En las vacaciones veraniegas tenemos más tiempo para pasar con nuestros seres queridos, incluidos nuestros animales. Ellos lo agradecen y disfrutan, pero tras el ocio estival, llega la parte complicada para los peludos, volver a estar más tiempo solos y retomar de nuevo la rutina. Hacerlo de manera adecuada y paulatina puede evitar al perro la ansiedad por separación.

Durante las vacaciones estivales, las rutinas cambian, pasamos más tiempo con los animales y se crea más apego. De esta forma, tras el verano, el perro pasa de estar mucho tiempo acompañado a pasar más horas solo. "El animal no entiende ese cambio y le genera ansiedad, así que, unas semanas antes de acabar las vacaciones, conviene empezar a dejarle algún tiempo solo y no estar constantemente con él, para que el cambio se gradual", explica Estefanía Pineda, especialista en medicina del comportamiento animal y profesora del Departamento de Producción Animal en la Universidad Complutense de Madrid. 

La ansiedad canina por separación es un trastorno derivado de un apego desajustado con los dueños. Se produce cuando el animal depende demasiado de su vínculo con alguien o algo, como un espacio u objeto y cuando tiene miedo o fobia a estar solo.

Paradójicamente, para que un perro gestione bien las horas que está solo en casa, hay que acostumbrarle a estar sin sus dueños, pero de manera adecuada y paulatina, para evitar que surja la ansiedad por separación, que conlleva conductas desajustadas, como destrozar la casa o defecar y orinar en el hogar.

Los gatos también sufren en soledad

Contrariamente a lo que se suele creer, los felinos también sufren ansiedad por la separación de sus dueños. "El gato lo comunica de forma diferente al perro. Es menos expresivo con sus vocalizaciones (maullidos), pero deja de comer y beber; cambia sus rutinas de juego; se esconde más y socializa menos", aclara Pineda, que recomienda que los perros con ansiedad por separación estén siempre acompañados durante las vacaciones: "No pueden quedarse solos, es mejor optar por una residencia canina, porque siempre estarán rodeados de otros animales y personas".

En el caso del gato es distinto, porque se estresa más al salir de su territorio habitual. "Lo recomendable es que se quede en casa y vaya una persona a atenderle de vez en cuando", advierte la especialista.

Tipos de ansiedad canina por separación

Conocer cómo funciona la cabeza del perro ayuda a comprender lo que siente cuando la soledad le enferma. "El animal no entiende que su dueño se va, pero regresa y que esa situación no se va a perpetuar en el tiempo", aclara la experta en comportamiento animal, que describe los diferentes tipos de ansiedad por separación: "Una cosa es que sea muy intensa y se prolongue durante las ocho horas que el animal se queda solo o que, únicamente, se inicie cuando vea que su dueño se viste y coge las llaves para salir, pero que luego esté tranquilo, o bien, que comience la ansiedad unos minutos antes de que el propietario llegue, porque intuye que su dueño está a punto de aparecer".

No obstante, no todos los perros que se muestran inquietos con la ausencia de los dueños tienen ansiedad por separación. También puede tratarse de un hiperapego, que se produce con una persona en particular, incluso cuando está en casa, pero el perro no tiene acceso a ella.

Cómo se comporta un perro con ansiedad por separación

Las señales que indican que un perro padece ansiedad por separación afectan a su comportamiento: "Ladridos, lloriqueos, gemidos, aullidos, sudoración por las patas, babeo, temblores, descontrol de los esfínteres, chasquido de la mandíbula o de los dientes, pasear de un lugar a otro compulsivamente o girar sobre sí mismo", explica Pineda.

Un perro que tiene ansiedad por separación tiene que cumplir tres requisitos:

  • Signos físicos
  • Que suceda cuando el perro está totalmente solo en casa (no hay otro animal o persona con él)
  • Que haya evacuación de orina o de heces y la destructividad

Este problema del comportamiento suele tener su origen cuando el perro es un cachorro. "Comienza alrededor de los siete meses de edad y se prolonga hasta los dos años, aunque también puede darse en perros adultos. A veces, lo han tenido en la primera etapa de la vida, pero queda congelado y reaparece con la senilidad, cuando los sentidos del animal están más desgastados”, continúa la experta, que destaca la importancia de un correcto y rápido diagnóstico.

Para conseguirlo, se puede documentar audiovisualmente el comportamiento del animal en casa: "Grabarlo en diferentes momentos del día y mostrárselo al especialista para que pueda determinar qué necesita el perro", aconseja la especialista.

prevenir y tratar  la ansiedad por separación  de los perros

La ansiedad por separación es un trastorno que necesita un tratamiento multifactorial, que abarque no solo la medicación, sino también el ambiente y costumbres del perro, para lo cual el papel de los dueños es clave.

"Cada caso es individual y precisará de soluciones diferentes. Por ejemplo, hay animales que se sienten mejor si sus dueños les hacen saber de alguna manera que se van y a otros les puede desatar la ansiedad. Asimismo, a algunos perros les tranquiliza tener un lugar cerrado donde guarecerse, como una caja o caseta, pero a otros no", explica la especialista, que destaca la importancia de que el propietario trabaje mucho el desapego de su animal, para conseguir que entienda que siempre regresa a casa.

"En este sentido, conviene premiar al perro cuando está tranquilo y no prestarle atención cuando se muestra ansioso, para evitar reforzar comportamientos desajustados", matiza la experta.

Cómo acostumbrar a un perro a quedarse solo

El pasado del perro influye en su comportamiento. Si se trata de animales que han sido abandonados, destetados demasiado pronto o han vivido en albergues, tendrán más posibilidades de padecer este trastorno.

Prevenir la ansiedad por separación pasa por enseñar al perro desde cachorro a quedarse un tiempo solo para que comprenda que la soledad no es un problema. "Se le puede dejar música, feromonas olfativas relajantes y enriquecer su ambiente con juguetes interactivos, como los que precisan de movimiento para obtener un premio comestible", recomienda la especialista, que recuerda que el perro no debe quedarse solo muchas horas (menos de ocho diarias).