A la hora de crear un jardín o elegir las plantas que ocupan un balcón o una terraza se pueden tener en cuenta varios factores que nos harán decantarnos por unas plantas u otras. Uno de ellos es que se adapten bien a las condiciones climáticas locales. Otro, que las plantas se lleven bien entre ellas. Pueden integrarse, además, en el ecosistema local proporcionando alimento a los insectos polinizadores. Otro factor, por supuesto, es el gusto personal.
Las posibilidades de combinar diferentes plantas son prácticamente infinitas, pero algunas poseen características que las hacen prácticamente imprescindibles.
Una de ellas es tan discreta que a menudo pasa desapercibida y recibe muy poca atención. Sin embargo, es una planta que, si sabes cuidarla mínimamente, se convierte en una increíble aliada de la salud de cualquier jardín, y además es tremendamente útil en la cocina y en la casa.
La menta: una familia de plantas imprescindible
La menta es una planta ideal para la cocina, el balcón o el jardín. Con sus pequeñas hojas verdes se preparan infusiones deliciosas, como el té moruno o marroquí, junto con té verde. También aporta un toque refrescante a las bebidas de verano, como la limonada. Además, estimulan la digestión y mejoran la concentración y la memoria.
En realidad, la menta es un género de plantas que incluye decenas de especies. Las siguientes son las más conocidas:
- Menta piperita (Mentha piperita): es la más popular en los herbolarios por sus propiedades saludables y su sabor. También se usa en cosmética.
- Menta poleo (Mentha pulegium): no falta en los restaurantes como infusión para tomar después de comer y favorecer una buena digestión.
- Hierbabuena (Mentha sativa): muy usada en la cocina como aromática y por sus propiedades digestivas. Sirve para evitar los gases y la hinchazón.
En el jardín o el balcón es una familia de plantas más bien discreta, aunque bien cuidada y colocada también puede resultar decorativa y, desde luego, huele de maravilla.
Las hojas, opuestas entre sí, varían según la especie, y sus colores van desde un verde claro e intenso hasta un verde oscuro o rojizo. Todas tienen bordes dentados y venas muy marcadas.
En la parte inferior de las hojas, las mentas poseen unas pequeñas glándulas sebáceas. En ellas se almacenan sus aceites esenciales aromáticos, los cuales se liberan al tocarlas y le dan esos aromas tan característicos.
Además, entre junio y septiembre echan flores de vivos colores. Se agrupan en espigas falsas y su color puede ser violeta, rosa o blanco.
necesitas una menta en tu jardín, pero ten esto en cuenta
Puedes cultivar menta tanto en el jardín como en el balcón, ya que es una planta muy fácil de cuidar. Sin embargo, hay ciertos aspectos importantes que debes tener en cuenta y que quizá no conozcas.
La menta es una planta herbácea de raíces superficiales, resistente y muy vigorosa si encuentra condiciones ideales.
Dependiendo de la variedad, puede alcanzar hasta un metro de altura y se propaga mediante estolones, tallos que crecen sobre el suelo y que cada cierta distancia producen raíces y tallos nuevos, que dan origen a una nueva planta.
Hay que mantener la planta bajo control
La propagación por estolones hace que la menta sea invasiva. Si la plantas en el jardín, puede acabar extendiéndose por todas partes y asfixiando a otras plantas. Por tanto, no es la planta más recomendable para incluir en las espirales de hierbas aromáticas.
Pero, sabiéndolo, no es un problema.Puedes evitar que se extienda plantándola en un tiesto de 15 a 20 litros que puedes enterrar en la tierra, si dispones de jardín. El borde de la maceta debe sobresalir unos dos centímetros para evitar que los estolones se extiendan y afecten a otras plantas.
Por qué a tu jardín o terraza le puede sentar muy bien una menta
La menta es una planta rica en aceites esenciales. Por eso su aroma es tan pronunciado y posee tantas propiedades saludables para las personas. Pero la menta también es beneficiosa para el jardín:
- Son una protección natural porque repelen las plagas y a los animales herbívoros, por lo que funcionan como una especie de sistema de defensa del jardín.
- Atraen a los polinizadores, pues las flores producen néctar abundante que atrae a abejas, mariposas y otros insectos que contribuyen a la reproducción y biodiversidad en el entorno.
- Si lo deseas, puedes dejar que la menta se extienda por el suelo para prevenir su erosión y mantener la humedad.
- Además, es estéticamente atractiva.
Cómo cuidar la menta
La menta es una planta muy fácil de cuidar, pues se adapta a diferentes condiciones de tierra y clima, y es muy resistente a las plagas.
la mejor Ubicación
Contrariamente a lo que piensan muchas personas, las mentas no prefieren lugares secos y soleados. Prosperan mejor en suelos frescos, ligeramente húmedos y ricos en nutrientes.
La mayoría de las variedades crecen bien en áreas parcialmente sombreadas.
Qué tierra le gusta más
La menta se adapta bien a la tierra común de jardín. En terrazas o balcones, se recomienda plantarla en macetas con tierra rica en nutrientes y sin turba, ubicándolas en zonas de sombra parcial.
Durante el invierno, es aconsejable cubrir el suelo con maleza, tanto en camas como en macetas, para proteger ciertas variedades.
consejos de Riego y fertilización
La menta requiere muy poco mantenimiento. En días calurosos de verano, es fundamental regarla bien y proteger el suelo con una capa de compost o cortezas para conservar la humedad.
En primavera, agradece una aplicación de compost mezclado con un poco de harina de cuerno, un tipo de abono en polvo que se libera lentamente y se emplea en agricultura ecológica. Además, para rejuvenecer la menta, es recomendable dividir las plantas perennes cada tres o cinco años tras la floración y cambiar su ubicación, ya que con el tiempo pueden agotar el suelo.
Enfermedades y plagas
La menta es una planta robusta, pero puede verse afectada por algunas plagas y enfermedades:
- Escarabajos de las hojas: sus larvas pueden devorar las plantas. La solución más sencilla es recolectar los escarabajos manualmente.
- Pulgones: suelen aparecer en los brotes jóvenes. Basta con cortar las puntas afectadas para eliminarlos.
- Roya de la menta: esta enfermedad fúngica es bastante común. Las partes infectadas deben eliminarse y desecharse en el contenedor de rechazo.
- Mildiú polvoriento: puede prevenirse fácilmente pulverizando la planta con azufre húmedo.
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