La autoestima, desde la perspectiva psicológica, es la percepción y evaluación que una persona tiene de sí misma. Este concepto implica una serie de elementos que influyen en cómo una persona se siente y se comporta en diferentes aspectos de su vida.

Para la construcción de la autoestima son esenciales varios conceptos claves, como la autoevaluación o la autovalía. Pero la psicología ha demostrado que hay una cualidad clave que tienen las personas con alta autoestima, y que se puede desarrollar con algo de esfuerzo y constancia. ¿Quieres saber en qué consiste? Te lo contamos.

Una relación bidireccional

Son muchos los expertos que han teorizado sobre cómo desarrollar una autoestima saludable, y son otros tantos los pilares que la psicología ha demostrado como esenciales para su construcción. Pero, quizá, una de las claves más evidentes y fáciles de trabajar es la superación de obstáculos.

Cuando somos niños, enfrentarnos a grandes desafíos (como aprender a leer, caminar o subir a lo alto del tobogán sin ayuda) nos reafirma como personas válidas, capaces de desarrollarse. La psicología ha demostrado que existe, entre estas ideas, una relación bidireccional.

Es decir, la autoestima parece esencial para desarrollar la capacidad de superarnos, no achantarnos ante los desafíos y mejorar. Pero trabajar esta capacidad de superación también puede mejorar la autoestima de forma eficaz.

“La capacidad de superarnos en lo que respecta a habilidades, logros, gestión emocional, en todos los ámbitos, revierte de manera directa en la forma en la que nos percibimos a nosotros mismos”, explica Pilar Conde, psicóloga de Clínicas Conde.

La construcción de la capacidad de superación

Al igual que la autoestima, nos explica Conde, la capacidad de superación comienza a desarrollarse durante la infancia. En este sentido, el ejemplo de la familia es esencial. “Observar modelos de superación personal inculca patrones de reacción, de gestión emocional ante la adversidad y hacia la consecución de logros y objetivos”.

Sin embargo, esta no es la única forma de adquirir esta valiosa capacidad. El esfuerzo, el reto, el compromiso y la fuerza de voluntad son también partes claves de este crecimiento continuo, así como la capacidad de aprender de los errores.

Así que no te preocupes si la habilidad no te viene instalada de fábrica. ¡Puedes desarrollarla! Para ello, además de trabajar en equipo con un terapeuta especializado, Conde nos recomienda incorporar estos aprendizajes en nuestra vida.

Aprender de los errores

Aprender de nuestros errores, explica la experta, es vital para la capacidad de superación. Nos confiere ambición, constancia, perseverancia y resiliencia. Todas estas habilidades nos resultarán de gran utilidad a la hora de enfrentarnos a los múltiples desafíos que nos propone la vida.

“Cuando no se consigue alcanzar ese paso, es importante ver que nos limita y poner en funcionamiento herramientas altervativas”, afirma Conde. La terapia, por supuesto, es una de ellas.

También puedes probar en funcionamiento el concepto japonés hansei, que nos ayuda a afrontar los problemas desde un punto de vista práctico, comprendiendo que no debemos juzgarnos por ellos, sino asumirlos con responsabilidad e intentando ver en ellos la oportunidad de mejorar y crecer.

Fija tus objetivos

Sin mapa ni brújula, es imposible orientarse en medio de la nada. Esta misma idea aplica a la capacidad de superación si carecemos de objetivos o metas claras. ¿Cómo saber si estás avanzando o retrocediendo, si no tienes un punto de referencia hacia el que mirar?

Es por eso que Pilar Conde nos recomienda tomar conciencia de nuestros objetivos y retos personales para poder mejorar nuestra capacidad de superación. Para ello puedes hacerte estas preguntas:

  • ¿Cuál es tu objetivo? Define lo que quieres de forma clara y concisa, sin recurrir a conceptos abstractos. Tus metas deben ser concretas y medibles para poder mejorar tu capacidad de superación.
  • ¿A qué obstáculos te enfrentas? Enumera aquellos posibles desafíos que te enfrentan a tu meta. Pueden ser tanto externos como internos. Por ejemplo: falta de concentración, pocas plazas en la carrera que quieres estudiar, la distancia entre tu casa y el gimnasio, etc.
  • ¿Cómo los vas a superar? Por cada obstáculo que hayas apuntado en la lista, propón un plan de acción. Debe ser conciso y realizable, no te propongas, por ejemplo, mudarte para estar más cerca del gimnasio si sabes que es un plan de acción irrealizable y desmedido.
  • ¿Quién puede ayudarte? No estamos solos en esta vida, y aprender a apoyarnos en los demás es clave para conseguir lo que nos proponemos en la vida. Haz una lista de aquellas personas que pueden ayudarte a superar los desafíos que te alejan de tu objetivo y cómo pueden ofrecerte su ayuda.

Gestión emocional

Por último, la experta nos habla de la gestión emocional como parte esencial para mejorar nuestra capacidad de superación. Para ello, hay muchas técnicas que puedes poner en práctica, aunque quizá lo más importante sea lo siguiente.

  • Conócete a ti misma. No puedes regular tus emociones si no te conoces a ti misma. Dedica tiempo a reflexionar sobre cómo te sientes en diferentes situaciones o lleva un diario emocional para registrar tus emociones y los eventos que las desencadenan.
  • Técnicas de respiración. Las técnicas de respiración profunda o la meditación pueden ayudarte a aprender a regularte ante emociones complicadas o especialmente intensas, como momentos de estrés o ansiedad. Hay muchísimas. Prueba varias de ellas y descubre cuál funciona mejor para ti.
  • Comunicación. Aprende a expresar tus emociones de forma clara y asertiva, para conseguir comunicar aquello que te mueve por dentro y regular tus emociones sin impactar de forma negativa en tus relaciones interpersonales.
  • Hábitos saludables. Llevar una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente y mantener un ciclo de sueño saludable es fundamental para la salud emocional. El ejercicio, en particular, libera endorfinas, que son esenciales para estabilizar el ánimo y mejorar la gestión emocional.