Las hortensias, con sus grandes flores, llenan de color los jardines y terrazas durante los meses de verano.
Sus tonos más habituales son los azulados, los rosas y los blancos, y que tengan un tono u otro depende en gran parte de las características de la tierra que los alimenta. Lo más curioso es que el color de algunas variedades puede cambiar si cambian las condiciones y los componentes de su suelo.
De qué depende el color de las hortensias
Originarias de zonas del sureste asiático como Japón, China o Corea, así como de América del Sur, las hortensias son unas plantas del género Hydrangea de hoja caduca que pueden medir entre 1 y 3 metros de altura (en función de la especie).
Sus grandes cabezas florales, que florecen entre la primavera y el inicio del otoño, suelen ser de colores en las gamas del azul y el rosa (morados, rojizos, lavanda…), o blancos. Y una de sus características más sorprendentes es su capacidad de cambiar de color según el pH de la tierra y la cantidad de aluminio que tiene (y la variedad).
La presencia de aluminio en la tierra es el principal factor que determina el color de las flores: las hortensias pueden absorber y metabolizar el aluminio y al hacerlo producen flores azules.
El pH del suelo también influye
No obstante, hay que tener en cuenta que el pH del suelo afecta a la disponibilidad de aluminio para que la hortensia lo absorba. Los suelos ácidos (con un pH inferior a 5,5) permiten que el aluminio sea soluble y la planta lo pueda absorber. En cambio, los suelos alcalinos (con un pH superior a 7) retienen el aluminio.
Así, los suelos ácidos producirán flores azules, mientras que los suelos alcalinos producirán flores rosadas.
Una tierra con un pH neutro (de entre 5,5 y 6,0) es más probable que produzca flores de color púrpura o lavanda, el resultado de la mezcla de azul y rosa.
Por otro lado, la variedad específica de hortensia también influye en el color de las flores. Algunos cultivares están genéticamente predispuestos a producir flores azules o rosas con independencia de las condiciones del suelo y no podrán cambiar de color, aunque se modifiquen las condiciones del suelo (o cambiarán muy poco). Además, debes saber que las hortensias que cuando son maduras son blancas no cambiarán de color porque este está determinado por su variedad.
Cómo puedes cambiar el color de las hortensias
Dado que el color de las flores de las hortensias depende, en gran parte, de las características de la tierra, si las modificamos podremos cambiarlo. Sin embargo, en aquellas variedades en las que el color esté determinado genéticamente esto no será posible.
Cambiar el pH de la tierra, evidentemente, será mucho más fácil en las hortensias cultivadas en maceta y conviene hacerlo un par de meses antes de que empiece la floración.
Cómo acidificar el suelo para tener flores azules
Si tienes flores de color rosado y las quieres azules (o si simplemente quieres intensificar su tono azul), debes conseguir que el suelo sea más ácido (para que puedan absorber el aluminio). Para ello, puedes añadirle materia orgánica como posos de café, cáscaras de frutas o verduras, restos de césped, vinagre o ácido cítrico para reducir el pH del suelo a entre 5,2 y 5,5. Para controlar mejor el pH, otra opción es trasplantar la hortensia y usar un sustrato para macetas ácido.
A continuación, puedes añadir a la tierra sulfato de aluminio (lo puedes obtener en las floristerías) para ayudar a que las flores adquieran un tono azulado.
Cómo alcalinizar el suelo para tener flores rosas
Por otro lado, si quieres las flores rosas, el suelo debe ser alcalino para que retenga el aluminio y las plantas no lo puedan absorber. En este sentido, añadir cal dolomita a la tierra te ayudará a aumentar el pH.
Si lo que quieres es aclarar tus flores rosas o azules hasta que tengan un tono casi blanco, deberás conseguir un suelo muy alcalino, con un pH de 8, algo que puede comportar problemas de salud para la planta y no es aconsejable. Lo mejor para tener flores blancas es comprar variedades específicas con ese color.
Debes tener en cuenta que modificar el pH del suelo es un proceso lento que debes ir controlando con constancia durante toda la temporada de floración. El cambio de color de las flores no ocurre de la noche a la mañana y, para mantenerlo, debes vigilar el pH de la tierra constantemente. Para controlarlo, hay dispositivos que miden el grado de acidez o alcalinidad del suelo y que pueden serte muy útiles.