Las sartenes de hierro son fantásticas. Por propia experiencia sé que, si las cuidas, pueden durar toda la vida. Cocinan de manera uniforme, pues el calor se distribuye muy bien por toda la superficie. No liberan ninguna sustancia tóxica artificial en los alimentos. Y son bastante antiadherentes cuando las cuidas y utilizas correctamente.

A veces, aunque lo sepamos, las prisas del día a día hacen que no siempre dediquemos el tiempo suficiente o pongamos el cuidado necesario a la hora de limpiarlas. Si no se limpian bien y no se realiza el mantenimiento adecuado, lo que también he comprobado es que se reduce la antiadherencia y algunos alimentos pueden pegarse. Incluso puede aparecer una pátina de óxido.

En ese caso, ha llegado el momento de realizar una buena limpieza y curado de la sartén.  

Mi truco infalible para limpiar las sartenes de hierro fundido 

Corren por ahí muchas opiniones y "trucos infalibles" a la hora de limpiar sartenes de hierro fundido. "¡Nunca uses jabón!". "¡Solo necesitas un poco de agua caliente!". "¡Usa una patata!" Por supuesto, existen muchas maneras de devolver a la sartén a su mejor momento, pero el que mejor me ha funcionado a mí es el siguiente. 

sartén de hierro fundido limpia
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Limpiar la sartén de hierro fudido con sal y un cepillo duro

Sigue los siguientes pasos: 

  1. Lo mejor es realizar la limpieza inmediatamente después de cocinar, pero si has dejado que se seque, puedes calentar un poco de agua en la sartén. Cuando empiece a burbujear, comienza a frotar con el cepillo de cerdas de acero durante un minuto. Frota no solo el fondo, sino también los lados. 
  2. Escurre la sartén y echa una buena cantidad de sal gruesa. De nuevo, frota con el cepillo durante otro minuto.
  3. Ponla bajo el chorro de agua caliente y retira todos los restos con una esponja.  

¡Eso es todo!

Puedes utilizar el mismo método con las sartenes de acero al carbono, pero sin recurrir al cepillo duro. En su lugar, usa una esponja suave o un paño para frotar con la sal.  

Recuerda que no debes utilizar detergente con las sartenes de hierro, porque elimina el curado que se ha realizado con aceite. 

No apliques este método con las sartenes antiadherentes de teflón

En redes sociales y en decenas de webs en español se ha difundido un método para limpiar y alargar la vida de las sartenes antiadherentes que han empezado a perder cualidades. 

Según las instrucciones de los influencers, hay que echar bastante sal en la sartén, calentarla hasta tostarla y luego frotar con una esponja. 

Es un método inspirado en el de la sal y el cepillo para las sartenes de hierro, pero no es buena idea practicarlo en una sartén antiadherente por varios motivos: 

  • La antiadherencia de estas sartenes se basa en las propiedades de la superficie de plástico (teflón y materiales similares basados en el PTFE, politetrafluoroetileno). Cuando esta superficie se raya, pierde propiedades y no hay vuelta atrás. Ten cuenta que las rayaduras implican que se han desprendido trozos de plástico que se han mezclado con los alimentos... 
  • Al calentar la sal en estas sartenes deterioradas y luego frotar, solo se consigue limar los bordes de las rayaduras. Es decir, se desprenden más microplásticos que se van por el desagüe y terminan en las depuradoras, que solo retienen una parte, y el resto acaba en el mar contribuyendo a una de las principales amenazas que sufren los ecosistemas.
  • Este truco mal aplicado puede conseguir que los alimentos se peguen menos durante uno o dos usos, pero en una sartén que ya no se debiera utilizar.

Cómo curar o curtir una sartén de hierro para que vuelva a estar como nueva 

Curar o curtir la sartén periódicamente es un cuidado básico de mantenimiento y es muy recomendable después de hacer la limpieza con sal.

  1. Limpia la sartén tal como he explicado más arriba. 
  2. Después seca la sartén por completo con una toalla o colócala boca abajo para que se seque al aire. Este paso es crucial para evitar que se forme óxido en la superficie de la sartén.
sartén de hierro aceitada
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  1. Extiende una fina capa de aceite de girasol o de maíz sobre toda la superficie de la sartén y sigue con el curado en el horno o en el quemador.

En el horno: 

  1. Pon la sartén sobre una rejilla en el horno a 230 ºC durante unos 40 minutos.
  2. Pon debajo una bandeja para recoger cualquier gota de aceite que pueda caer.  
  3. Repite el aceitado y el calentamiento en el horno cuatro veces.

En el quemador: 

  1. Pon la sartén aceitada al fuego medio durante diez minutos. 
  2. Limpia con papel (se manchará) y repite el aceitado y el calentamiento hasta que al pasar el papel ya no se ensucie.