No es fácil dar con las palabras adecuadas para describir todo lo que está pasando. La DANA ha arrasado y devastado pueblos enteros en Valencia, y solo nos queda hacer todo lo posible por reconstruir, ayudar y salvar. “Todos intentamos de alguna manera poner nuestro granito de arena”, asegura Marian Rojas Estapé, que ha sido entrevistada por la emisora COPE y sigue de cerca la tragedia, procurando dar voz a quien más lo necesita, a quien quiera ayudar.

La psiquiatra reflexiona en la entrevista sobre lo que podemos hacer en estos momentos tan dolorosos. ¿Cómo podemos ayudar quienes no hemos sufrido las consecuencias de la DANA? ¿Qué pueden hacer los que esperan noticias de algún ser querido? ¿Y qué pueden esperar quienes transitan la incertidumbre de haber perdido tanto? Sus palabras, además de reconfortantes, nos ofrecen dirección y una pizca de esperanza, que es lo que todos necesitamos en estos duros momentos.

El dolor compartido

Las grandes tragedias dejan también grandes lecciones. La DANA nos deja muchas, aunque quizá sea pronto para entenderlas. Estos días se han levantado voces de protesta, también se ha hablado de cambio climático, de servicios de emergencia y de cómo reaccionar ante esta crisis climática que ya es inevitable. Quizá sea pronto para sacar conclusiones, porque la herida sigue abierta, y tardará en sanar. Pero Rojas Estapé nos ofrece una lección mucho más humana. Así lo dice en su entrevista. “Al final, el dolor compartido es menos dolor”.

La DANA ha tenido consecuencias terribles. Hay quienes han perdido sus casas y sus negocios. Hay quienes siguen buscando a sus familiares, quienes ya saben que los han perdido. Y en medio de tanto dolor e incertidumbre, muchos nos preguntamos “qué puedo hacer para ayudar”.

Estapé insiste en que la respuesta es acompañar. “Ante la incertidumbre, lo mejor es acompañar”, dice la experta, porque en momentos como estos “las frases a veces ni siquiera ayudan”. No podemos decir nada que vaya a acabar con el dolor que tantas personas están viviendo, pero sí podemos acompañar. Y “quien tenga fe”, continua la experta, “que rece”. Ella misma asegura que sus “oraciones desde que todo esto empezó, está con toda la gente de Valencia”.

El arte de acompañar

El consejo de Marian Rojas Estapé es tan sencillo que cuesta imaginar su efectividad, aunque todo aquel que haya pasado por el dolor de la pérdida conoce la verdad que encierran sus palabras. Es momento de buscar y ofrecer compañía. “La compañía de gente que viene de fuera a escuchar, a apoyar, a abrazar, a darte un plato caliente de comida o de otras personas del pueblo, del entorno, que están en las mismas circunstancias”.

En el instante, la validación emocional, el apoyo, el sentido de pertenencia, incluso esa pequeña catarsis que se experimenta al liberar las emociones reprimidas, puede sanar mucho más de lo que imaginamos. De hecho, la ciencia ha demostrado que compartir el dolor con otras personas activa circuitos del cerebro relacionados con la empatía y la conexión social, liberando hormonas como la oxitocina, que ayuda a reducir el dolor y el estrés. Esta liberación química es un calmante natural, que disminuye la percepción del dolor emocional.

Aunque esta compañía, insiste Marian Rojas, no puede acabar cuando las cosas parezcan volver a la normalidad. “Es fundamental ayudar a esa persona después”, explica. “La persona no se puede quedar abandonada, porque el cerebro es muy traicionero”. Tras esta catástrofe tan devastadora, cuando todo se reconduzca, vendrá el trauma. Y debemos seguir unidos para acompañar y ayudar a todo aquel que lo necesite.

Un mensaje de esperanza

Pese a lo devastador de la situación, Marian Rojas ha querido compartir también un mensaje de esperanza con los oyentes de la COPE. “El cerebro y el organismo de la mente del ser humano está diseñado para la supervivencia y la resiliencia, afirma la psiquiatra autora de Recupera tu mente, reconquista tu vida.

En palabras de la autora, entendemos la resiliencia como la capacidad de superar el trauma. “El trauma no nos determina ni nos hunde para siempre”, explica.

La resiliencia, término que todos conocemos y utilizamos, la descubrió en la construcción propia de la mente humana Boris Cyrulnik, nos explica Rojas, el padre de la resiliencia. Él sobrevivió a los campos de concentración. Perdió a sus padres y vivió “una historia brutal”. Y descubrió “que el ser humano tiene la capacidad de reponerse en las peores adversidades y salir incluso fortalecido de ellas.”

Puede que sea pronto para imaginarlo, pero la experta nos asegura que así será. “El ser humano, per se, se puede recomponer y reconstituir. Hay un mensaje de esperanza. Pero no les podemos dejar solos, ni ahora ni después.”