El hígado es el órgano encargado de eliminar sustancias tóxicas que podrían llegar a la sangre. Pero un exceso de alimentos grasos, y también la medicación y la contaminación ambiental, pueden provocar que nuestro hígado se sobrecargue

Se pueden hacer curas depurativas que ayudan a limpiar el hígado y a eliminar mejor las sustancias tóxicas. Pero también podemos ayudarnos de las plantas medicinales para prepararnos infusiones depurativas que estimulan la función del hígado.

De hecho, determinadas plantas pueden actuar de diferentes maneras: aumentando la secreción de bilis o facilitando su expulsión de la vesícula, ayudando a regenerar las células del hígado o reduciendo la inflamación del tejido hepático, por ejemplo. 

Estas plantas, normalmente de sabor amargo, pueden ayudar a aliviar los trastornos hepáticos

Crisantelo (Clirysantellum indicum), protector de la vesícula

Los cálculos biliares pueden eliminarse con la ayuda del crisantelo índico, una planta herbácea que abunda en prados y matorrales de Europa.

Contiene flavonoides, saponósidos, como las crisantelinas, y derivados del ácido cafeico.

Estos principios activos le confieren virtudes coleréticas, hepatoprotectoras, hipocolesterolemiantes, antihipertensivas y antiinflamatorias.

Por eso se ha mostrado eficaz tanto para eliminar cálculos biliares y tratar problemas crónicos de vesícula, con propensión a trastornos digestivos y hepáticos, como para apoyar el tratamiento de la hepatitis y la cirrosis hepática, en sus fases primarias.

Repara además los daños por excesos en la alimentación, el consumo de alcohol o por la ingesta de alimentos en mal estado, tóxicos y venenos.

Es igualmente adecuado para bajar la tensión arterial y las tasas de colesterol y prevenir accidentes cardiovasculares.

  • Cómo se toma: En infusión simple, dos tazas al día media hora antes de las comidas, en tratamientos discontinuos y en dosis progresivas. Se puede tomar también en gotas de extracto fluido (50 en tres dosis diarias) y en cápsulas.

Fumaria (Fumaria officinalis L.): depurativa y anti inflamatoria

Para cuidar de la vesícula tras haber sufrido episodios puntuales de alteración hepática, indisposición o intoxicaciones leves, la fumaria se ha demostrado muy útil.

Común en huertos, márgenes de caminos y sembrados de toda Europa, esta planta contiene alcaloides como la fumarina y la coridalina, ácidos fenólicos, ácido fumárico, flavonoides y sales potásicas.

Todos ellos le otorgan capacidad colerética, colagoga, digestiva, antiinflamatoria, depurativa, diurética, laxante y antihistamínica.

Se indica en caso de jaquecas debidas a alteraciones hepáticas o de la digestión. Se puede tomar también para estimular la depuración, a nivel hepático y renal.

Equilibra la producción de bilis, evitando que sea excesiva y pueda formar cálculos, pero si se producen, ayuda a su expulsión y suaviza el dolor que provocan. Rebaja la inflamación de la vejiga biliar.

Al ser depurativa puede resulta eficaz en urticarias, granos, eccemas...

  • Cómo se toma: En maceración, mezclada con romero y frutos deshuesados de rosal silvestre. Se toma una cucharada de la mezcla por 150 ml de agua, se deja reposar 12 horas, se cuela y se bebe durante el día. Es eficaz en infusión simple o combinada con hinojo, boldo y menta, así como en tintura alcohólica, en extracto fluido o el jugo de la planta fresca. 

Tisana para mejorar la digestión de las grasas

Algunas plantas ejercen una acción específica sobre la producción de bilis y ayudan a digerir mejor las grasas. Esta mezcla para infusión incluye varias de ellas.

Cuando la secreción biliar es escasa se puede estimular realizando una cura de siete días. Para preparar la tisana necesitarás:

  • 20 g de boldo
  • 30 g de artemisa
  • 20 g de menta
  • 30 g de regaliz
  • 10 g de romero

Preparación:

  1. Se vierte una taza de agua hirviendo sobre una cucharadita de la mezcla, se tapa y se deja reposar.
  2. Se cuela y se bebe a pequeños sorbos después de comer y cenar.

Otros detoxificantes y protectores del hígado

(Por Rosa Guerrero)

Existen diversos preparados naturales con sustancias que actúan de forma sinérgica para favorecer una buena depuración hepática y la labor de los hepatocitos.

  1. Ácido lipoico. Es un nutriente que el cuerpo no siempre produce en las cantidades necesarias. Su principal función es proteger de los efectos de los metales tóxicos. Es apropiado en casos de hepatitis y para aumentar la vitalidad. La dosis diaria oscila entre los 100 y 150 mg.
  2. Rábano negro. Su acción limpiadora baja la bilirrubina sanguínea. Posee glucorafenina, un fitoquímico que el hígado transforma en rafanol, de propiedades colagogas, coleréticas y detoxificantes. Suele encontrarse en fórmulas protectoras del hígado, pero también solo o en sinergia con extracto de alcachofa para una acción más específica sobre la vesícula. La dosis habitual oscila entre los 280 y 320 mg diarios repartidos en dos o tres tomas.

Algunos nutrientes que pueden ayudar son:

  • Taurina y metionina: moléculas azufradas esenciales para la detoxificación.
  • Vitaminas B6 y B9: previenen que se acumule homocisteína, un metabolito tóxico.
  • Selenio y zinc: son antioxidantes y detoxificantes.