo juzgado, por lo que antes o después llegará la condena.

A partir de aquí vive una rocambolesca aventura por impenetrables cancillerías y extraños tribunales en los que jamás se le explica de qué está acusado. En una de las escenas más memorables se refugia en una iglesia, donde le explica desesperado al sacerdote que es inocente. "El problema es que así es como hablan los culpables", responde el religioso.

Todos lo hemos vivido alguna vez: tras estallar un conflicto con un compañero o con un familiar, el acontecimiento eclipsa las otras facetas de esa persona. El esposo que ha cometido un desliz es calificado de infiel incurable, y el contable atrapado con un error de cálculo es juzgado solo por esa operación desafortunada.

El Apocalipsis presenta una imagen dantesca del Juicio Final, aunque este relato también se puede interpretar en clave simbólica. ¿ Qué sucede con el final del juicio? ¿Qué nuevo mundo se abre ante nosotros cuando ya no queda nada que juzgar?

Para ser feliz, deja de criticar

Un dicho popular reza "Si quieres ser feliz como dices, no analices" y, ciertamente, la libertad que nos procura abandonar la toga de juez hace que merezca la pena renunciar a esta actitud limitadora.

Al dejar de juzgar nos sentimos reintegrados al mundo, al que ya no le exigimos que sea perfecto. Eso no significa que ignoremos los problemas o que idealicemos la realidad, sino que somos conscientes de las dificultades que nos rodean, pero no nos sentimos confinados por ellas.

Libres de la necesidad de etiquetar y censurar, solo entonces seremos capaces de confiar en la potencialidad de cada individuo y de la familia humana.

En nuestras contiendas diarias, frases como "¿Por qué lo has hecho?" o "¡Nunca me lo habría esperado de ti!" encierran una dolorosa carga de reproche y descalificación.

Al igual que el juez que mira al acusado desde las alturas de la ley, esta actitud hace que nos sintamos moralmente superiores, ya que quien juzga se siente implícitamente libre de lo juzgado.

Cuando renunciamos a juzgar y condenar, en cambio, las paredes que limitaban nuestra comprensión del mundo se derrumban para dejar paso a la aceptación.

Al no discriminar entre "bueno" y "malo" nos abrimos al potencial que encierra cada persona y cada momento, aceptando los distintos platos que la vida va poniendo en nuestra mesa.

Es la agradable sensación que experimenta el meditador cuando, para su alivio, se libera de las amarras mentales. La meditación, entre muchas otras cosas, hace caer los filtros que enturbian la mirada del individuo sobre la vida.

Frases sobre criticar y juzgar

En su decálogo dirigido a los jóvenes escritores, a la hora de hacer descripciones -por ejemplo, de una habitación- Ernest Hemingway remarcaba la importancia de "hablar sobre lo que hay en vez de lo que no hay".

Aplicado a los juicios, un primer paso para deshabituarse del mal hábito de criticar y censurar es prestar atención solo a los aspectos positivos de los demás. En lugar de ver los defectos de las personas que nos rodean, podemos resaltar aquello que sí hacen bien e incluso comunicárselo para reforzar este tipo de actitudes.

Si positivamos nuestra percepción del mundo, llegará el momento en el que ni siquiera necesitaremos juzgar positivamente, ya que estaremos en paz con los demás y con nosotros mismos.

Estas frases célebres sobre criticar y juzgar pueden ayudar a las personas que suelen emitir juicios sin pensar a reflexionar sobre la necesidad de abandonar este mal hábito.