La longevidad de los españoles se encuentra entre las más elevadas de la Unión Europea. Según datos correspondientes a 2023, vivimos una media de 84 años. Un dato, sin duda, muy positivo. Ahora bien, lo más interesante es conocer las razones que lo explican. Hasta ahora, sabemos que el sexo, el área geográfica de nacimiento, y por supuesto, la dieta y los hábitos de vida, son capaces de sumar o restar años a nuestra biografía. 

Si atendemos al sexo, se ha observado que las mujeres tienden a tener una esperanza de vida superior en torno a unos cinco años. Pero no es el único factor que participa en este proceso. Un nuevo estudio, impulsado por la Universitat de València, sugiere que el mes de nacimiento también podría ser un elemento a tener en cuenta. 

Los profesores José M. Pavía y Josep Lledó Pavía y Lledó analizaron un período de cuatro años (2005-2008) utilizando microdatos de población de España proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). La metodología desarrollada ha permitido señalar indicadores de mortalidad sin necesidad de cálculos complejos y costosos. El resultado, ofrece, entre otras cosas, nuevas oportunidades para mejorar la gestión de pensiones y la competitividad de las compañías de seguros.

mejor nacer en invierno

Los investigadores llegan a la conclusión de que los nacidos en verano tienen una esperanza de vida tres meses menor que los nacidos en invierno. Este hallazgo se basa en el análisis de más de 180 millones de eventos demográficos, considerando las probabilidades de fallecimiento y supervivencia para cada edad y trimestre del año.

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El estudio, titulado Estimation of the combined effects of ageing and seasonality on mortality risk: An application to Spain, fue publicado en la revista Journal of the Royal Statistical Society. Los investigadores del Departamento de Economía Aplicada de la Universitat de Valencia han desarrollado nuevas tablas de vida y tablas trimestrales, facilitando la construcción de indicadores de mortalidad con periodicidad inferior al anual.

primeras semanas decisivas

Los motivos que aducen los expertos para explicar los datos obtenidos se basan en que las personas nacidas en el tercer trimestre del año (tanto hombres como mujeres), suelen tener unos tres primeros meses de vida menos duros. Algo que hay que tener muy presente, dado que en España la probabilidad de fallecimiento durante el primer trimestre de vida es comparable a la de una persona de 65 años en hombres y 70 años en mujeres. De hecho, a pesar de los avances médicos, la probabilidad de fallecimiento en las primeras horas y días de vida sigue siendo considerable.
Además, otro aspecto destacable del estudio es la relación entre la proximidad de la fecha de cumpleaños y la incidencia de la mortalidad. Según los expertos, a mayor cercanía de la siguiente fecha de cumpleaños, mayor es la incidencia de la mortalidad, con excepciones en la adolescencia y entre los recién nacidos. 

Invierno, la estación con mayor mortalidad

Por otro lado, el estudio valenciano arroja muchas otras conclusiones, también muy interesantes. Entre ellas, destaca la que constata que el invierno es la estación con mayor mortalidad para gran parte de las edades. El motivo principal son las condiciones climatológicas, mucho más duras que el resto del año. 

Además, esta alta mortalidad vinculada al invierno es más elevada a medida que las personas tienen más edad, y afecta igual a ambos sexos. Solo se aprecia diferencia entre los hombres de 20 a 30 años. En este segmento de edad, la mortalidad de los hombres es superior en verano, algo que los investigadores asocian a conductas de riesgo a lo largo de estos meses.

otros factores que suman años

Este estudio viene a sumarse a la extensa literatura científica ya existente acerca de la longevidad y su relación con factores externos como la alimentación o los hábitos de vida. Cada vez hay más trabajos que vinculan una vida activa y una dieta basada en alimentos frescos, así como la existencia de una red social firme y extensa con una vida larga y con salud. 

Una reciente investigación de la Universidad de Harvard asegura haber hallado cómo aumentar la esperanza de vida en un 30 %. El nuevo estudio, encabezado por el Dr. Dong Hoon Lee del Departamento de Nutrición de la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard, demuestra que duplicar o multiplicar por cuatro la cantidad recomendada de ejercicio moderado o vigoroso aumentaba (la OMS recomienda 150 minutos de actividad física moderada a la semana) la esperanza de vida un 30% más, lo que aumenta la posibilidad de llegar a los 100 años.

Ahora bien, sin restarle importancia al ejercicio, lo cierto es que existen otros factores que también podemos encontrar en esta ecuación de la longevidad. Entre ellos, los hábitos de vida saludables. Así lo confirma otro estudio, esta vez realizado por la Universidad de Jyväskylä, en Finlandia. El trabajo destaca que llevar una vida activa podría ser uno de los factores más importantes para sumar años.