Palidez, fatiga, frío, palpitaciones o cefaleas son algunas de las señales de que podrías sufrir una anemia. Normalmente hay que buscar la causa en la deficiencia de algunos nutrientes, en concreto un déficit de hierro, de ácido fólico o de vitamina B12.

La deficiencia de hierro es la más habitual y puede ser debida a una dieta desequilibrada en la que falten alimentos ricos en hierro, incluidos alimentos vegetales ricos en hierro, o bien en nutrientes que facilitan su asimilación, como por ejemplo la vitamina C. También puede ser provocada por problemas a la hora de asimilar los nutrientes en el intestino o por pérdidas de sangre.

Las cantidades diarias recomendadas, tanto de hierro como de ácido fólico y vitamina B12, dependen de la edad y el sexo. Excepto en el embarazo, se precisan unos 15 mg de hierro, de 180 a 200 mcg de ácido fólico y 2 mcg de B12.

Tanto el hierro como el ácido fólico se pueden obtener de los alimentos vegetales. Sin embargo, la vitamina B12 debe suplementarse si se sigue una dieta vegana, por eso es importante conocer qué alimentos tienen vitamina B12.

Repón tus niveles de hierro, ácido fólico o vitamina B12

Una dieta rica en esos nutrientes te ayudará a prevenir problemas y mantener unos niveles de energía adecuados: