El puerro tiene una textura que, si está bien cocinado, se deshace en el paladar, inundándolo de un aromático sabor, más dulce o más picante según la variedad, pero más delicado que su pariente la cebolla. A menudo relegamos su uso al caldo de verduras, pero vale la pena descubrir sus muchas posibilidades, tenerlo presente como alternativa a la cebolla en nuestros sofritos y contar con él para muchas recetas en las que podríamos utilizar cebolla pero queremos darle un punto de sabor diferente. 

Aquí te contaremos algunos trucos para que saques al puerro el máximo partido en la cocina y te daremos cuatro deliciosas recetas con puerro. 

Cómo cocinar los puerros

Para que tus recetas con puerro brillen, conviene saber elegirlos bien. Cuando vayas a comprar tus puerros, escoge ejemplares con el tallo flexible, sin marcas ni engrosamientos. Si las hojas amarillean, puede haber sido almacenado durante demasiado tiempo.

En la nevera, sin cocinarlo, aguanta hasta 10 días. 

¿Puerros más gruesos o más finos?

Una gran ventaja es que podemos encontrar puerros prácticamente todo el año, porque existen puerros de verano y de invierno. Son ligeramente diferentes, así que conviene tenerlo en cuenta a la hora de pensar en las recetas que vas a hacer:

  • Los puerros de verano son más delgados y la estrella de las vichyssoise cuando llega el buen tiempo. Son tan tiernos que se pueden preparar enteros, al horno o al vapor. 
  • Los puerros de invierno son más gruesos y algo menos tiernos, pero en compensación resultan más sabrosos y soportan mejor las cocciones largas. Son ideales para rellenos y estofados.

¿Qué parte del puerro puedo utilizar?

Si eliges bien los puerros, podrás aprovecharlo todo. ¡Sí, todo!

  • La parte verde: El puerro es tan aromático que en algunos platos funciona como condimento, especialmente si usas la parte más verde. Se suele descartar por su dureza, pero es un tesoro de sabor que enriquece caldos y guisos. Si nos sobran estas hojas verdes y no tenemos previsto emplearlas en unos pocos días, podemos congelarlas.
  • Las raicillas: Tampoco las tires, porque son un manjar si las salteas al wok o las fríes después de pasarlas por harina, como se hace en algunos países orientales.
  • La parte blanca: La parte más cercana a la raíz, tiene un sabor más delicado y, al ser más blanda, resulta ideal para preparar cremas de verduras, quiches o como guarnición en recetas de mijo, trigo sarraceno o arroz. También se presta para vestir platos donde las proteínas vegetales sean protagonistas.

Ideas para utilizar los puerros

El puerro se puede consumir crudo, especialmente el de verano. Si lo incluimos en ensaladas, es mejor cortarlo a tiras, muy finamente, y utilizar solo la parte más blanda y las hojas interiores, que resultan más dulzonas.

En los guisos, se acompaña bien con hortalizas como la zanahoria, el nabo, la chirivía y el calabacín, pero una alianza deliciosa es la que resulta de combinar el puerro con la patata, tal como se hace en la tradicional «vichyssoise» o en la «porrusalda». Otra peculiaridad del puerro es que ayuda a espesar caldos y guisos debido a una característica gelificante de sus carbohidratos.

La salvia, el cilantro, el estragón o la nuez moscada recién rallada son buenos condimentos para cocinar el puerro.

Recetas con puerros fáciles y saludables