Cuando se le pide a alguien que, sin pensarlo demasiado, diga un número del uno al diez, no es extraño que el siete salga con mucha frecuencia. Todos sabemos que es un número especial, “mágico”. Los ejemplos son abundantes y cubren todas las épocas y lugares.
La importancia del número 7 en nuestra vida
La vida en septenios
Cada siete años se considera que se han renovado por completo las células del cuerpo. Y respecto a las edades de la vida, éstas también tienden a seguir un ritmo septenario:
- A partir del séptimo mes de gestación se considera el feto viable.
- La primera infancia abarca hasta los 7 años (uso de razón).
- 7x2=14. Fin de la infancia, adolescencia.
- 7x3=21. Mayoría de edad.
- 7x4=28. Juventud.
- 7x5=35. Edad adulta.
- 7x6=42. Madurez.
La semana de siete días
Pero quizá donde vemos más claramente la importancia de los ciclos marcados por el número 7 es en la semana. Formada por siete días, la semana es al fin y al cabo un reflejo de un ritmo cósmico septenario: lo que esos siete días suponen para nosotros ocurre a su vez a otra escala y en otros planos de la realidad.
La semana nos ayuda a organizar nuestras actividades, generando un orden externo pero también interno. Armoniza los estudios o el trabajo, el ocio y el descanso. Es un patrón cultural que obedece a un patrón natural, que nos permite delimitar la infinitud del tiempo.
Otros ejemplos de la importancia del número 7
Otros ejemplos de la importancia que damos al número siete:
- Los 7 colores y las 7 notas musicales son bien conocidos.
- En la escritura jeroglífica el siete se representa con la figura de una cabeza humana, haciendo alusión a los 7 orificios que ésta presenta (dos ojos, dos oídos, dos fosas nasales y una boca).
- En la antigua Grecia las referencias son frecuentes: 7 sabios, 7 cuerdas de la lira, 7 puertas de Tebas... El culto a Apolo se realizaba el séptimo día del mes. El asentamiento de Roma sobre 7 colinas es también significativo. En la Biblia es uno de los numeros que más veces aparece citado, siendo el candelabro de los 7 brazos el emblema del pueblo judío.
- Dentro del Cristianismo se da también importancia al septenario: 7 pecados capitales (orgullo, avaricia, lujuria, envidia, gula, cólera, pereza), 7 virtudes (fe, esperanza, caridad, fuerza, justicia, prudencia y templanza), 7 semanas entre Pascua y Pentecostés... En el libro del Apocalipsis es un número fundamental para su comprensión simbólica.
- El Coran tiene, para los sufíes, siete sentidos ocultos y siete son los profetas del Islam (Adán, Noé, Abraham, Moisés, David, Jesús y Mahoma).
- En Oriente los ejemplos son también abundantes: 7 ruedas sobre las que se muere el tiempo según el Atharva veda, 7 chakraso centros sutiles en el cuerpo, 7 períodos de 7 días en el Bando (existencia entre una vida y la siguiente según el budismo tibetano)...
- Para describir los niveles del mundo espiritual muchos textos sagrados se refieren a los siete cielos que recorren las almas en su retorno al Principio único. La expresión estar en el séptimo cielo alude a un estado de máxima felicidad.
Qué significa el número 7
Según Pitágoras, todo está regido por el número. Detenerse en el simbolismo del número siete permite entender, por ejemplo, por qué nuestras vidas pueden dividirse en septenios y por qué transcurren en periodos semanales.
Lo haremos de dos maneras, una estética (espacial), y otra dinámica (temporal).
El 7 es el número del universo
Nuestra casa, el Universo, puede ser representado por el número siete. ¿Qué hacen los niños cuando quieren dibujar una casa? Basta con trazar un cuadrado y ponerle un triángulo encima. Si sumamos esas dos figuras: 4 + 3 =7.
El cuaternario rige la manifestación material (cuatro puntos cardinales, cuatro estaciones…) y, según la física, el espacio tridimensional y el tiempo (3+1=4) constituyen el universo. El ternario rige, por su parte, la manifestación espiritual.
Esto da origen al simbolismo fundamental de todas las tradiciones de la humanidad: el Cielo (triángulo, 3) y la Tierra (cuadrado, 4). La suma, el siete, representa la totalidad del universo creado.
Digamos de paso que la unión del Cielo y la Tierra queda a menudo expresada en el simbolismo arquitectónico de muchos templos, cuando hay una base cuadrada sobre la que reposa una cúpula (lo celeste es redondo), el triángulo (Partenón de Atenas) o el prisma triangular (pirámides de Egipto).
El número 7 y su simbolismo temporal
Desde un simbolismo dinámico, el seis es el número del Macrocosmos, de la creación. Seis son, en efecto, las direcciones del espacio: arriba, abajo, derecha, izquierda, delante y atrás. O dicho de otra manera: cenit, nadir, este, oeste, norte y sur. La representación sería una cruz tridimensional. A esto hay que añadir otra dirección: el centro u origen de la expansión. Es decir, 6+1=7.
Los indios norteamericanos se refieren en sus ritos a las siete flechas, y en los Vedlas de la India el Sol (ranya) tiene siete rayos, aludiendo siempre a una séxtuple proyección más el centro. Ahora podemos entender mejor que los seis primeros días de la semana representan el proceso dinámico cosmogónico (creación del mundo) y el séptimo la vuelta al origen.
El mismo simbolismo cabe aplicar a los siete días de la creación que relata el Génesis ("y el séptimo descansó"). El Domingo para los cristianos y el Sabbat para los judios es un día santo porque simboliza la paz y el reposo.
La ley mosaica ordenaba santificar mediante la cesación de las labores agrícolas un año de cada siete. En ese año de barbecho los frutos salvajes pertenecían a los pobres, el amo debía liberar a sus esclavos y los acreedores esperar para reclamar sus deudas. Y cada 49 años (7x7) había un año sabático más solemne, el “año jubilar”, en el que todas las tierras retornaban a su antiguo dueño.