A estas alturas, a nadie se le escapa que una dieta equilibrada debe incluir alimentos ricos en todos los nutrientes, vitaminas, minerales, proteínas, hidratos de carbono y grasas. Además, organismos especializados como la Organización Mundial de la Salud recomienda llevar una dieta que priorice frutas y verduras, así como, semillas, lácteos, pescados o carnes magras, al mismo tiempo que insta a limitar el consumo de carne roja, alimentos ultraprocesados y aquellos con un alto aporte de grasas saturadas o de azúcares refinados. 

Partiendo de esta base, uno de los grupos de alimentos que no pueden faltar son las plantas crucíferas, como el brócoli o la coliflor. Estas verduras son ricas en carotenoides y vitamina C, E y K que fortalecen el sistema inmunológico y nos ayudan a afrontar el invierno con mayor energía y vitalidad. También son una reconocida fuente de fibra, folatos y minerales.

Muchos pros y un contra

Hay muchas recetas que tienen como ingrediente principal la coliflor. Además, este alimento se puede preparar de mil maneras distintas, frita, a la plancha, en puré, con bechamel, asada, y por supuesto, hervida, que es una de las más frecuentes. 

Todas esas preparaciones, además de estar riquísimas y contar con similares propiedades nutricionales, tienen otra cosa en común, un aspecto negativo que hace que muchas personas hayan renunciado a comer coliflor. Se trata del olor que desprende cuando la cocinamos. 

Pero, ¿a qué se debe realmente el mal olor que desprende al cocinarla? La explicación es muy sencilla. Mientras la cocemos, la coliflor suelta sustancias que contienen azufre provocando ese aroma intenso que disgusta a tanta gente.


no es magia, pero sorprende

A pesar de que es inevitable el proceso natural que hace que se desprenda este aroma, lo que sí se puede hacer es neutralizarlo. Para ello, los expertos señalan dos maneras de hacerlo:

coliflor
  1. En primer lugar, el truco consiste en exprimir el jugo de un limón y echarlo al agua de cocción y añadir su cáscara a la olla. De esta manera, el ácido del limón logrará eliminar los isocianatos, elementos encargados de producir el hedor de la coliflor. Solo hay que tener la precaución de no excederse con el jugo de limón, ya que si lo haces, es posible que se altere el sabor de la coliflor. También puedes sustituir el limón por un chorrito de vinagre de manzana que hará el mismo efecto.
  2. El segundo truco también es muy sencillo. En lugar del limón o el vinagre, basta con echar un poco de leche en el agua hirviendo. Al hacerlo, el líquido del lácteo neutraliza el olor de la coliflor pero sin alterar el sabor de la verdura.

3 razones (de salud) para comerla

La Organización de Consumidores y Usuarios recomienda que cuando compramos una coliflor en el supermercado, seleccionemos aquella que esté limpia, compacta, firme y de hojas verdes y tiernas. Además, nos recuerda que puede estar en la nevera entre siete y diez días antes de ponerse mala, y se aconseja no lavarla hasta el momento de consumirla. 

Aunque son numerosos los beneficios asociados a las crucíferas en general, y a la coliflor, en particular, los expertos destacan tres de ellos:

  1. Ayuda a la digestión. Gracias a su aporte en fibra, unos 2 g cada 100 g, y su alto contenido en agua, uno de sus beneficios más apreciados es que favorece el tránsito intestinal y evita el estreñimiento. 
  2. Mejora la memoria. Consumir regularmente coliflor también ayudará a nuestra memoria, ya que la coliflor es una fuente de colina, un nutriente que estimula el movimiento muscular. De esta manera, mejora el sueño, el aprendizaje y la memoria. 
  3. Reduce el riesgo de cáncer. Se ha demostrado que la coliflor, igual que el brócoli o las coles, ayuda a prevenir el crecimiento de mutaciones celulares y gracias a su poder antioxidante. Además, contiene sulforafano, uno de los combatientes contra el cáncer. 

Valores nutricionales

Una porción de coliflor cruda o cocida de unos 100 g tiene:

  • 25 calorías
  • 0 gramos de grasa
  • 5 gramos de carbohidratos
  • 2 gramos de fibra dietética
  • 2 gramos de azúcar
  • 2 gramos de proteína
  • 30 miligramos de sodio

Si te ha interesado este artículo y te gustaría recibir más sobre bienestar, únete al canal de WhatsApp de Cuerpomente.