Es muy habitual que, con el paso de los años y el uso, la ropa blanca se vuelva un poco amarilla, algo que hace que se vea más vieja y desgastada.
Son diversas las razones de este amarillamiento de la ropa, y entre las más habituales están la acumulación de sudor y aceites corporales en las telas (algo que afecta en especial a la zona de alrededor del cuello y las axilas), el uso excesivo de detergente cuando lavamos la ropa, los desodorantes o antitranspirantes o la dureza del agua con la que hacemos la colada (es decir, si tiene una elevada concentración de minerales como el calcio o el magnesio).
Intentar eliminar estas manchas amarillentas puede resultar frustrante y la lejía no es la mejor opción pues, aunque sirve también para blanquear es muy agresiva para las telas y si no se usa correctamente puede contribuir también a amarillear la ropa. Afortunadamente, existen otras soluciones y remedios naturales con un alto poder blanqueante que te resultarán muy útiles, como los que te descubrimos a continuación.
El sol, el blanqueador más natural
Exponer a la luz del sol las prendas blancas de algodón o lino que han amarilleado ayuda a blanquearlas. La combinación del agua con el oxígeno y los rayos UV del sol crea agua oxigenada de forma natural, la misma que sirve para blanquear el cabello.
Solo tienes que lavar tus prendas blancas, separadas de las de color, con tu detergente habitual (idealmente que no contenga sustancias químicas agresivas para los tejidos y la piel y tóxicas para el medioambiente) y tenderlas al sol.
Una vez la ropa esté seca, descuélgala y guárdala. Debes tener en cuenta que dejarla al sol más tiempo del necesario podría ser contraproducente: los rayos solares muy intensos y durante mucho tiempo llegar a descomponer las fibras de la ropa y favorecer su amarillamiento.
Vinagre blanco, un potente blanqueador
Para potenciar el efecto blanqueador del sol, puedes usar vinagre de limpieza, un tipo de vinagre diferente del que usamos en la cocina y que tiene un gran efecto limpiador. Además de ser un producto ecológico respetuoso con el medioambiente, el ácido del vinagre actúa como disolvente de las manchas y deja la ropa más blanca.
Para utilizarlo en la colada, añade un cuarto de taza de vinagre de limpieza a la lavadora y lava tu ropa de la forma habitual. Si necesitas una mayor potencia blanqueadora, puedes dejar la ropa en remojo en agua caliente y un buen chorro de vinagre de limpieza durante unas horas.
Bicarbonato de sodio para una ropa más blanca
El bicarbonato de sodio es otro producto multiusos en el hogar. Entre sus múltiples usos está el de blanquear la ropa, además de limpiar y eliminar los malos olores.
Para usarlo solo tienes que añadir media taza de bicarbonato a la lavadora y hacer un ciclo normal de lavado.
Si esto no es suficiente, puedes conseguir un efecto más potente dejando las prendas en remojo con el bicarbonato (una taza por cada cuatro litros de agua) durante un mínimo de 15 minutos (puedes dejarla durante unas horas para potenciar la acción). Pasado ese tiempo, limpia la ropa en la lavadora de la forma habitual.
Zumo de limón, un limpiador natural
El ácido del zumo de limón es otro eficaz blanqueante natural. Para usarlo, añade una taza de zumo de limón en un barreño lleno de agua caliente y sumerge la ropa durante varias horas (o incluso toda una noche).
A continuación, lava la ropa en la lavadora de la forma habitual. Verás como tu ropa blanca está gana iluminación y está menos amarillenta.
Cómo reaprovechar las prendas
En ocasiones, las manchas son tan profundas que no hay manera de que las prendas blancas recuperen su color original, aunque más allá del color estén en buen estado. Esto no significa que tengas que tirarlas.
Puedes optar por “rescatar” la ropa tiñéndola con tintes naturales más oscuros: puedes hacerlo con ingredientes vegetales que tienes en casa como la remolacha o el café, entre muchos otros. De este modo, le darás una nueva vida a la ropa.