Si no te queda más remedio que limpiar las persianas, porque han acumulado demasiada suciedad como para dejarlo pasar, lo mejor es tomárselo con calma y filosofía y recurrir a la sabiduría de las abuelas. Deja los trapos, cepillos y otras soluciones modernas, porque te bastará con agarrar algo que ya tienes en casa, en la cómoda del dormitorio o el armario. 

Y es que existe un truco simple y eficaz que se transmite de generación en generación y que puede hacer que esta tarea no solo sea más fácil, sino también más agradable. Es el truco de la abuela con los calcetines para limpiar las persianas desde el exterior: un método ingenioso que combina la simplicidad con la eficacia.

¿Por qué limpiar las persianas?

Antes de explicarte el original método de limpieza, conviene comprender por qué es importante mantener las persianas limpias. Así no lo dejarás para otro día, si es eso lo que se te está pasando por la cabeza.

Las persianas polvorientas no solo son antiestéticas y ofrecen una mala imagen de tu hogar, sino que pueden afectar a la calidad del aire interior y desencadenar reacciones alérgicas. 

Si las limpias, conseguirás por lo menos tres cosas: 

  • Mejorar la calidad del aire: el aire no arrastrará el polvo de las personas hacia el interior de tu casa. 
  • Mejorar la estética: las persianas limpias contribuyen a que tu entorno resulte más agradable a la vista, lo que hace que te sientas mejor.
  • Prolongar la vida de las persianas: el mantenimiento regular puede prolongar la vida útil de tus persianas, lo que te permitirá ahorrar dinero a largo plazo.

El truco de los calcetines paso a paso

Para limpiar las persianas con el truco del calcetín necesitas calcetines viejos, preferiblemente de algodón, vinagre de limpieza, un pulverizador y, si es necesario, una escalera estable. 

Prepara tu producto casero de limpieza

Comienza mezclando agua y vinagre blanco a partes iguales en una botella con pulverizador. El vinagre es un excelente limpiador natural que elimina la suciedad y los olores. Si prefieres usar jabón, mezcla unas gotas de lavavajillas (puedes hacerlo en casa) con agua.

Ponte el calcetín como un guante

Coge el calcetín viejo y colócalo en tu mano como si fuera un guante. Esta será tu herramienta principal para limpiar las persianas. La tela suave ayudará a atrapar el polvo sin rayar ni dañar la superficie de las lamas.

Rocía con el producto de limpieza

Rocía ligeramente la mezcla de vinagre y agua sobre las láminas de la persiana. Ten cuidado de no empaparlas; una ligera pulverización es suficiente. Si te preocupa que caigan gotas, puedes rociar directamente sobre el calcetín.

Limpia la persiana

Con la mano cubierta con el calcetín, limpia suavemente cada lámina de la persiana de arriba a abajo. El calcetín recogerá el polvo y la suciedad de manera eficaz. 

Repite si es necesario

Si encuentras manchas difíciles o mucha suciedad, es posible que tengas que volver a aplicar el líquido o frotar con un poco más de fuerza. No dudes en cambiar de calcetín cuando esté muy sucio. 

Dale el toque final

Una vez que hayas limpiado todas las lamas, toma un paño seco u otro calcetín limpio para limpiar el exceso de humedad o residuos. Esto ayudará a que tus persianas se vean impecables.

Recomendaciones para que la persiana quede como nueva

El truco de los calcetines de la abuela es práctico y eficaz, pero aún puedes hacer algunas cosas más:

  • Limpia con regularidad: si había mucha suciedad, quiere decir que debes limpiar con más frecuencia. Piensa que la sesión de limpieza será más rápida y sencilla. Aunque la acumulación de polvo depende de la ubicación de la persiana, en general es buena idea limpiarlas cada tres o cuatro meses por lo menos.
  • No lo hagas sola o solo: involucra a todos los miembros de la familia en la tarea; en la casa hay persianas y lamas para todos. ¡Con los calcetines de la abuela puede ser divertido!