La orquídea tiene fama de ser una planta difícil de cuidar. En realidad, no lo es tanto, pero requiere que las atenciones sean regulares y bien adaptadas a las necesidades de la planta concreta en el lugar concreto. Para satisfacer estas necesidades, conviene conocer las características de una planta que es única en muchos sentidos.
Entre los cuidados que precisan las orquídeas, el riego es clave. Actualmente, no es complicado realizar un buen riego de este tipo de plantas, porque se han ido seleccionando variedades más sencillas de cuidar y porque las técnicas de riego también han avanzado y pueden ser entendidas por cualquier aficionado.
Cuánta agua necesita la orquídea
Como ocurre con cualquier planta, el agua es un suministro fundamental para la orquídea y procurársela de la forma correcta es especialmente importante.
Muchas orquídeas tienen la capacidad de nutrirse de humedad a través de sus raíces aéreas, y el suelo donde viven tampoco es usual, sino una mezcla de turba y cortezas muy aireada. Por eso es importante ir con cuidado: las raíces de las orquídeas son delicadas y no pueden quedar nunca encharcadas.
La clave está en utilizar la maceta correcta
El experto Vincenzo Galletta señala que una manera muy eficaz de conocer las necesidades de agua de una orquídea es mantenerla en un tiesto transparente, porque permite visualizar al instante si necesita agua o no:
- Si las raíces adquieren un color claro y grisáceo, necesita agua.
- Si está verde y tersa, aún no la necesita
Cómo regar la orquídea
El experto recomienda sumergir la planta con la maceta en un recipiente mayor con agua. Es lo que se denomina riego por inmersión:
- El agua no debe llegar al centro de la planta de donde salen las grandes hojas verdes; es mejor que permanezca un poco por debajo. El riego desde arriba está desaconsejado, como lo está poner platos debajo del tiesto para que recojan el agua.
- Después de 15 minutos hay que sacar la planta y mantenerla en suspensión unos segundos hasta que deje de gotear para que elimine el agua que no queda retenida en el sustrato.
- Luego se puede poner en el tiesto de nuevo.
Otro método útil es el riego por goteo, teniendo cuidado de no mojar las hojas, que tienden a pudrirse fácilmente.
En todos los casos es buena idea hacer "la prueba del dedo" para comprobar si la planta realmente necesita humedad. Mete la primera falange del dedo en el sustrato y si lo sientes seco, ha llegado el momento de regar con una cantidad moderada de agua.
En invierno y en verano
Aunque lo fundamental es guiarse por las necesidades que muestra la planta, podemos decir que, en general, las orquídeas necesitan menos agua en invierno que en verano. En otoño e invierno puede ser suficiente con regarlas cada 10-14 días.
En verano el espacio de tiempo se reduce a la mitad. Habría que regarlas cada 5-7días e incluso menos.
Mantén la humedad en el espacio
Además del oportuno riego, es necesario que las orquídeas se mantengan en un ambiente húmedo. Esto puede suceder naturalmente si las tienes en el baño, pero en la mayoría de hogares, sobre todo en invierno cuando se usa la calefacción, la atmósfera está demasiado seca, lo que hace necesario pulverizar las hojas de vez en cuando.
Otra opción para aumentar la humedad ambiental y favorecer el bienestar de la orquídea es colocarla sobre un plato con agua, pero sin que el tiesto entre en contacto con ella para que las raíces no toquen directamente el agua. Este método genera humedad de forma continua a medida que el agua se evapora, creando un microclima favorable alrededor de la planta.
También puedes agrupar varias orquídeas u otras plantas, ya que juntas ayudan a mantener la humedad y se benefician mutuamente en el proceso.
Cuida la calidad del agua
Por último, es importante recordar que la calidad del agua también influye en la salud de las orquídeas.
Lo ideal es regarlas con agua de lluvia o agua filtrada, porque el exceso de minerales en el agua del grifo puede acumularse en el sustrato y dañar las raíces. Si solo tienes acceso a agua del grifo, déjala reposar durante un día para que se evaporen sustancias como el cloro.
Además, mantén la orquídea alejada de aparatos de aire acondicionado, deshumidificadores o bajo pleno sol.
Con la ubicación y la fertilización adecuada y los trasplantes necesarios, tu orquídea florecerá a menudo.