Todos, personas y animales, estamos expuestos a estas sustancias químicas que pueden interferir en el funcionamiento de nuestras hormonas y provocar todo tipo de problemas de salud: desde trastornos del sistema reproductivo y del metabolismo a problemas cardiovasculares o neurológicos, entre otros.
Se encuentran en pesticidas, cosméticos, tejidos sintéticos, productos de limpieza, plásticos, mobiliario, aparatos eléctricos... y algunos son muy difíciles de eliminar del organismo.