Tener muchos objetos, muebles o rincones bonitos en casa no nos garantiza que el ambiente general sea agradable y bonito. Para que nos sintamos verdaderamente bien en nuestro hogar, debemos encontrar la armonía entre los diferentes elementos

A la hora de seleccionar y colocar los objetos y tejidos y de escoger la pintura de las paredes, marcos y puertas hay que tener en cuenta una serie de aspectos para garantizar la armonía, algo que muchas personas no tienen en cuenta.

La clave está en la paleta de color

A menudo, vemos los muebles u objetos que vamos a colocar en casa de forma individual, sin tener en cuenta como van a quedar juntos. Pero, por muy bonitos que sean por separado, si no casan bien una vez estén juntos pueden destrozar el ambiente

Colores relajantes para dormitorios de adultos
iStock

Crear un ambiente agradable en el hogar, además de en los objetos, tiene que ver mucho con los colores, pues estos nos transmiten emociones que nos afectan tanto a nivel físico como emocional. No es lo mismo un dormitorio que una cocina o un salón. 

La elección de la paleta de color es la clave”, afirma la interiorista experta en estilo minimalista natural Ana García. Y es que decorar bien la casa no tiene tanto que ver con el dinero que invirtamos en ello como con la elección de los colores. Pero ¿cómo podemos elegir una paleta de colores equilibrada y armoniosa?

La regla del 60-30-10 para crear armonía en el hogar

Una de las claves para elegir la paleta de color es la regla del 60-30-10. Ana García ha compartido en su perfil de Instagram un ejemplo para ilustrarlo:

¿En qué consiste la regla del 60-30-10? Se trata de elegir tres colores y distribuirlos en unos porcentajes determinados: 

  • El color base (o color primario) debe ser el 60%, es decir, será el que dominará en el espacio y la base donde construir el resto. Se usa en áreas grandes como las paredes o muebles principales y establece el tono general y la atmósfera del espacio. De acuerdo con la especialista, conviene que sea un tono neutro, por ejemplo, blanco cálido, greige, arena…
  • El color secundario será el 30% y puede usarse en muebles secundarios o textiles (cortinas, alfombras…). Es un color que complementa al color primario y añade profundidad al espacio. 
  • El acento será un color que ocupe el 10% y puedes ponerlo en detalles decorativos (cojines, jarrones, lámparas…) que puedas cambiar más a menudo. Se usa para agregar un toque de color y crear interés visual.

    Cómo aplicar la regla del 60-30-10

    Ahora que ya sabemos los pesos y donde poner cada color llega el momento de concretar los tonos y para ello existen diferentes estrategias:

    • Paleta monocromática: la opción más fácil es usar diferentes tonos de un mismo color para crear una paleta que sea coherente. Por ejemplo, eligiendo un tono blanco como color principal, un naranja como secundario y un beige como acento.
    • Colores análogos: otra posibilidad, más atrevida, consiste en seleccionar colores contiguos en el círculo cromático. Por ejemplo, el rojo como color principal, el naranja como secundario y el amarillo como acento.
    • Colores complementarios: en este caso se trata de elegir colores opuestos en el círculo cromático para crear un contraste. Por ejemplo, el azul como color principal, el naranja como secundario y un neutro como el beige como acento.

    Algo que hay que tener muy en cuenta al elegir la paleta de colores es la luz natural. “Un color puede cambiar por completo según la luz que reciba a lo largo del día”, advierte la especialista. Es por ello que recomienda, antes de pintar, hacer siempre una prueba de muestras en diferentes momentos del día. 

    Por otro lado, hay personas que simplemente no tienen la habilidad de combinar bien los colores, o creen no tenerla, y en esos casos lo mejor es dejarse asesorar por profesionales del interiorismo. 

    Si te ha interesado este artículo y te gustaría recibir más sobre estilo de vida saludable únete al canal de WhatsApp de Cuerpomente.