El escritor uruguayo Mario Benedetti es uno de los más conocidos de todos los tiempos. Las redes sociales están repletas de frases suyas, pero podrás acercarte aún más a su trabajo con la recopilación de estos 19 poemas de Mario Benedetti imprescindibles, donde no solo habla de amor, sino también de los sueños, el exilio y la vida misma.

Las obras de Mario Benedetti han trascendido más allá de su época y de su género artístico. Personas de todas las edades disfrutan de sus novelas, de sus ensayos, de sus obras de teatro, así como de sus poemas, entre los que se encuentran estos 19 poemas de Mario Benedetti imprescindibles que podrás descubrir más adelante. No obstante, su prolífico trabajo también ha llegado al mundo del cine, la televisión, la danza y la música. Joan Manuel Serrat, Nacha Guevara, Soledad Bravo o Silvio Rodríguez, por ejemplo, son algunos de los cantantes que han puesto música y voz a elegidos poemas del escritor uruguayo.

Dada su extensa e importante obra –se contabilizan más de 80 títulos– Mario Benedetti quiso mantenerla a buen resguardo y para ello dejó creada en su testamento la Fundación Mario Benedetti, que tendría una finalidad cultural, también apoyaría otras manifestaciones literarias, y social, ya que se encargaría de defender los derechos humanos. Esta institución destina recursos especialmente a la investigación de los detenidos desaparecidos en Uruguay, y es que Mario Benedetti tuvo un gran compromiso político que también puso de manifiesto en algunos de sus poemas imprescindibles.

 

Mario Benedetti: poemas y no solo poemas

Pues no. Mario Benedetti no nació siendo escritor ni formando parte de la Generación del 45, ese grupo de artistas, principalmente escritores, que marcaron una época de la cultura de su país. En su adolescencia y hasta que se mudó por primera vez a Argentina, Mario Benedetti trabajó en una empresa de repuestos de automóviles, donde desempeñó funciones de vendedor, cajero, taquígrafo y contable. En Buenos Aires también tendría distintos trabajos, pero fue allí donde reconoció haber descubierto su vocación de poeta.

Casi cuatro años después de su vuelta a Uruguay, en 1945, Mario Benedetti entró a formar parte del semanario Marcha, un importante foro de reflexión y análisis político-cultural uruguayo que tuvo un gran impacto en él, ya que sería el medio en el que se formaría como periodista y del que ocuparía el puesto de dirección de las páginas literarias en 1954. 1945 también sería un año importante para Benedetti, porque publicaría su primer libro de poemas, La víspera indeleble, el cual se volvería a editar, puesto que tuvo que esperar a la publicación de Poemas de la Oficina (1956) para conocer el éxito.

Poemas de Mario Benedetti en el exilio

A lo largo de su vida, Mario Benedetti compaginó su participación en distintos medios de comunicación con la publicación de sus propias obras, que llegaron a ser traducidas a más de 25 idiomas. La tregua (1960), su segunda novela, le valió la proyección internacional. Sin embargo, su vida personal y profesional se vieron afectadas cuando el 27 de junio de 1973 tuvo lugar el golpe de estado que instalaría una dictadura de más de una década y que lo obligarían a vivir en Argentina, Perú, Cuba y España, separado de su mujer. Esta etapa dejaría profundas huellas en su vida y en su obra literaria.

Mario Benedetti pudo volver a su patria y vivió entre España y Uruguay durante un tiempo, hasta que en el 2006, tras fallecer su mujer, se instaló definitivamente en su tierra. Dos años después publicó el que fuera su último libro en vida, Testigo de uno mismo. 

20 Poemas de Mario Benedetti que debes leer

A continuación puedes leer 20 poemas de Mario Benedetti imprescindibles para conocer un poco mejor ese maravilloso legado que ha dejado y que no solo le valió el reconocimiento del público, sino también el de instituciones y compañeros de profesión.

Decir que no (Poema de Mario Benedetti) 

Ya lo sabemos

es difícil

decir que no

decir no quiero

 

ver que el dinero forma un cerco

alrededor de tu esperanza

sentir que otros

los peores

entran a saco por tu sueño

 

ya lo sabemos

es difícil

decir que no

decir no quiero

 

no obstante

cómo desalienta

verte bajar tu esperanza

saberte lejos de ti mismo

 

oírte

primero despacito

decir que sí

decir sí quiero

comunicarlo luego al mundo

con un orgullo enajenado

 

y ver que un día

pobre diablo

ya para siempre pordiosero

poquito a poco

abres la mano

 

y nunca más

puedes cerrarla.

El alma no es el cuerpo (Poema de Mario Benedetti) 

Nos enseñaron desde niños

cómo se forma un cuerpo

sus órganos sus huesos

sus funciones sus sitios

pero nunca supimos

de qué estaba hecha el alma

 

¿será de sentimientos /

de ensueños / de esperanzas?

¿de emociones / de tirrias /

de estupores?

 

lo cierto es que / ignorada /

el alma arde en su fuego

tiene espasmos oscuros

punzadas de ternura

suburbios de delirio

 

¿será tal vez una inquilina

del corazón? ¿o viceversa?

entre ellos no hay frontera

 

¿o será la asesora

principal de la mente?

¿o viceversa?

entre ellas no hay disputa

 

¿o será capataza

de la pobre conciencia?

¿o viceversa?

entre ellas no hay acuerdo

 

el alma tiene hambres

y cuando está famélica

puede herir

puede armarse

de enconos o de furias

 

no hay que pensar que el alma

es un tul de inocencia

ajeno a los agravios

que sufren cuerpo y alma

 

en el alma se forman

abscesos de rencores

tumores de impaciencia

hernias de desamparo

 

el problema es que no hay

cirujanos de alma

ni siquiera herbolarios

 

el alma es un secreto / una noción

una nube que suele anunciar llanto

pero después de tantas búsquedas

de pesquisas inútiles

y de adivinaciones

nos queda apenas una certidumbre /

que el alma no es el cuerpo

pero muere con él

Elegir mi paisaje (Poema de Mario Benedetti) 

Si pudiera elegir mi paisaje
de cosas memorables, mi paisaje
de otoño desolado,
elegiría, robaría esta calle
que es anterior a mí y a todos.

Ella devuelve mi mirada inservible,
la de hace apenas quince o veinte años
cuando la casa verde envenenaba el cielo.
Por eso es cruel dejarla recién atardecida
con tantos balcones como nidos a solas
y tantos pasos como nunca esperados.

Aquí estarán siempre, aquí, los enemigos,
los espías aleves de la soledad,
las piernas de mujer que arrastran amis ojos
lejos de la ecuación dedos incógnitas.

Aquí hay pájaros, lluvia, alguna muerte,
hojas secas, bocinas y nombres desolados,
nubes que van creciendo en mi ventana
mientras la humedad trae lamentos y moscas.

Sin embargo existe también el pasado
con sus súbitas rosas y modestos escándalos
con sus duros sonidos de una ansiedad cualquiera
y su insignificante comezón de recuerdos.

Ah si pudiera elegir mi paisaje
elegiría, robaría esta calle,
esta calle recién atardecida
en la que encarnizadamente revivo
y de la que sé con estricta nostalgia
el número y el nombre de sus setenta árboles.

Hombre que miraba la luna (Poema de Mario Benedetti)

Es decir la miraba porque ella
se ocultó tras el biombo de nubes
y todo porque muchos amantes de este mundo
le dieron sutilmente el olivo

con su brillo reticente la luna
durante siglos consiguió transformar
el vientre amor en garufa cursilínea
la injusticia terrestre en dolor lapizlázuli

cuando los amantes ricos la miraban
desde sus tedios y sus pabellones
satelizaba de lo lindo y oía
que la luna era un fenómeno cultural

pero si los amantes pobres la contemplaban
desde su ansiedad o desde sus hambrunas
entonces la menguante entornaba los ojos
porque tanta miseria no era para ella

hasta que una noche casualmente de luna
con murciélagos suaves con fantasmas y todo
esos amantes pobres se miraron a dúo
dijeron no va más al carajo selene

se fueron a su cama de sábanas gastadas
con acre olor a sexo deslunado
su camanido de crujiente vaivén

y libres para siempre de la luna lunática
fornicaron al fin como dios manda
o mejor dicho como dios sugiere.

Solo mientras tanto (Poema de Mario Benedetti)

Vuelves, día de siempre,
rompiendo el aire justamente donde
el aire había crecido como muros.

Pero nos iluminas brutalmente
y en la sencilla náusea de tu claridad
sabemos cuándo se nos caerán los ojos,
el corazón, la piel de los recuerdos.

Claro, mientras tanto
hay oraciones, hay pétalos, hay ríos,
hay la ternura como un viento húmedo.
Sólo mientras tanto.

 

Página en blanco (Poema de Mario Benedetti)

Bajé al mercado
y traje
tomates diarios aguaceros
endivias y envidias
gambas grupas y amenes
harina monosílabos jerez
instantáneas estornudos arroz
alcachofas y gritos
rarísimos silencios

página en blanco
aquí te dejo todo
haz lo que quieras
espabílate
o por lo menos organízate

yo me echaré una siesta
ojalá me despiertes
con algo original
y sugestivo
para que yo lo firme

Defensa de la alegría (Poema de Mario Benedetti) 

Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas


defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos

 

defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias

 

defender la alegía como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres

 

defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y de la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa

 

defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría.

 Informe sobre caricias (Poema de Mario Benedetti) 

1

La caricia es un lenguaje

si tus caricias me hablan

no quisiera que se callen

2

La caricia no es la copia

de otra caricia lejana

es una nueva versión

casi siempre mejorada

 

3

Es la fiesta de la piel

la caricia mientras dura

y cuando se aleja deja

sin amparo a la lujuria

4

Las caricias de los sueños

que son prodigio y encanto

adolecen de un defecto

no tiene tacto

5

Como aventura y enigma

la caricia empieza antes

de convertirse en caricia

6

Es claro que lo mejor

no es la caricia en sí misma

sino su continuación

 

Chau pesimismo (Poema de Mario Benedetti) 

Ya sos mayor de edad

tengo que despedirte

pesimismo

 

años que te preparo el desayuno

que vigilo tu tos de mal agüero

y te tomo la fiebre

que trato de narrarte pormenores

del pasado mediato

convencerte de que en el fondo somos

gallardos y leales

y también que al mal tiempo buena cara

 

pero como si nada

seguís malhumorado arisco e insociable

y te repantigás en la avería

como si fuese una butaca pullman

 

se te ve la fruición por el malogro

tu viejo idilio con la mala sombra

tu manía de orar junto a las ruinas

tu goce ante el desastre inesperado

 

claro que voy a despedirte

no sé por qué no lo hice antes

será porque tenés tu propio método

de hacerte necesario

y a uno lo deja triste tu tristeza

amargo tu amargura

alarmista tu alarma

 

ya sé vas a decirme no hay motivos

para la euforia y las celebraciones

y claro cuandonó tenés razón

 

pero es tan boba tu razón tan obvia

tan remendada y remedada

tan igualita al pálpito

que enseguida se vuelve sinrazón

 

ya sos mayor de edad

chau pesimismo

 

y por favor andate despacito

sin despertar al monstruo

Te espero (Poema de Mario Benedetti) 

Te espero cuando la noche se haga día,

suspiros de esperanzas ya perdidas.

No creo que vengas, lo sé,

sé que no vendrás.

Sé que la distancia te hiere,

sé que las noches son más frías,

sé que ya no estás.

Creo saber todo de ti.

Sé que el día de pronto se te hace noche:

sé que sueñas con mi amor, pero no lo dices,

sé que soy un idiota al esperarte,

pues sé que no vendrás.

Te espero cuando miremos al cielo de noche:

tu allá, yo aquí, añorando aquellos días

en los que un beso marcó la despedida,

quizás por el resto de nuestras vidas.

Es triste hablar así.

Cuando el día se me hace de noche,

y la luna oculta ese sol tan radiante,

me siento sólo, lo sé;

nunca supe de nada tanto en mi vida,

solo sé que me encuentro muy sólo,

Y que no estoy allí.

Mis disculpas por sentir así,

nunca mi intención ha sido ofenderte.

Nunca soñé con quererte,

ni con sentirme así.

Mi aire se acaba como agua en el desierto,

mi vida se acorta pues no te llevo dentro.

Mi esperanza de vivir eres tu,

y no estoy allí.

¿Por qué no estoy allí?, te preguntarás...

¿Por qué no he tomado ese bus que me llevaría a ti?

Porque el mundo que llevo aquí no me permite estar allí,

porque todas las noches me torturo pensando en ti.

¿Por qué no sólo me olvido de ti?

¿Por qué no vivo sólo así?

¿Por qué no sólo...?

Pasatiempo (Poema de Mario Benedetti) 

Cuando éramos niños

los viejos tenían como treinta

un charco era un océano

la muerte lisa y llana

no existía

 

luego cuando muchachos

los viejos eran gente de cuarenta

un estanque era océano

la muerte solamente

una palabra

 

ya cuando nos casamos

los ancianos estaban en cincuenta

un lago era un océano

la muerte era la muerte

de los otros

 

ahora veteranos

ya le dimos alcance a la verdad

el océano es por fin el océano

pero la muerte empieza a ser

la nuestra.