Tradicionalmente, las llamadas "malas hierbas" han sido vistas como un enemigo silencioso por los amantes de la jardinería y la horticultura.
Sin embargo, en los últimos años se ha relajado mucho la lucha, en parte porque, con razón, gracias a la extensión de las ideas ecologistas, ya no se cree que haya plantas malas y buenas.
En realidad, no hay malas hierbas
De hecho, algunas "malas hierbas" son plantas muy valiosas por sus propiedades –como el diente de león, que es una gran planta medicinal– y aparecen porque están bien adaptadas a las condiciones locales de tierra y clima. Un buen jardinero debe apreciar estas cualidades.
Además, las flores del diente de león o de la zarza se encuentran entre las preferidas por las abejas y otros insectos polinizadores, así que no es tan mala idea permitir que estas plantas crezcan en un rincón controlado del jardín.
Pero lo cierto es que si queremos un jardín que responda a nuestro diseño y no a la espontaneidad de la vida silvestre, hay que tomar algunas medidas y resistir a la tentación de usar productos químicos.
El otoño es el momento de actuar
A medida que el otoño avanza, las plantas no deseadas, adventicias u oportunistas pueden aprovechar el cambio de estación para invadir los huertos y jardines, gracias a la combinación de humedad, temperaturas suaves y suelo rico en nutrientes tras el verano.
Por ejemplo, el diente de león o el cardo se adaptan perfectamente al clima otoñal y pueden germinar, incluso, en condiciones adversas. El otoño es también el momento en que muchas malas hierbas producen semillas que se esparcen, preparando el terreno para problemas aún mayores en primavera.
Si no se controlan a tiempo, estas plantas compiten por el agua, la luz y los nutrientes con los cultivos y flores que tanto esfuerzo hemos cultivado.
Existen métodos eficaces que pueden ayudarte a eliminar las ortigas, las zarzas y los dientes de león, y el otoño es un buen momento para organizarse y estar al día con el desmalezado.
Puedes eliminar las plantas oportunistas sin recurrir a químicos tóxicos
Emplear m��todos naturales es mucho mejor que utilizar productos químicos, explica Thomas Rutter, jardinero, escritor y creador de contenidos relacionados con la horticultura en Homes & Gardens. Quitar las malas hierbas manualmente, aunque requiere mucho tiempo, es quizás la forma más eficaz de eliminar plantas no deseadas.
Eliminar las malas hierbas a mano es un método de jardinería consciente, pues se basa en el conocimiento de las plantas y no es un trabajo tan duro como parece. Para una parcela de tamaño medio, es suficiente con dedicarle 15 minutos al día.
Arráncalas con tus propias manos (o una herramienta adecuada)
Aunque muchas veces las manos son la herramienta más precisa y adecuada, se puede recurrir a utensilios como una pequeña azada, que ayuda a arrancar plantas con raíces poco profundas, como la ortiga muerta o roja o la pamplina. Con la azada se afloja la tierra y luego se arrancan las plantas con las manos.
La ortiga, la zarza, la acedera y el diente de león exigen más trabajo, porque tienen raíces o rizomas extensos que deben eliminarse por completo. Puedes aflojar la tierra con una horquilla o un cuchillo hori hori, teniendo cuidado de no cortar las raíces. Si lo haces cuando la tierra está húmeda, arrancar las raíces enteras puede ser mucho más fácil. Ten en cuenta que cualquier sección de raíz que quede sin eliminar volverá a crecer.
Cubre la tierra con mantillo o plantas
Después de haber arrancado la maleza, extiende alrededor de las plantas perennes y los arbustos una capa de unos 5 cm de mantillo, como paja, hojas trituradas o césped cortado. Esta capa aísla las raíces contra caídas repentinas de temperatura, ayuda a retener la humedad y reduce el crecimiento de malas hierbas durante el invierno.
Una manera de evitar que proliferen las plantas oportunistas es no dejar el suelo desnudo. Ocupa los bordes y parterres con plantas de cobertura, como la hierba de mono, la euforbia japonesa o el jengibre silvestre.
Herbicidas ecológicos y soplete
Si las adventicias se han desmadrado y no consigues eliminarlas a mano, puedes recurrir, como último recurso, a un herbicida autorizado para la agricultura ecológica. Puede estar indicado un aerosol a base de hierro. Elige un día sin viento y sin lluvia para aplicarlo. De esta manera, evitarás que el herbicida vaya a parar a otras plantas.
Finalmente, si tu problema es la maleza que crece entre la grava o entre adoquines, puedes eliminarla con un soplete "quemahierbas" de jardinería. Es probable que vuelvan a crecer, porque la llama no elimina la raíz, pero siempre puedes volver a usar el soplete.
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