La hermosa flor del gladiolo simboliza la fuerza, el coraje y la determinación para superar las adversidades. Este significado es algo que probablemente se deba a que la forma de sus flores y hojas acabadas en punta recuerdan a una espada. De hecho, su nombre proviene del término latino “gladius”, que significa precisamente “pequeña espada” y a menudo se conoce esta planta como el “lirio espada”. El gladiolo era, además, la flor que se entregaba a los gladiadores vencedores después de los torneos.
Las espectaculares flores del gladiolo, que pueden encontrarse en diversos tonos, quedan muy bien en cualquier jardín o terraza, y cultivarlas es más sencillo de lo que parece, solo hay que tener en cuenta algunos factores esenciales.
Origen y características del gladiolo
El género Gladiolus, perteneciente a la familia Iridaceaey conocido por el nombre común gladiolos, consta de unas 300 especies de plantas con flores originarias en su mayoría de Europa, África y toda la zona de mediterráneo.
Esta planta se conoce en Europa desde hace siglos y se puede encontrar con cierta facilidad en los campos de cereales de la zona del Mediterráneo y en algunas regiones más interiores. También se cultiva con fines ornamentales, para vender sus llamativas flores cortadas.
Los gladiolos son plantas perennes que, por lo general, crecen a partir de cormos, unas estructuras similares a los bulbos (aunque más redondos y achatados) que almacenan nutrientes.
Las espigas florales pueden alcanzar una altura de entre 60 y 90 cm y tienen numerosas flores con forma de embudo que se agrupan en un lado del tallo. Cada flor consta de seis partes similares a pétalos. Sus hojas de color verde oscuro son largas, estrechas y acabadas en punta.
Gracias a que a lo largo de la historia se han hibridado ampliamente, existen gladiolos de diversos colores (rojos, amarillos, blancos, rosas, púrpuras... cada uno son su significado específico), con distintas formas y algunos de ellos muy aromáticos.
Qué temperatura y tierra necesita el gladiolo para crecer bien
Las condiciones climáticas de España son muy propicias para los gladiolos, en especial la costa mediterránea, pues prosperan mejor en temperaturas cálidas, idealmente de entre d 10 °C y 25 °C.
En lo que respecta al suelo, necesitan que esté bien aireado y tenga un buen drenaje, pues es una planta sensible al encharcamiento. Una tierra arcillosa con buen contenido de materia orgánica ayudará a que la planta crezca sana.
Por otro lado, prefieren que la tierra tenga un pH neutro, de entre 6,5 y 7,5.
Cómo cultivar gladiolos
La mejor época para plantar los bulbos de los gladiolos es la primavera, entre marzo y mayo, cuando el suelo ya se ha calentado y no hay riesgo de heladas. La floración tendrá lugar entre julio y septiembre.
Si vas a plantarlos en el jardín, elige un lugar en el que tengan una buena exposición al sol, con al menos 6 horas de luz solar directa al día. Si vas a ponerlos en una maceta, recuerda colocarlos en una zona bien soleada.
Es recomendable remojar los cormos o bulbos en agua durante unas horas antes de plantarlos para que absorban humedad.
Plántalos a unos 10-15 centímetros de profundidad para que tengan un mejor soporte, y deja un espacio de unos 15 centímetros ente los bulbos. Las tierras de textura ligera a media son ideales para el cultivo de gladiolos y recuerda que deben tener un buen drenaje.
Después de plantarlos, debes regarlos abundantemente. Posteriormente, hay que regar los gladiolos a menudo y asegurarse de que el suelo esté siempre húmedo, en especial en momentos de mucho calor. No obstante, hay que evitar el encharcamiento, pues puede llevar a la pudrición de las raíces. Poner encima una capa de mantillo ayudará a retener la humedad del suelo y regular la temperatura de la planta.
Cuando salgan los primeros brotes puedes agregar un fertilizante líquido equilibrado para favorecer el crecimiento, y después cada dos semanas.
Cuidados esenciales de los gladiolos
Ten en cuenta estos factores al cultivar gladiolos:
- Conviene poner estacas en las variedades de gladiolos más altas antes de que salga la espiga floral. De este modo, les proporcionarás soporte y evitarás que crezcan torcidos.
- Retira las flores muertas una vez se han marchitado. Así la planta podrá concentrar los nutrientes en las partes sanas y crecerá mejor.
- En las zonas más frías, conviene desenterrar los bulbos en otoño y guardarlos para que no les afecten las heladas. Si estás en una zona cálida en la que no hay heladas, puedes dejarlos en el suelo, aunque conviene cubrir la zona con una capa gruesa de mantillo para protegerlos.
- Entre las plagas y enfermedades que más afectan a los gladiolos están los trips, las babosas, los pulgones y el moho gris de los gladiolos. Hay que eliminar las hojas y flores afectadas para evitar su propagación.