La iluminación en el hogar juega un papel crucial en tu bienestar físico, emocional y mental: debe adaptarse a la actividad que realices en cada espacio para evitar problemas como la fatiga ocular, los dolores de cabeza, el estrés o el insomnio, entre otros problemas. La luz adecuada en cada lugar te hará sentir bien y su estudio es uno de los campos de trabajo de la neuroarquitectura.

Para elegir la luz correcta, necesitas comprender dos variables: las medidas de intensidad en lúmenes y de color en grados Kelvin. Solo así podrás elegir las bombillas y lámparas adecuadas. Pero no te preocupes, es fácil recordar los datos esenciales. 

La luminosidad se mide en lúmenes

Bombillas en lámparas

La luz que ponemos en casa influye en nuestro bienestar físico y mental.

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Las antiguas bombillas incandescentes expresaban su potencia en vatios (W), que se correspondían con la energía que consumían. Actualmente, para determinar la intensidad o luminosidad de una bombilla LED o un fluorescente compacto, debemos fijarnos en la cantidad de lúmenes.  

Cuanto mayor sea el valor en lúmenes, más brillante será la fuente de luz. Este valor puede variar considerablemente de una lámpara a otra.

los grados kelvin indican el color

Los embalajes de las bombillas informan de su temperatura de color, que se mide en grados Kelvin.

  • La luz cálida (amarilla) tiene un valor Kelvin más bajo, normalmente menos de 3.500
  • Luz fría (azulada) tiene un valor Kelvin más alto.

El espectro de colores de la mayoría de las luces varía entre 2.200 y 6.000 Kelvin. La elección de la temperatura de color adecuada depende de la función de la habitación y del momento del día.

  • Por la mañana y en el trabajo se recomienda una luz fría, con un valor de alrededor de 4.000 Kelvin, ya que ayuda a la concentración y a despertarse con mayor facilidad.
  • Por la noche o en espacios de descanso se prefieren luces cálidas, con valores de entre 2.000 y 3.000 Kelvin, ya que favorecen la relajación.

Con los sistemas de control de iluminación para el hogar inteligente, es posible ajustar las temperaturas de color según la hora del día o la actividad que se realice en cada estancia.

¿QUÉ BRILLO TIENEN 1.000 LÚMENES?

Para entender el brillo de 1.000 lúmenes, se puede hacer una comparación con la bombilla clásica de 75 vatios, que generaba aproximadamente esos 1.000 lúmenes. Hoy en día, un LED con 1.000 lúmenes proporciona ese brillo pero con un consumo de energía mucho menor.

Sin embargo, hay que considerar el ángulo de apertura de la luz. Las bombillas clásicas emitían luz en todas las direcciones, con un ángulo de haz de más de 270 grados, lo que permitía una iluminación uniforme.

En contraste, las lámparas LED modernas tienen ángulos de haz más reducidos, lo que concentra la luz en una dirección específica. Por ello, 1.000 lúmenes de una lámpara LED pueden percibirse de forma diferente según la apertura de su haz de luz.

Si quieres una referencia más precisa sobre la intensidad de la luz en una superficie, el valor de lux sería la unidad adecuada, pero esta información no siempre se incluye en los embalajes. Aun así, los lúmenes son una buena guía.

¿CUÁNTOS LÚMENES y qué temperatura de color SE NECESITAN EN CADA espacio de la casa?

La luz no solo es importante para trabajar, sino también para el bienestar general. Por eso, la planificación de la iluminación en el hogar juega un papel fundamental en cada habitación.

En lugar de utilizar una sola lámpara de 1.000 lúmenes, es preferible distribuir varias fuentes de luz con valores de lúmenes más bajos a lo largo de la habitación. De este modo, la iluminación es más uniforme y funcional.

Para calcular la cantidad de lúmenes necesarios, se utiliza la especificación de lúmenes por metro cuadrado (lm/m²), que varía según el uso de cada estancia:

  • Cocina y estudio: se necesita una intensidad lumínica elevada y una luz fría (4.000 Kelvin) para favorecer la concentración. La iluminación básica puede lograrse con focos empotrados que aporten unos 100 lm/m², mientras que para una iluminación total se requiere alcanzar entre 250 y 300 lm/m².
  • Salón, dormitorio y habitación de los niños: en estos espacios, se prefiere un ambiente cálido y relajante, por lo que es suficiente con una intensidad lumínica de 100 a 150 lm/m² y una temperatura de color entre 2.200 y 3.000 Kelvin.
  • Baño: dado que se necesita una buena visibilidad para la rutina de cuidado personal, la iluminación del baño debe ser más intensa, con una recomendación de 250 a 300 lm/m². Se recomienda combinar una lámpara de techo con un espejo iluminado de forma independiente.
  • Pasillos y escaleras: para evitar accidentes, estos espacios deben contar con una iluminación adecuada de 100 a 150 lm/m². Las zonas especialmente oscuras o en ángulo deben contar con una mayor luminosidad para garantizar la seguridad.

UNA ILUMINACIÓN ADECUADA MEJORA EL BIENESTAR

Generalmente, solo percibimos la importancia de la luz en invierno, cuando los días son más cortos y la falta de sol puede afectar nuestro estado de ánimo. Algunas personas experimentan trastornos afectivos estacionales (TAE), que se asocian con la disminución de la luz solar. Desde una perspectiva médica, la terapia de luz natural puede ayudar a aliviar estos síntomas.

Ahora bien, cada vez más diseñadores de interiores reconocen la importancia de la iluminación adecuada para el bienestar. Los conceptos de iluminación ahora se adaptan a los biorritmos de las personas que habitan los espacios, ya que una iluminación óptima puede contribuir a una vida más saludable y equilibrada.