A veces nos enamoramos de gente con la que nunca podremos construir una relación de pareja. Los amores imposibles existen, y la mayor parte de la gente que los vive no se rinde ante la imposibilidad: conservan siempre la esperanza de poder derribar los muros de la imposibilidad. ¿Por qué nos gusta mantenernos en esta nube?
¿Por qué algunos amores son imposibles?
Hay amores imposibles que están aprisionados en los prejuicios que tenemos:
- Por la edad. Por ejemplo, ocurre sobre todo en parejas heterosexuales en las que el hombre es de menor edad que la mujer.
- Por clasismo, homofobia, lesbofobia, racismo o xenofobia... Hay gente que ve imposible un amor por el rechazo que puede sufrir en su entorno, como las parejas de blancos y negros, las parejas gays, las parejas en las que un miembro es extranjero, las parejas en las que cada uno tiene su propia religión…
- Por la distancia. Si uno vive en Australia y el otro en Costa Rica, si uno vive seis meses en el mar y el otro en tierra, si uno tiene una beca de tres años en China y la otra persona tiene trabajo en Marruecos...
- Por las circunstancias personales de uno de los miembros de la pareja. Si uno de los dos está casado y no piensa separarse, si uno pertenece a alguna institución religiosa de clausura, si un hombre heterosexual se enamora de una mujer lesbiana, o una mujer heterosexual se enamora de un hombre gay ….
- Cuando es un amor no correspondido. Son amores muy imposibles aquellos en los que no hay correspondencia, es decir, cuando te enamoras de alguien que no se enamora de ti, que no siente lo mismo por ti, y no quiere estar contigo. Y a pesar de eso a veces no se consideran del todo imposibles, porque, dicen los enamorados y enamoradas, la esperanza es lo último que se pierde.
- Porque son realmente imposibles. Hay amores que son completamente imposibles de vivir en la realidad, como aquellos en los que la muerte separa a los amantes, o aquellos en los que el amado no conoce a la persona que lo ama.
¿Por qué seguimos soñando con esos amores?
Por increíble que suene, hay gente que prefiere vivir amores imposibles porque vivir el amor de un modo platónico permite imaginarlo a la medida de cada uno. Las relaciones en la realidad son más difíciles que las imaginarias o las que se sienten desde la distancia. Primero porque inevitablemente, la realidad nos decepciona siempre.
- En el amor platónico no hay decepciones. Nuestras expectativas sobre el amor son tan altas, idealizamos tanto el amor, que cuando podemos vivirlo en nuestras propias carnes nos desilusionamos porque nunca es como nos lo vendieron. No brota por si solo, no es eterno, no es mágico: el amor hay que alimentarlo y cuidarlo para que crezca.
El enamorado o la enamorada viven un poco de la imaginación: idealiza cuanto quiere al objeto de su amor porque sabe que no va a tener que verlo a su tamaño natural.
- Nuestros amados soñados son perfectos. Amar a alguien desde la distancia nos permite tenerlo siempre en el trono porque, como no llegamos a conocerlo bien, no nos decepciona nunca. El amor imposible no se acaba: siendo un producto de la imaginación puede durar toda la vida, y sin deteriorarse por la convivencia.
- Los amores imposibles son eternos. Porque no se los come la rutina, la convivencia, ni el aburrimiento, y porque al ser prohibidos nos excitan más que los permitidos.
- El amor platónico nos hace soñar. Los amores imposibles nos permiten viajar a una realidad diferente, imaginarla a nuestro gusto, vivir la experiencia amorosa en un universo paralelo.
- El amor imaginario es sustitutivo. Los amores imposibles son, de alguna manera, barreras que nos ponemos para no enfrentarnos a la realidad, para no enamorarnos de verdad, para vivir en otro tiempo que no es el aquí y el ahora: es el tiempo imaginario del enamorado o la enamorada, tenemos control total sobre él.
Se puede tener más de un amor imposible a la vez porque los sueños son libres, y el amor también es una experiencia de libertad.
- Los amores imposibles nos acompañan mucho porque están siempre ahí recordándonos lo que no pudo ser pero en algún momento podría haber sido, o podría llegar a ser. Estos amores imposibles nos permiten volar, nos permiten sentir que no estamos condenados a la realidad de nuestras vidas cotidianas, nos conectan con las posibilidades y las oportunidades, con esas puertas que están ahí y podrían abrirse algún día.
Los amores imposibles son ilusiones y hay que intentar que no nos impidan vivir el amor con la gente con la que sí podemos tener una relación, con la gente que sí nos corresponde, con la gente de carne y hueso con la que nos relacionamos día a día, en el aquí y el ahora.