Mantener una buena higiene en el hogar no solo es importante por razones estéticas, sino que también tiene un impacto directo en nuestra salud y bienestar.

Sin embargo, muchas veces adoptamos hábitos de limpieza -o de falta de higiene- que, sin darnos cuenta, resultan ser altamente antihigiénicos. A continuación, exploramos algunos de los más comunes y cómo puedes corregirlos para asegurar un hogar limpio y saludable.

1. Usar muchos productos de limpieza y en gran cantidad

Aunque pueda parecer que más es mejor, el exceso de productos de limpieza no solo aumenta los costos, sino que también puede contribuir a la contaminación del aire en interiores, porque algunos ingredientes -sobre todo perfumes- son volátiles y no son inocuos.

Opta por productos básicos como un limpiador multiusos, uno para madera y otro para acero inoxidable. Esto no solo es más económico, sino también más seguro para el medio ambiente. Aún mejor: prepara tú mismo estos productos con ingredientes caseros.

2. Ignorar las limpiezas profundas

Limpiar superficialmente no basta para mantener un hogar higiénico. Áreas como rincones del baño,  detrás de los muebles o el interior de los electrodomésticos suelen acumular suciedad, bacterias y alérgenos.

Planifica limpiezas profundas regulares, cada dos o tres meses, por ejemplo, para evitar problemas mayores, como reparaciones costosas o problemas de salud.

3. Usar demasiado detergente para la ropa

Emplear más detergente del recomendado no limpia mejor la ropa; al contrario, puede dejar residuos que irritan la piel, dañan las fibras de los tejidos y afectan al medio ambiente.

Sigue siempre las instrucciones del fabricante para lograr una limpieza eficiente y segura.

4. No aspirar con regularidad

Aunque una alfombra pueda parecer limpia, en realidad puede albergar polvo tóxico, ácaros y otros alérgenos.

Aspira con la frecuencia adecuada según el uso de cada habitación y considera los síntomas de alergia como una señal de que es hora de hacerlo.

5. Mezclar productos de limpieza

Combinar productos químicos como lejía y vinagre, o lejía con bicarbonato, puede generar gases tóxicos peligrosos. Lee cuidadosamente las etiquetas y evita mezclar limpiadores a menos que se especifique su compatibilidad.

6. No limpiar los utensilios de limpieza

Es irónico, pero las herramientas de limpieza como esponjas, mopas y cepillos pueden convertirse en criaderos de bacterias si no se lavan y desinfectan regularmente. Asegúrate de hacerlo después de cada uso para evitar redistribuir los gérmenes en tu hogar.

7. No lavar las sábanas con regularidad

El sudor, el sebo corporal y las células muertas de la piel se acumulan en las sábanas. Lava la ropa de cama al menos una vez por semana para mantener un ambiente de descanso limpio y saludable.

8. Dejar los platos sucios en el fregadero

Los platos sucios en el fregadero no solo atraen insectos, sino que también se convierten en un caldo de cultivo para las bacterias potencialmente patógenas. Convierte en un hábito el lavar los platos o colocarlos en el lavavajillas inmediatamente después de su uso.

9. No limpiar el teléfono móvil

Los teléfonos móviles son uno de los objetos más tocados a diario y, por tanto, un foco de gérmenes. Límpialos regularmente con un producto seguro para dispositivos electrónicos.

10. Usar limpiadores inadecuados

Los limpiadores pueden dañar superficies sensibles como la madera o el granito. Asegúrate de utilizar productos específicos para cada tipo de material.

Este consejo sirve tanto para los productos comerciales como para sustancias naturales como el vinagre, que resulta excelente para el acero, pero puede dañar el mármol o la piedra.

11. no quitarse los zapatos dentro de casa

Los zapatos traen consigo gérmenes y suciedad del exterior. Déjalos en la entrada y utiliza zapatillas o calcetines limpios para mantener un hogar más higiénico.

12. No secar la humedad

Las cortinas de ducha y las toallas húmedas deben secarse correctamente para evitar el crecimiento de moho, que da mal olor a las toallas y otros tejidos además de resultar muy poco saludable.

Ventila el cuarto de baño, seca las mamparas, cortinas y azulejos y cuelga las toallas fuera para que se sequen entre usos.

13. Dejar que el desorden se acumule

El desorden, especialmente el papel acumulado, dificulta la limpieza y puede ser un escondite para gérmenes e insectos como los lepismas o pececillos de plata. Organiza tus espacios regularmente y deshazte de lo que no necesitas.

14. No limpiar las almohadas

Lava el relleno de tus almohadas al menos dos veces al año para eliminar aceites corporales, células muertas y ácaros del polvo. Esto mejora la higiene y la calidad del sueño.

15. Dejar comida fuera demasiado tiempo

Los alimentos que permanecen a temperatura ambiente por más de dos horas pueden desarrollar bacterias peligrosas. Guarda las sobras en el refrigerador cuanto antes para evitar enfermedades.

16. Retrasar las tareas de limpieza

Procrastinar las tareas de limpieza puede hacer que estas se acumulen y resulten abrumadoras. Dedica un poco de tiempo cada día para mantener tu hogar en orden.

La limpieza del hogar no se trata solo de apariencia, sino de garantizar un entorno seguro y saludable para toda la familia. Al eliminar estos hábitos antihigiénicos y adoptar mejores prácticas, puedes transformar tu espacio en un lugar más limpio y cómodo. 

 

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