La verdolaga (Portulaca oleracea) es una planta silvestre que resultará familiar a la gente del campo, pues prospera espontáneamente en huertos y sembrados. También crece en márgenes de caminos e incluso en las aceras de las ciudades.
Fue muy popular en el Imperio Romano y hoy día puede encontrarse en muchos países, pues es una planta muy poco exigente y crece fácilmente en tierras poco fértiles.
Descripción de la planta
La verdolaga es una planta rastrera, de unos 40 cm de alto, muy ramificada, con tallos rojizos, hojas brillantes y carnosas, de forma ovada y roma, y flores diminutas, de color amarillo. Florece de mayo a septiembre.
Recoger verdolaga silvestre es habitual y es, de hecho, una de las plantas silvestres comestibles más conocidas. Tanto por su suave sabor herbáceo y su carnosa textura resulta agradable como verdura, fresca, cocida o encurtida, pero además posee propiedades para la salud que la hacen muy recomendable en diferentes situaciones.
Lo más habitual es comerse las hojas, aunque las flores y los tallos también son comestibles.
Propiedades de la verdolaga
Si hay una planta silvestre digna de figurar en las ensaladas esa es la verdolaga. Una de las principales razones es su contenido en ácido alfa-linolénico (unos 0,4 g por 100 g), algo inusual en las verduras. Este ácido graso es transformado parcialmente por el organismo en EPA y DHA, los ácidos grasos omega-3 que reducen el riesgo cardiovascular y que solo se hallan en gran proporción en el pescado azul.
En el caso de la verdolaga, con diferencia la verdura más rica en este ácido graso, las hojas contienen también abundantes mucílagos, vitaminas (especialmente A, C y E) y sales minerales, especialmente potasio, magnesio, hierro y calcio. La presencia de las tres vitaminas antioxidantes en la verdolaga, especialmente en las hojas, junto con la del antioxidante glutatión, la convierten en una verdura con un gran potencial antioxidante, según apunta este estudio publicado en The Scientific World Journal.
Debido a esta rica composición nutricional, estas son algunas de las propiedades destacadas que se atribuyen a la verdolaga:
- Calmante y digestiva: Los mucílagos de la verdolaga calman y suavizan las mucosas digestivas. Palian el exceso de ácido gástrico y la desagradable sensación de ardor estomacal. La verdolaga se indica por ello también en úlceras gástricas y como apoyo en la hernia de hiato.
- Laxante: Los mucílagos de la verdolaga son una fibra que ayuda también a combatir el estreñimiento.
- Hipoglucemiante: En medicina tradicional china la verdolaga se ha utilizado como planta antidiabética para reducir los niveles de azúcar sanguíneo. Aunque no hay estudios científicos en personas que confirmen estas propiedades, sigue siendo un uso tradicional extendido y un estudio publicado en International Journal of Molecular Sciences confirmó el efecto hipoglucemiante de los polisacáridos de la verdolaga en ratones.
- Diurética y depurativa: Combinada con otras plantas diuréticas como la cola de caballo y el apio, es un excelente depurativo. Las hojas frescas se pueden añadir a caldos depurativos en curas de primavera y otoño. Se indica asimismo en caso de retención de líquidos, edemas e infecciones urinarias.
- Astringente y cicatrizante: En uso externo se ha utilizado tradicionalmente sobre forúnculos, granos, abscesos, heridas superficiales, llagas y grietas en los labios, pues facilita la curación.
- Refrescante y antiinflamatoria: En uso tópico se ha utilizado también para refrescar y bajar la inflamación en sienes, párpados y ojos en caso de dolor de cabeza, conjuntivitis y blefaritis.
Por ser una planta tan crasa, la verdolaga no se puede desecar sin que pierda propiedades, por lo que debe usarse fresca y tierna, también en fitoterapia con fines medicinales.
Remedios caseros
Una forma habitual de tomar verdolaga para aprovechar sus propiedades medicinales es en zumo, tanto para uso interno como en uso externo, en forma de enjuague, por ejemplo. También podemos preparar con ella un emplasto para cuidar la piel.
1. Para rebajar la acidez
Gracias a sus mucílagos, la verdolaga protege las mucosas digestivas y evita la sensación de ardor. Para ello resulta útil tomarla en zumo.
- Zumo de verdolaga y manzana para el ardor de estómago: Una fórmula tradicional para combatir la acidez estomacal consiste en añadir a medio litro de zumo de manzana unas 20 o 25 hojitas de verdolaga, previamente trituradas en una licuadora o una batidora. Bastaría con hacer una cura de unos 9 días seguidos, tomando 2 vasos diarios.
2. Para afecciones de la piel
Se puede hace un emplasto de verdolaga para aprovechar sus propiedades cicatrizantes y astringentes en forúnculos, granos o pequeñas heridas. Simplemente se aplica el emplasto sobre el área dañada.
Otra opción es regar o fregar la zona dañada con una decocción tibia de las hojas.
4. Para las encías
Se pueden utilizar las hojas licuadas o bien en zumo (10 hojas por vaso de agua) para hacerse un enjuague y reforzar las encías, evitar que sangren y curar aftas y llagas bucales.
Contraindicaciones y precauciones
La verdolaga no debe ingerirse en caso de litiasis oxálicas, pues contiene ácido oxálico.
Si se recoge la verdolaga directamente del campo, debe hacerse en lugares limpios y luego debe lavarse bien para evitar posibles parásitos.
Jordi Cebrián. Asesora: J Mª Teixé, herborista de «El Manantial de Salud»