Este 22 de marzo, entre las 20:30 y las 21:30 de la noche, pienso apagar las luces de mi casa. Como cada año desde hace 2007, llega el momento de celebrar la Hora del Planeta.
Este año lo haré pensando en un pequeño rincón del planeta que no aparece en las guías turísticas y del que apenas aparece alguna mención en la red.
Es una modesta balsa con un manantial junto a la que crecía un gran olmo. Para llegar allí, que estaba cerca del pueblo de mis abuelos en Aragón, había que caminar por una pista de tierra entre campos de secano. El sol solía pegar fuerte sobre las vides, los almendros y los melocotoneros. Seguramente no era mucha la distancia, pero a mí, que era pequeña, me parecía una eternidad y, cuando por fin llegábamos, aquel pequeño terreno lleno de vegetación en medio de la "nada" parecía un oasis a los ojos de una niña. Allí intenté atrapar renacuajos, partí mis primeras almendras con una piedra y devoré mis primeros pícnics.
Ese podría ser #MiRinconFavorito del planeta, solo que sé que ahora ya no hay apenas agua y el olmo está seco. Por suerte tengo otros rincones favoritos que siguen ahí. ¿Cuál es el tuyo? Si sigue ahí, ¿tienes la seguridad de que seguirá intacto dentro de unos años?
Apaga luz y defiende el planeta
La organización WWF celebra el 22 de marzo la 19ª edición de la Hora del Planeta con el tradicional apagón de monumentos emblemáticos en todo el mundo, un gesto simbólico para reivindicar medidas contra el cambio climático al que cada año se suman cientos de países, miles de organizaciones y millones de ciudadanos. El lema "Apaga la luz. Defiende el Planeta".

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Este año, para celebrar la Hora del Planeta, WWF te invita a compartir tus rincones naturales favoritos que podrían desaparecer por la crisis climática. "Comparte tu Rincón favorito en la Naturaleza", nos dice. Lo puedes hacer a través de sus redes o de la misma web de WWF .
¿Te imaginas la fuerza de esa imagen que podemos construir entre todos, la fuerza de dar visibilidad, entre todos, a todos esos maravillosos rincones del planeta que sufren bajo la amenaza del cambio climático?
Podría ser aquel espectacular arrecife en el que tuviste la suerte de bucear o simplemente la playa española a la que huyes cada verano. Podría ser ese prado en el que tanto te gustaba tumbarte y sentir la hierba o ese bosque donde disfrutaste de tus primeras aventuras bajo los árboles. O podrían ser los caminos en los que experimentaste por primera vez la libertad de ir en bicicleta o descubriste que el senderismo es tu mejor forma de meditar.
La naturaleza sufre y la temperatura sigue subiendo
Restaurar la naturaleza y tomar medidas para conservarla es una de las estrategias en las que se insiste desde WWF para limitar los efectos de la crisis climática. El ahorro de energía, el abandono de los combustibles fósiles y minimizar las emisiones de carbono son otras.
A principios de este año, informan desde WWF, Copernicus confirmó un aumento sin precedentes de las temperaturas del planeta: durante la última década cada año ha sido uno de los más cálidos jamás registrados. El pasado año 2024 fue el más caluroso a nivel global desde que hay registros y la temperatura media ha superado en 1,5ºC la temperatura anterior a la revolución industrial.
En España, la situación se está ya traduciendo en sequías cada vez más prolongadas, en inundaciones sin precedentes, en incendios forestales difíciles de controlar y pérdida de biodiversidad. "Con la Hora del Planeta, queremos alertar de que ya no tenemos un minuto que perder, que hay que actuar de forma rápida y decidida para cambiar nuestra forma de relacionarnos con el planeta," explica Juan Carlos del Olmo, secretario general de WWF España.
"Aún estamos a tiempo de frenar los efectos de esta crisis ambiental que amenaza nuestros rincones naturales favoritos", añade del Olmo. El objetivo, el día 22 de marzo, no es solo lograr ser muchos para visibilizar la preocupación por el futuro del planeta. "Queremos recopilar fotos y vídeos de estos espacios que podrían desaparecer por los efectos de la crisis climática”, puntualiza.
Un movimiento global con un gran reto por delante
Más que un símbolo, la Hora del Planeta aspira a ser un movimiento global en defensa del medio ambiente y las personas. Nació en Sidney en 2007 promoviendo un sencillo gesto, el de apagar las luces de edificios y monumentos durante una hora. En la actualidad participan casi 200 países y millones de personas se suman desde sus casas. El gran reto, sostienen desde WWF, es llegar al año 2030 manteniendo el aumento de la temperatura global por debajo de 1,5ºC. El informe Copernico de principios de 2025 pone de manifiesto la urgencia de que se tomen medidas más contundentes.

El Coliseo apaga sus luces durante la Hora del planeta.
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El mensaje que se quiere dar con la Hora del Planeta no tiene dobles tintas: la naturaleza es nuestro sistema de soporte vital. En otras palabras, la naturaleza nos da lo más importante que necesitamos: el aire que respiramos, el agua que bebemos y los alimentos que nos nutren. Defenderla es salvaguardar la salud del planeta, y con ella la salud y el bienestar de todos los seres vivos que habitamos en él.