Durante mucho tiempo, el olfato ha sido relegado a un segundo plano en comparación con sentidos como la vista o el oído. Tanto la ciencia como la cultura popular lo han subestimado y lo han considerado un sentido menor. Sin embargo, este sentido primitivo está profundamente vinculado a nuestra salud y bienestar.
Desempeña un papel clave en cómo percibimos el entorno, en las emociones y en funciones vitales como la memoria y la supervivencia.
¿Tan importante es el olfato?
La pandemia del COVID-19 trajo consigo una nueva perspectiva sobre este sentido, ya que la pérdida del olfato (anosmia) se convirtió en un síntoma clave de la enfermedad y generó una mayor conciencia sobre su importancia.
Este fenómeno despertó un interés renovado por la investigación olfativa y la rehabilitación sensorial.
Así es como el entrenamiento olfativo, una práctica poco conocida hasta hace unos años, ha ganado protagonismo como una herramienta esencial para mejorar la salud del olfato y contribuir al bienestar general.
El entrenamiento olfativo ha sido objeto de múltiples estudios en el campo de la neurociencia que han revelado beneficios significativos.
La exposición repetida a diferentes aromas mejora la capacidad para detectar y diferenciar olores, pero los estudios científicos sugieren que también estimula la neuroplasticidad, es decir, la capacidad del cerebro para reorganizarse y formar nuevas conexiones neuronales, lo que es muy útil en la recuperación del olfato en personas con anosmia, especialmente como consecuencia del COVID-19.
la relación nariz - cerebro
El olfato está estrechamente vinculado a áreas del cerebro relacionadas con la memoria y las emociones, como el sistema límbico y el hipocampo.
Un estudio de la Universidad de Dresde (Alemania) sugiere que el entrenamiento olfativo aumenta la conectividad neuronal, mejora las memorias espacial y emocional y ayuda a preservar la función cognitiva.
Asimismo, un ensayo de la Universidad de California en Irvine (Estados Unidos) mostró que los adultos de entre 60 y 85 años expuestos al aroma de aceites esenciales durante dos horas cada noche experimentaron una mejora del 226% en su memoria a los seis meses, en comparación con un grupo de control. Estos hallazgos subrayan el potencial de la estimulación olfativa para mejorar la memoria y la salud cognitiva en la tercera edad.
Entrenar con aceites esenciales
El entrenamiento olfativo es una práctica sencilla y segura que puede realizarse de forma autónoma.
En caso de anosmia o hiposmia, se sugiere usar aceites esenciales de diferentes familias olfativas para estimular diversas áreas del sistema olfativo. También pueden emplearse extractos naturales, como los de vainilla, café o cacao.
Los aceites esenciales son ideales debido a su amplia variedad de perfiles olfativos, su origen natural y la posibilidad de elegir aquellos que nos resulten más familiares.
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Para una rutina de entrenamiento se recomienda usar entre cuatro y seis aceites de diferentes tipos:
- Cítricos: limón, mandarina, naranja dulce, pomelo.
- Especias: canela, clavo, jengibre, pimienta negra.
- Resinosos: elemi, incienso, mirra, guggul y benjuí.
- Florales: azahar, geranio, lavanda, rosa.
- Aromáticas: albahaca linalol, espliego, hierbabuena, romero cineol, tomillo linalol.
- Amaderados: abetos, pinos, cedros, enebros.
- Otros: citronela, eucalipto, laurel, salvia, manzanilla, etc.
- Combinar aromas: una rutina básica de entrenamiento olfativo podría incluir, por ejemplo, los aceites esenciales de limón, romero cineol, pimienta negra, incienso, lavanda y abeto negro. Si vas a utilizar canela o clavo, toma precauciones a la hora de manipularlos ya que son algo cáusticos para la piel. Procura que no la toquen para evitar molestias.
Cada sesión debe durar unos 15 minutos, con al menos un minuto para cada aroma.
Se coloca una gota del aceite en una tira olfativa o un algodón y se inhala profundamente mientras se intentan evocar recuerdos o sensaciones asociados al aroma.
No se usa un difusor para dispersar los aromas en el ambiente porque dejamos de ser conscientes del aroma demasiado rápido. Esto no ocurre cuando se practica el entrenamiento olfativo con tiras o algodones.
La constancia es clave y se recomienda realizar dos sesiones diarias, por la mañana y por la noche, durante al menos 12 semanas.
Aunque inicialmente no se perciban los olores, la estimulación constante y la atención consciente pueden reactivar las conexiones olfativas. Es útil llevar un registro de las sesiones donde se anote qué aromas se perciben mejor y cómo cambia la capacidad olfativa.
La recuperación es gradual y su velocidad depende de la persona. Se aconseja cambiar algunos aceites cada cuatro semanas si no hay respuesta.
más beneficios de entrenar el olfato
El entrenamiento olfativo puede ser útil en personas mayores y en quienes sufren demencia o alzhéimer.
Es suficiente una sesión diaria con tres o cuatro aceites, por ejemplo, los que han demostrado ser efectivos para estimular la memoria: romero cineol (estimula la concentración y el aprendizaje), salvia española (previene el deterioro cognitivo), limón (favorece la concentración y es ansiolítico) y lavanda (ayuda a controlar la ansiedad y el nerviosismo, en especial en mayores desorientados).
También es una terapia contra el estrés. Aparte de los aceites esenciales de limón y lavanda, son recomendables los de mandarina, naranjo amargo, bergamota, mejorana e incienso. Todos ellos relajan el sistema nervioso, reducen la ansiedad y mejoran la calidad del sueño.
meditación olfativa
Christian Escriva desarrolló la meditación olfativa y el enfoque sensorial, métodos que usan la percepción para conectar con las plantas.
Ha trabajado en la olfacción prolongada, una práctica que implica inhalaciones prolongadas de aceites esenciales o extractos de plantas en el marco de una meditación centrada en un objeto.
El enfoque sensorial busca desplegar la intuición para entender mejor las propiedades de las plantas medicinales, conectando con su genio o espíritu. Este enfoque permite una comunicación más profunda con la naturaleza, usando los sentidos para percibir aspectos sutiles.
Escriva promueve su aplicación en aromaterapia y fitoterapia para el bienestar físico y la expansión de la conciencia sensorial y emocional. Aunque desafiante al principio, es más enriquecedora cuando se realiza en grupo.
Estimula tu creatividad
La creatividad es una herramienta poderosa para transformar la rutina diaria, pues te llena de frescura, flexibilidad y satisfacción.
Ciertos aceites esenciales pueden ser especialmente beneficiosos, ya que ayudan a relajar la mente, despejar bloqueos y fomentar una mayor conexión con la intuición y la inspiración.
- Aceite esencial de azahar: ayuda a equilibrar las emociones, genera alegría, bienestar y armonía que facilitan un flujo creativo más fluido.
- Aceite esencial de incienso: contribuye a aquietar la mente y promueve una sensación de claridad y enfoque, lo que facilita que aparezcan las ideas creativas.
Practica el entrenamiento olfativo 15 minutos al día. Elige primero un aceite y trabaja con él una semana, luego cambia al otro y sigue una semana. No olvides tomar nota de tus observaciones.
el paso a paso de una meditación olfATIVA
La meditación olfativa te permite explorar los aceites esenciales y conectar cuerpo, mente y emociones a través de la respiración.
1. Inicia la meditación
Empieza la meditación olfativa con uno de los tres aromas cítricos mencionados, por ejemplo, el de la cáscara de naranja. Coloca dos gotas del aceite esencial en una tira olfativa y dedica unos 15 minutos a la olfacción, permitiendo que cada aroma penetre en tu conciencia y te envuelva. Antes de empezar, conviene tomarse unos minutos para relajar tanto el cuerpo como la mente. Además, es recomendable tomar notas tras finalizar la olfacción.
2. Tiempo de olfacción
Conviene ir prolongando de forma progresiva la duración de la olfacción. El objetivo es llegar a los 40 minutos en cada sesión. Cuando hayas dedicado tres o cuatro sesiones, puedes pasar al siguiente aceite esencial.
3. Investigación olfativa
Es muy interesante explorar el aroma de los aceites esenciales buscando un denominador común entre diferentes estímulos. Puedes elegir explorar el aroma de algunas plantas que pertenecen a la misma familia botánica y comparten características aromáticas similares.
4. Aromas cítricos
La familia de los cítricos es ideal para los principiantes en el mundo de la investigación olfativa. Esta familia ofrece una gran variedad de aromas agradables y atractivos que se caracterizan por su frescura, luminosidad y energía revitalizante. Puedes empezar con los tres aceites esenciales procedentes del naranjo amargo: la hoja (petit grain), la flor (azahar o nerolí) y la cáscara del fruto.
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