Aun teniendo exactamente el mismo tamaño, hay habitaciones que parecen mucho más pequeñas que otras. El tipo de muebles, los colores de las paredes (y de los tejidos y demás objetos) y la iluminación son los principales culpables de este efecto óptico y, de la misma forma que pueden empequeñecer un espacio, podemos usarlos a nuestro favor para que nuestra casa parezca más grande y espaciosa de lo que realmente es.
La interiorista Ana García, experta en estilo minimalista natural, ha desvelado en su perfil de Instagram (@anagarciainteriorista) los errores más habituales que cometemos a la hora de decorar y organizar el hogar y que hacen que el espacio parezca más pequeño:
1. Elegir algún mueble demasiado grande
Quizá hayas elegido muebles ajustados al tamaño, pero llega el momento de poner el sofá y te dices: no, al sofá grande no renuncio. “Un sofá enorme en un salón pequeño puede comerse todo el espacio”, explica la experta. Los muebles demasiado grandes o pesados, además de obstaculizar el movimiento por la habitación, pueden ocupar demasiado espacio y hacer que se vea apretada.
Pero no solo eso. También pueden crear barreras que bloquean la vista e interrumpen el flujo visual por la estancia, haciendo que el espacio se perciba como más pequeño.
¿La solución son los muebles pequeños?
Optar por ponerlo todo mini tampoco es la solución. Unos muebles demasiado pequeños tampoco van a quedar bien. Harán que la habitación parezca vacía o poco acogedora.
La clave está en elegir el tamaño apropiado. “Opta por piezas proporcionadas a la estancia y deja zonas de paso cómodas”, aconseja García.
¿Muebles contra la pared o separados de la pared?
También influye el sitio donde coloquemos los muebles: situarlos lejos de las paredes puede crear una sensación de amplitud, mientras que colocarlos contra ellas puede hacer que la habitación parezca más pequeña.
2. Utilizar incorrectamente los colores oscuros
Los colores oscuros tienden a empequeñecer los espacios, pero no significa que no podamos usarlos, sino que hay que usarlos con equilibrio. “Si los aplicas sin control, absorberán la luz y harán que el espacio parezca más cerrado”, explica la experta.

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Bien combinados no solo no empequeñecerán el espacio, sino que pueden crear una atmósfera sofisticada y acogedora y añadir profundidad, haciendo que parezca más grande.
Si quieres usar colores oscuros, García recomienda combinarlos con tonos neutros y materiales reflectantes. Por ejemplo, puedes usar un color oscuro en la pared y muebles de colores claros para crear equilibrio visual. También puedes incorporar a la estancia diversas texturas y materiales, como piedra natural, madera o vidrio, para añadir profundidad e interés visual al espacio.
La regla del 60-30-10 es muy útil para combinar bien los colores y mantener la armonía visual: consiste en usar un color base en el 60% del espacio (paredes o muebles principales), un color secundario en el 30% (en muebles más secundarios o tejidos) y un color de acento en el 10% restante (detalles decorativos).
3. Falta de luz y espejos
La falta de luz natural hace que cualquier espacio se vea más pequeño. Esto es un hecho que puede comprobarse fácilmente en cualquier momento. Usar cortinas transparentes y espejos para reflejar y distribuir bien la luz por todo el espacio hará que se vea más amplio. Y es que, tal y como afirma Ana García, “la luz natural y los espejos bien ubicados pueden hacer que una estancia se perciba el doble de grande”.
Por lo que respecta a la luz artificial, la iluminación por capas, una técnica que consiste en combinar diferentes tipos de fuentes de luz, ayuda a eliminar las sombras y a crear un ambiente más luminoso y espacioso. Se trata de combinar tres tipos de iluminación:
- Iluminación ambiental: la principal de la habitación.
- Iluminación de trabajo: enfocada a actividades concretas que tienen lugar en la estancia, como leer, cocinar o trabajar.
- Iluminación de acento: para destacar detalles concretos.
Los espejos, por su parte, reflejan tanto la luz natural como la artificial, amplifican sus efectos y crean una atmósfera más luminosa y amplia. Además, de acuerdo con el feng shui los espejos tienen un papel importante en el flujo de energía y nunca deben colocarse en determinados espacios, como frente a la puerta de entrada (porque harán que la energía positiva entre y salga de la casa) o en determinados sitios del dormitorio desde donde te puedas ver reflejado mientras estás en la cama, entre otros.
Los espejos, estratégicamente colocados, pueden crear ilusión de profundidad al reflejar imágenes y ampliar los límites visuales. Te ayudarán a dirigir a guiar la vista por la habitación y a potenciar la sensación de amplitud.
Ubícalos frente a las ventanas para reflejar la luz natural y la naturaleza (ya sea el cielo, los árboles…) y traerla dentro de casa. Situados frente a las fuentes de luz artificial también te ayudarán a amplificarla.
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