En general, pasamos un mínimo de ocho horas en el trabajo, y si le sumamos el tiempo que necesitamos para desplazarnos a la oficina y volver, el resultado es que la mayor parte del día lo tenemos ocupado con obligaciones profesionales. Por tanto, si tu trabajo es una fuente de bienestar o de malestar, determinará en gran medida que tengas una vida plena y feliz. 

Los estudios del Instituto de la búsqueda de la felicidad muestran que la satisfacción laboral y vital están conectadas. Tanto es así, que si eres feliz en el trabajo, esa agradable sensación se extenderá al resto de los ámbitos de tu vida. Las emociones positivas que experimentas en el trabajo se convierten en el motor que cada mañana te impulsará a levantarte con ganas e ilusión.

Es más, los datos muestran que cuando tu felicidad laboral aumenta en 1 punto, tu felicidad general también lo hace (alrededor de 0,5 puntos). 

lo que haces, importa

Ante un panorama laboral con importantes dificultades de acceso, muchas personas consideran que para ser feliz basta con tener un contrato laboral. Ahora bien, la actividad a la que nos dedicamos es clave para sentirse bien. Así lo asegura el Informe mundial de la felicidad de 2017: "El hallazgo de que el empleo tiene una gran importancia para el bienestar de las personas es uno de los resultados más sólidos del estudio socioeconómico de la felicidad humana".

Ahora bien, la realidad es que tener trabajo, es decir, una fuente de ingresos, no es suficiente para experimentar felicidad. La gente, en general, no se siente bien en el trabajo. En concreto, solo el 20% de la población mundial se siente satisfecha laboralmente, mientras que el 62% ha "renunciado discretamente", es decir que hace lo mínimo necesario para cumplir, sin dedicar más tiempo ni esfuerzo que el necesario; o se siente desmotivado. Y un 18% ha presentado su renuncia o se encuentra visiblemente desmotivado.

 

trabajar sin necesitarlo

Tal y como recoge  Meik Viking, director ejecutivo del Instituto para la búsqueda de la felicidad de Copenhague, en su libro Hygge Work, Cómo encontrar la felicidad en el trabajo y en la vida cotidiana, parece que el quid de la cuestión gira en torno al compañerismo, los superiores, sentirse capaz en lo que haces, obtener buenos resultados, el equilibrio en el trabajo y la vida personal y los niveles salariales.

Ahora bien, por encima de todos estos factores, el experto destaca uno: sentir que se tiene un propósito. Aquellas personas que se dedican a algo que les parece significativo, sea lo que sea, tienden a ser más felices. 

En este sentido, parece que los daneses, en general, cumplen con la mayoría de estos requisitos, ya que dos de cada tres afirman tener un nivel alto de satisfacción laboral. Tanto es así, que el 58% de los daneses aseguran que seguirían trabajando, aunque no necesitaran hacerlo por razones económicas (incluso, por ejemplo, si les tocara en la lotería el equivalente a 10 millones de libras, según un estudio de YouGov).

Amigos en el trabajo

Otra de las fuentes de felicidad laboral, y por extensión, de felicidad vital, es cultivar la amistad en el entorno laboral. Para muchos, tener amigos en el trabajo es un extra prescindible. Sin embargo, su utilidad es fundamental para ser más felices. Los estudios demuestran que contar con una red de amigos en la oficina hace que desempeñemos mejor nuestras tareas y disfrutemos más de ellas, lo que, en última instancia, se traduce en grandes dosis de bienestar emocional.

Felicidad en el trabajo
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Si convertimos este planteamiento en cifras, se estima que seis de cada diez personas tienen un mejor amigo en el trabajo. Esto se traduce en un aumento del 12% de los beneficios, una reducción del 36% de los accidentes laborales y un incremento del 7% en la captación de clientes. 

Pero tener amigos en el trabajo no solo es bueno para la empresa, tal y como certifican los porcentajes anteriores, también es fuente de felicidad para el trabajador a medio y largo plazo. Y es que no hay que perder de visa que los trabajos van y vienen, pero las amistades pueden mantenerse a pesar de los cambios laborales. Si cambias de trabajo, te despiden o te jubilas, los amigos que hiciste en la oficina pueden seguir siéndolo. 

Lo que nos hace infelices

Hasta aquí hemos visto cuáles son las principales fuentes de felicidad en el trabajo, siendo los compañeros y tener un propósito, las dos razones fundamentales para ser felices. Ahora bien, tan importante es conocer qué nos hace sentir bien como aquello que nos provoca malestar. En este sentido, parece que el argumento más frecuente a la hora de dejar un trabajo no es ni el sueldo, ni la carga de trabajo, ni el horario. La razón más utilizada para renunciar a un empleo es por culpa de un superior. Así lo confirma un estudio de Totaljobs que señala que un 49% de los británicos ha dejado algún trabajo por un jefe. Por eso, es tan importante conocer a un futuro jefe antes de cambiar de trabajo.