En el súper puedes encontrar infinidad de productos de limpieza, muchos de ellos específicos para diferentes superficies o zonas de la casa, que a menudo llevan sustancias químicas nada recomendables para la salud. No obstante, hay sustancias naturales que resultan igual de efectivas (o más) y que son mucho más respetuosas para tu salud y la del medioambiente.
Una de las que más poder limpiador tiene es el bicarbonato de sodio, que además de ser biodegradable es muy versátil y fácil de usar. Además, puedes potenciar sus efectos o sumarle otros efectos específicos si lo mezclas con otros productos naturales. Eso sí, también hay sustancias con las que no lo debes combinar, porque puede producir reacciones químicas peligrosas. La lejía es una de ellas. Te contamos por qué y cuáles son las alternativas.
Los poderes limpiadores del bicarbonato
El bicarbonato de sodio es un polvo de color blanco que tiene infinidad de usos, tanto en la cocina, en cosmética como en el hogar. De hecho, gracias a sus múltiples usos, se considera la “navaja suiza en polvo” del hogar.
La fórmula química del bicarbonato de sodio es NaHCO3 y no hay que confundirlo con otros productos de nombre similar como el percarbonato de sodio (Na2H3CO6) o el carbonato sódico (Na2CO3).
Por lo que respecta únicamente a la limpieza del hogar, además de ser un producto natural y biodegradable, es muy fácil de usar, barato y multiusos. Sirve, entre otras muchas cosas:
En el artículo 45 usos sorprendentes del bicarbonato en casa y en el jardín descubrirás muchas formas distintas de usarlo en tu hogar.
Con qué no debes mezclar el bicarbonato
Como hemos visto, el bicarbonato tiene grandes efectos limpiadores y los puedes potenciar mezclándolo con otras sustancias. No obstante, hay una sustancia con la que nunca debes mezclarlo, pues la combinación puede resultar peligrosa: la lejía (hipoclorito de sodio).
Mezclar bicarbonato de sodio y lejía genera un gas tóxico denominado cloramina, además de otras sustancias y subproductos como el clorato o el clorito. La exposición a estos gases puede causar irritación en el sistema respiratorio y provocar diversos problemas como tos, dificultad para respirar, ardor o lagrimeo en los ojos. Además, la reacción que se crea entre estas dos sustancias puede liberar calor y salpicar, lo que podría provocar irritación de la piel o de los ojos.
Por otro lado, la mezcla de estos productos puede ser corrosiva para las superficies. Es por todo ello que conviene usar y almacenar la lejía y el bicarbonato siempre por separado.
De hecho, la lejía no debe mezclarse con casi ningún otro producto para la limpieza (en especial con amoníaco) por esta posibilidad de desprender gases tóxicos o crear reacciones químicas peligrosas, y debe usarse siempre con una muy buena ventilación.
Con qué potenciar el efecto del bicarbonato
Para potenciar el efecto del bicarbonato, puedes mezclarlo con otros productos naturales como:
- Vinagre: al mezclar el bicarbonato (que es una base) con vinagre (que es un ácido) verás que se crea una espuma efervescente. Es una reacción química que genera dióxido de carbono y agua y que resulta muy eficaz para descomponer depósitos minerales y orgánicos. Esta mezcla es muy útil, por ejemplo, para desatascar los desagües, para limpiar la suciedad en el inodoro o para eliminar la grasa rebelde del horno.
- Jabón: mezclar el bicarbonato de sodio con agua y el jabón (idealmente un jabón líquido casero sin sustancias químicas) que uses para limpiar es muy efectivo para eliminar la suciedad de las superficies o la ropa.
- Agua oxigenada: el agua oxigenada potencia el efecto limpiador y desodorizante del bicarbonato. Una mezcla de bicarbonato, agua oxigenada y jabón líquido casero es eficaz, por ejemplo, para limpiar el pipí de los animales domésticos.
- Aceites esenciales: el bicarbonato de sodio es muy eficaz para eliminar los malos olores, por ejemplo en la nevera, el baño, los armarios, en casas en las que hay animales domésticos… Si lo mezclas con unas gotas de tu aceite esencial favorito, además de eliminar los olores, dejará un agradable aroma.