En los últimos años, el estoicismo ha resurgido como una de las filosofías más relevantes del momento. Su promesa es sencilla: ayudarnos a afrontar los retos de la vida moderna. Y es que, aunque se originó hace más de dos mil años, en la antigua Grecia, su enfoque práctico sobre cómo gestionar nuestras emociones y vivir de acuerdo a aquello que podemos controlar sigue resonando de forma profunda en un mundo lleno de incertidumbre, entres y cambios constantes.

Este renacimiento del estoicismo no es casual, ni mucho menos. En tiempos de crisis y desafíos, las ideas de filósofos como Séneca, Epicteto y Marco Aurelio vuelven a ofrecer respuestas prácticas a preguntas que trascienden más allá del tiempo. ¿Cómo lidiar con el sufrimiento? ¿Qué es aquello que sí podemos controlar? Estas enseñanzas antiguas, pero universales, son un ancla para quienes buscan soluciones clásicas a problemas modernos. Y según el profesor de filosofía Massimo Pigliucci, uno de los mayores divulgadores contemporáneos del estoicismo, esta corriente puede revolucionar nuestro “espectro emocional”, haciendo que cambiemos la forma en la que experimentamos la vida. ¿Quieres probar?

 

¿Qué es el estoicismo y cómo puede ayudarte?

El estoicismo es una escuela filosófica que nació en la antigua Grecia, hace más de dos mil años, de la mano de Zenón de Citio. Aunque muchas veces se asocia erróneamente con una actitud fría o de resistencia estoica ante las adversidades, esta filosofía es mucho más profunda y rica de lo que cabría imaginar.

Los estoicos creían que el verdadero bienestar no dependía de las circunstancias externas, sino de nuestra capacidad de gobernar nuestras emociones y de actuar siguiendo la razón. Basta con repasar algunas de las frases estoicas más famosas.

Pero ¿cómo pueden ayudarte las ideas de estos antiguos filósofos en tu día a día, en pleno siglo XIX? Lo cierto es que mucho de los problemas que enfrentamos como sociedad moderna (el estrés, la ansiedad, la falta de propósito, la pérdida de la atención) están muy relacionados con lo que enseña el estoicismo. Y si no te lo terminas de creer, solo tienes que seguir leyendo para descubrir tres hábitos que puedes integrar en tu día a día y que cambiarán tu forma de ver el mundo.

Tres hábitos estoicos que puedes aplicar para ser más feliz

El estoicismo no es solo una filosofía teórica, sino que tiene un enfoque práctico que nos permite vivir de forma más plena y consciente. Entre las muchas enseñanzas que nos dejó esta escuela, el profesor Massismo Pigliucci nos cuenta tres que podemos convertir en hábito y nos ayudarán a reprogramar nuestra forma de ver el mundo, encontrando la satisfacción en lo cotidiano.

Ve de compras y no compres nada

En un mundo consumista como el nuestro, este ejercicio te resultará completamente revelador. Se trata de pasear por un centro comercial, mirar los escaparates, entrar en las tiendas y salir sin comprar nada. Convertirlo en un hábito te ayudará a darte cuenta de cuántas cosas no necesitas.

Reducir el impulso de consumo te ayudará, por un lado, a ahorrar dinero, y por otro, a disminuir la frustración que surge de desear cosas materiales que no nos aportan verdadera felicidad.

Recuerda que vas a morir

“Carpe diem quam minimun credula postero momento morti”, decía Horacio, poeta latino. O lo que es lo mismo, “aprovecha el día, no confíes en mañana, recuerda que morirás”. Puede parecer sombrío, pero reflexionar sobre nuestra propia mortalidad es un pilar del estoicismo.

Los estoicos creían que tener presente la idea de la muerte, que queda representada en ese Memento mori, que quizá ya conocías, nos ayuda a relativizar los problemas y a disfrutar de la vida. Visitar un cementerio, pasear entre las lápidas y fijar tu vista en la muerte es una buena de recordar que la vida es finita. Y es este, precisamente, el hábito que nos recomienda Pigliucci para reprogramar la mente.

En lugar de ser deprimente, este ejercicio te ayudará a valorar el presente y a no obsesionarte con aspectos superficiales, como el envejecimiento o la búsqueda de la juventud eterna. Reconocer que la muerte es parte del ciclo natural de la vida, te hará más consciente y te permitirá conectar con la gratitud por el tiempo que tienes.

Lleva un diario para aprender de tus días

Para acabar, Pigliucci nos recomienda un ejercicio antiguo, pero muy efectivo, que los estoicos ponían en práctica desde tiempos de Séneca. Es tan sencillo como llevar un diario donde reflexiones sobre tu día, lo que has hecho bien, lo que podrías haber hecho mejor y lo que has aprendido.

Se trata de una poderosa herramientas para el crecimiento personal, que puedes empezar con un poco de papel y un bolígrafo. Y recuerda, debes analizar objetivamente tus errores, y aprender de ellos, no fustigarte.

Al hacer este ejercicio, te volverás más consciente de tus patrones de comportamientos y podrás corregirlos con el tiempo. Este hábito fomenta una mayor autorreflexión, lo que te permitirá tomar mejores decisiones y vivir de acuerdo con tus valores.