Todos sabemos (y aún más desde la pandemia) que la higiene es esencial para evitar infecciones y contagios. Y no solo la higiene de nuestras manos, también de la ropa que llevamos y las telas o superficies del hogar.
Quién más quién menos todos solemos lavar la ropa que llevamos con bastante frecuencia, pero hay determinadas prendas que se suelen pasar por alto, pese a que tienen un contacto directo con todo tipo de microrganismos que pueden llegar a ser perjudiciales para la salud.
No se trata de prendas de uso poco frecuentes. Las llevamos muy a menudo en los meses más fríos del año, que son también en los que más virus respiratorios circulan. Los expertos alertan de que las deberíamos lavar mucho más a menudo.
Una prenda en contacto directo con los microbios
Vas en metro y te agarras a la barra (que muchos otros han tocado antes de ti), te encuentras con un conocido por la calle y os dais la mano (para descubrir después que está resfriado), te agarras a la barandilla al bajar las escaleras en el supermercado… son actos cotidianos que pueden dejar tus manos sucias y llenas de microbios.
Por supuesto, una buena higiene de manos con agua y jabón (o con una solución hidroalcohólica si estás en la calle) te las dejará limpias, pero en invierno no basta con ello. Y es que, en los meses más fríos del año, estas acciones muy a menudo las hacemos usando guantes para proteger nuestras manos del frío.
Igual que sucede con la piel, los microbios quedan adheridos a los tejidos de los guantes y al tocarnos la cara pueden contagiarnos. Recuerda que de media nos tocamos la cara unas 16 veces cada hora.
Cómo y cada cuánto lavar los guantes
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Pexels
¿Cuándo fue la última vez que lavaste tus guantes? El profesor Charles Gerba, microbiólogo de la Universidad de Arizona, explicó al periódico estadounidense New York Post que todas aquellas prendas que usamos en público deberíamos lavarlas aproximadamente una vez a la semana.
"El calor es lo que realmente mata los microbios", asegura el experto, que recomienda lavar los guantes de tela una vez a la semana con el agua más caliente que permita el tipo de tela del que estén hechos (debes mirar la etiqueta para comprobar las instrucciones del fabricante). Si te preocupa que vayan a encogerse con el lavado, el profesor Gerba recomienda en su lugar ponerlos en la secadora durante unos 45 minutos.
Si los guantes están hechos de tela sintética, además de lavarlos una vez a la semana puedes higienizarlos con una toallita desinfectante a mitad de la semana.
Los guantes de piel serán un poco más complicados de lavar. Llevarlos a la tintorería es la mejor opción para que queden perfectamente higienizados, pero evidentemente eso no es algo que vayamos a hacer cada semana. Para eliminar la capa superior de suciedad puedes lavarlos en casa con un paño mojado en una mezcla de agua tibia y jabón especial para pieles.
Otras prendas que solemos lavar poco
Hay otras prendas que también están en contacto con la suciedad y los microbios y tampoco solemos lavar demasiado, como los abrigos de invierno o los gorros.
Abrigos
Seamos sinceros, los abrigos de invierno no solemos lavarlos más que una vez al año, algo que de acuerdo con el microbiólogo es totalmente insuficiente. En su experiencia, las prendas que se usan con frecuencia y rara vez se limpian, como son los abrigos o las corbatas, son imanes de gérmenes. De hecho, respecto a las corbatas, Gerba asegura que “son una de las cosas más asquerosas que he estudiado”.
Lo ideal es llevar los abrigos a la tintorería unas cuantas veces durante la temporada invernal y es imprescindible hacerlo cuando ya ha terminado el frío y vamos a guardarlo hasta la próxima temporada. De lo contrario, tendremos gérmenes viviendo en nuestro armario todo el año.
Gorros
Los gorros no suelen ser un gran problema en lo que respecta a virus respiratorios, pero hay que ir con cuidado si tienes tendencia al acné, ya que el sudor, las células cutáneas muertas, las bacterias y la suciedad pueden acumularse en la tela y provocar brotes en la frente.
Gerba recomienda lavarlos también una vez por semana, respetando las instrucciones del fabricante e idealmente con un detergente hipoalergénico sin fragancias ni colorantes, en especial si la piel es sensible.
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