Los ácaros pueden ser un auténtico problema para algunas personas. Son responsables de muchos casos de alergia y resultan difíciles de eliminar, pues forman parte del polvo (del que se alimentan y en el que dejan sus partículas) y están en aquellos lugares en los que hay escamas de piel humana, como la cama (en las sábanas, almohadas o colchones).
De hecho, la cama es uno de los lugares donde más ácaros se acumulan y más complicado es eliminarlos. La limpieza frecuente es esencial para eliminarlos de la ropa de cama, pero hay algunos trucos que pueden facilitar el trabajo.
¿Por qué causan alergia los ácaros?
Los ácaros son unos arácnidos microscópicos (de entre 0.2-0.5 mm) en cuyos cuerpos, heces y orina hay unas proteínas específicas que provocan alergia a algunas personas.
Cuando las personas alérgicas inhalan estas partículas, su sistema inmunológico reacciona de forma exagerada y trata estas sustancias (que normalmente son inofensivas para la mayoría de personas) como una amenaza. Es entonces cuando se desencadenan síntomas como estornudos, goteo o congestión nasal, urticaria, picor en la garganta o los oídos, tos, picor en los ojos, conjuntivitis, silbidos al respirar o problemas para respirar.
El problema es que los ácaros están presentes en todas las casas, especialmente en la ropa de cama, los muebles tapizados y las alfombras, donde son más difíciles de eliminar. Esta exposición constante puede provocar sensibilización y reacciones alérgicas persistentes.
¿Funciona el truco de congelar las sábanas?
Para eliminar los ácaros de la cama, es esencial lavar bien todos sus componentes: el colchón, la ropa de cama y las almohadas. En lo que respecta a la ropa de cama, además de lavarla con frecuencia (una vez a la semana como mínimo a 60 °C) hay un truco que resulta útil para matar los ácaros: meterla en el congelador. Y es que tal y como aseguran desde la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) “los ácaros también se eliminan con el frío”.
Un estudio del año 2017 publicado en la revista científica The Journal of Allergy and Clinical Immunology comprobó que es una estrategia útil para eliminar a estos microscópicos alérgenos. Los investigadores congelaron una muestra de un tipo de ácaro del polvo (Dermatophagoides farinae) y sus huevos a -15 °C (la temperatura a la que suelen estar configurados los congeladores domésticos) y comprobaron que, en 48 horas, tanto los ácaros como sus huevos habían muerto.
Aunque con 24 horas era suficiente para matar muchos de los ácaros y huevos, los mejores resultados se obtuvieron incrementando el tiempo hasta los dos días, por lo que este es el tiempo más aconsejable para congelar la ropa de cama.
En este estudio en concreto no se investigó otro de los ácaros del polvo más comunes, el Dermatophagoides pteronyssinus, pero los autores aseguran que en estudios anteriores, las muestras de estos ácaros expuestas a la misma temperatura murieron en tan solo 30 minutos.
Para congelar las sábanas, colócalas dentro de una bolsa, y una vez pasadas las 48 horas, lávalas a 60 °C, ya que los ácaros muertos (que también pueden provocar alergia) aún estarán en la ropa.
La congelación es una medida especialmente indicada para las almohadas, un complemento en el que suele ser más complicado deshacerse de los ácaros. Desde la SEICAP sugieren que, aunque puede ser una medida poco práctica por el tamaño, introducir la almohada dentro de una bolsa en el congelador, matará a los ácaros, que luego se deben aspirar.
Otras claves para mantener la cama libre de ácaros
Para minimizar los ácaros en la cama, además de limpiar con frecuencia la ropa de cama y congelarla de vez en cuando, toma nota de estas recomendaciones:
- Atrapa el polvo: elimina el polvo del dormitorio (y de toda la casa) con un paño húmedo o que lo atrape. No lo sacudas con un trapo o un plumero, pues solo conseguirás que cambie de lugar. Tampoco conviene usar la escoba, es mejor optar por una fregona o un aspirador con filtro de agua o filtro HEPA (que retienen las partículas de ácaros).
- Reduce al máximo el número de objetos: en el dormitorio de una persona con alergia a los ácaros del polvo conviene que haya pocos objetos, para que no atrapen el polvo. En especial, hay que eliminar todos aquellos objetos que sean difíciles de limpiar o que puedan acumular mucho polvo (moquetas, objetos decorativos, cortinas gruesas, cabeceros tapizados, butacas o sillas de tela, muñecos de peluche…).
- Usa protectores para el colchón y las almohadas: las fundas antiácaros están elaboradas con un tejido muy apretado que impide el paso de las partículas de ácaros para proteger el colchón. Una alternativa puede ser una funda plástica que cubra el colchón por arriba y por abajo.
- Evita la humedad en el dormitorio: los ácaros viven mejor en zonas húmedas. Si disminuye la humedad ambiental, es más difícil que los ácaros se reproduzcan.
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