La ventilación es fundamental para mantener un ambiente interior saludable. Reduce la humedad en las habitaciones, previene la formación de moho y expulsa al exterior contaminantes emitidos por materiales de construcción y muebles. Además, al abrir las ventanas se disminuye el nivel de CO₂ y se incrementa el oxígeno, refrescando el aire.

Sin embargo, ¿es posible ventilar en exceso? La respuesta es sí, y no solo por los costes de calefacción, sino también por posibles daños en el hogar.

Desventajas de ventilar mucho en otoño e invierno

Dejar las ventanas abiertas durante mucho tiempo en épocas frías puede generar dos problemas principales:

1. Alto consumo energético

Cuanto más ventiles, más necesitarás calentar. Dejar las ventanas abiertas todo el día, incluso en posición entreabierta, incrementa los costos de calefacción y afecta negativamente al medio ambiente si se utilizan combustibles fósiles como gas o petróleo.

2. Mayor riesgo de aparición de moho

Aunque parezca contradictorio, una ventilación excesiva también puede favorecer el desarrollo de moho, que a veces puede ser difícil de detectar en un primer momento. El enfriamiento de superficies como paredes, suelos y muebles, puede hacer que la humedad se condense en ellas.

Esto sucede cuando el aire caliente y húmedo de otras habitaciones entra en contacto con superficies frías, creando condiciones ideales para la formación de moho.

Cómo ventilar en invierno

Para ventilar correctamente cuando hace frío y evitar problemas, sigue estas recomendaciones:

  • Ventilación de choque en lugar de continua: abre las ventanas completamente durante 5 a 10 minutos dos o cuatro veces al día, en lugar de mantenerlas entreabiertas durante horas.
  • Ventilación cruzada para máxima eficiencia: abre varias ventanas y puertas para crear una corriente de aire que permita refrescar el aire más rápido. 
  • Adapta la duración de la ventilación a la temperatura exterior: en los días fríos, ventila durante 3 a 5 minutos; en los días templados: ventila durante 10 a 15 minutos.
  • Apaga la calefacción mientras ventilas: asegúrate de apagarla durante la ventilación y vuelve a encenderla cuando cierres las ventanas para evitar el desperdicio de energía.
  • Controla la humedad con un higrómetro: el nivel óptimo de humedad interior está entre el 40% y el 60%. Un higrómetro preciso y económico puede adquirirse desde 11 euros.

¿Qué se puede hacer si el ambiente está muy seco?

  • Coloca recipientes con agua: pon cuencos de agua cerca de radiadores o fuentes de calor para que el agua se evapore lentamente.
  • Plantas de interior: las plantas liberan humedad al aire.
  • Seca la ropa en interiores: colgar la ropa dentro de la casa genera humedad al evaporarse el agua de las prendas.

CÓMO VENTILAR EN DÍAS LLUVIOSOS O CON HUMEDAD ALTA

Ventilar en días lluviosos o cuando la humedad exterior es elevada puede parecer contraproducente, pero es posible hacerlo correctamente para evitar problemas de humedad en el interior. Estos son algunos consejos útiles:

  1. Elige el momento adecuado: ventila durante las horas del día en que la lluvia sea más ligera o haya pausas, preferiblemente cuando haya algo de sol.

  2. Usa protección contra la lluvia: si tienes ventanas con voladizos o toldos, úsalos para abrir las ventanas sin que el agua entre.

  3. Ventilación controlada: si el clima exterior es muy húmedo, limita el tiempo de ventilación a 3-5 minutos para evitar que la humedad exterior se acumule dentro de la vivienda.

  4. Utiliza extractores de aire: en baños y cocinas, donde la humedad es más intensa, utiliza extractores de aire para expulsar el aire húmedo de manera eficiente.

  5. Seca el aire con deshumidificadores: si la humedad interior sigue siendo alta, considera utilizar deshumidificadores para mantener el nivel de humedad en un rango óptimo de 40% a 60%.

Siguiendo estos pasos, puedes ventilar incluso en condiciones climáticas desfavorables, manteniendo un ambiente interior saludable y libre de humedad excesiva.