El gran remedio chino para combatir la astenia, el estrés y la debilidad es el ginseng coreano o ginseng rojo (Panax ginseng C.A. Meyer), una prodigiosa raíz con propiedades adaptógenas y estimulantes que aporta también beneficios para la salud del corazón y para favorecer la memoria.
Con el nombre genérico de ginseng se conocen de forma no poco forzada o publicitaria algunas plantas que comparten con Panax ginseng una cierta acción estimulante y vigorizante, como el eleuterococo o ginseng siberiano, la maca o ginseng amazónico, la ashwaganda o ginseng indio, o la rodiola o ginseng nórdico o ártico. No obstante, todas estas plantas no están en nada emparentadas con el ginseng nominal.
En cambio, contamos con plantas que sí están emparentadas, como lo son diferentes especies de ginseng del mismo género Panax, muy afines al ginseng coreano, como el ginseng japonés Panax pseudo ginseng y sus variedades, el ginseng chino o San Chi Panax notoginseng, o bien el llamado ginseng americano o de cinco hojas Panax quinquefolium, que en efecto se cultiva en Norteamérica. Muestran algunas diferencias morfológicas, como en la forma de las hojas y el color de las flores, pero comparten algunas –no todas– de sus propiedades terapéuticas.
El ginseng coreano crece de forma natural en la zona de Manchuria, Corea del Sur, Siberia central, Nepal y otras zonas del Asia central, pero sobre todo se cultiva en grandes viveros medicinales. El ginseng nunca falta en los mercadillos y mercados callejeros chinos, tanto en China, como en los barrios chinos de otras ciudades fuera de la China.
Propiedades del ginseng
El ginseng es una planta herbácea, de un metro o poco más de alto, con hojas compuestas de cinco foliolos y flores verde-amarillentas agrupadas en inflorescencias densas y globulosas. Las bayas son carnosas, de color rojo intenso. Pero la parte medicinal es la raíz, con una forma que en algunos casos podría recordar la de una figura humana.
La raíz del ginseng rojo o ginseng coreano es muy aromática y de sabor amargo. Se recolecta en el sexto año de vida de la planta y contiene saponósidos triterpénicos como los ginsenósidos o panaxósidos, trazas de aceite esencial con limoneno, citral y otras sustancias volátiles, fitosteroles (beta-sitosterol), fitoestrógenos, sales minerales y vitaminas del grupo B y vitamina C, así como resinas.
La raíz de ginseng actúa como estimulante del sistema nervioso central. Se ha demostrado que aumenta la resistencia inespecífica a las enfermedades y que favorece la recuperación tras un ejercicio físico extenuante. Se le atribuye, por tanto, una capacidad adaptógena muy acentuada, así como una ligera acción inmunoestimulante.
Se le ha considerado también afrodisiaco y se le atribuyen propiedades tónicas, hipertensivas, hipocolesterolemiantes, ligeramente hipoglucemiantes y una acción cardiotónica nada desdeñable.
Para qué sirve el ginseng
El ginseng rojo o ginseng coreano se ha considerado una panacea medicinal en la medicina tradicional china, y ya su nombre genérico de Panax, por Panakos (panacea) advierte de ello. Investigaciones recientes han contribuido a confirmar algunos de los beneficios que se le atribuyen en esta medicina tradicional, además de ayudado a establecer otros efectos beneficiosos. Estas son sus principales indicaciones:
- Es el gran remedio chino para combatir el estrés, pues incide sobre el sistema nervioso central, ayuda a enfrentarse a la presión que el estrés ejerce sobre el organismo y permite superarla.
- Se indica también como apoyo natural en periodos de convalecencia y debilidad tras una enfermedad o tras un episodio depresivo. Entre sus beneficios estaría el de contribuir a recuperar la normalidad en el sistema nervioso o homeostasis.
- Se impone como un remedio herbario de primer orden para el tratamiento de los síntomas de la astenia, como la debilidad, la apatía y la fatiga física y metal. Está recomendado por sus beneficios para deportistas extremos, expedicionarios o personas sometidas a una alta exigencia psico-física.
- Se ha indicado como apoyo en ataques de ansiedad leves, incipientes o pasajeros, combinado con otras hierbas que refuercen la acción sedante. Entre los beneficios del ginseng estaría el de favorecer el desarrollo y la potenciación de los procesos cognitivos, que ayudarían a relativizar los problemas, rehuir los estados de pánico y superar el estado ansioso en sus facetas iniciales.
- Se le atribuye la capacidad de favorecer la memoria y el poder de concentración, siendo esta una de las atribuciones usuales de la medicina tradicional china.
- El ginseng, según demuestran diferentes estudios clínicos, muestra una cierta acción inespecífica que favorecería la proliferación de linfocitos y la producción de anticuerpos, aumentando de tal modo la respuesta autoinmune del organismo frente a la acción de radicales libres y previniendo la aparición de infecciones.
- Se ha ensayado a nivel preventivo como anticancerígeno sobre algunos tipos de tumores, por su función sobre las células patógenas, pero también como apoyo natural a tratamientos con quimioterapia, como se recoge en Evidenced-Based Complementary and Alternative Medicine.
- El ginseng muestra cierta eficacia como tónico cardíaco, produciendo un ligero efecto hipertensor en tratamientos de no más de dos meses. Se ha indicado como apoyo en caso de tensión baja o hipotensión, o bien para tonificar el ritmo cardíaco en personas con bradicardias (latidos lentos o irregulares).
- Se le atribuye una cierta acción hipolipemiante e hipoglucemiante. En la medicina china tradicional se usa, en tal caso, para tratar los niveles altos de colesterol, para prevenir los accidentes vasculares y como apoyo en la diabetes.
Ginseng y sexualidad
El ginseng no es un afrodisiaco milagroso, pero como estimulante del sistema nervioso, sumado a su acción defatigante, ayuda a superar los estados de abulia, desgana o apatía sexual.
Se le atribuye la capacidad de restaurar la capacidad eréctil en el varón de cualquier edad, sobre todo en la madurez, de ayudar a recobrar el apetito sexual y de corregir la impotencia, pero no parece que exista una evidencia científica que lo avale.
En todo caso, el ginseng actuaría a nivel mental, como un estimulante de rápido efecto, que permitiría, en algunas personas, vencer la inhibición y ganar interés en el contacto social y sexual.
Cómo se toma el ginseng
El ginseng se suele vender en forma de raíz seca o en polvo.
Se toma en forma de decocción, mejor si lo combinamos con otras hierbas, no más de dos vasos diarios, el último alejado del momento de acostarnos por la noche.
Se encuentra también en forma de tintura o extracto líquido, y en cápsulas y comprimidos, de los que bastaría tomar el equivalente a 200 y 400 mg diarios, según la dolencia a tratar, sin llegar a superar el gramo diario.
En herbolarios y farmacias existe una amplia variedad de productos con ginseng, que muchas veces aparece asociado a otras sustancias, como la jalea real, el azafrán, la ashwaganda, el ginkgo y otros, así como con compuestos vitamínicos.
Tisana de ginseng para la astenia
- Ingredientes: Raíz de ginseng en polvos, romero, ajedrea, menta y limón.
- Preparación: Mezcla bien las hierbas a partes iguales y separa 5 g de la mezcla por vaso de agua. Hierve 2 minutos, deja en reposo y agrega una corteza de limón o bien el zumo de medio limón grande.
- Cómo se toma: Hasta dos vasos al día, el último alejado del momento de acostarse.
Tisana de ginseng para el estrés
- Ingredientes: Ginseng, genciana, jengibre, melisa, romero, hibisco y naranja amarga.
- Preparación: Mezcla las plantas a partes iguales y separa una cucharada sopera de la mezcla por taza de agua. Pon a hervir 2-3 minutos, deja en reposo y cuela.
- Cómo se toma: Se toman dos o tres vasos al día, bien espaciados.
Cuánto tiempo tarda en hacer efecto el ginseng
A la hora de adquirir ginseng, cabe asegurarse antes de que realmente se trata del ginseng rojo o coreano, porque se comercializan productos con otros ginseng afines o que incluso nada tienen que ver, y sus propiedades terapéuticas podrían resultar distintas a las buscadas.
Y como sucede con la mayoría de tratamientos, no solo herbarios, el tiempo que tarda en dar resultados constatables puede variar mucho de una persona a otra. Como pasa, por poner un ejemplo, con la cafeína, que afecta más a unas personas que a otras, lo mismo podría aplicarse al ginseng.
Los expertos recomiendan tratamientos de hasta 4 a 6 semanas, con periodos de descanso de unos tres meses, y si los síntomas persisten, se debe acudir a un especialista. Y no superar la toma de 1 g al día, en cualquiera de sus presentaciones.
No obstante, algunos estudios apuntan que la eficacia puede reducirse a las ocho semanas de tratamiento con ginseng.
Efectos secundarios y contraindicaciones
La toma continuada o persistente de ginseng puede producir, como se ha evidenciado en algunos estudios clínicos, hiperestrogenismo, con metrorragias y mastalgias, así como una tendencia al aumento de la presión arterial, sobre todo en caso de tratamientos largos.
El ginseng no es una planta que pueda ser tomada a la ligera. Existen diferentes consideraciones que no deben perderse de vista:
- No tomes ginseng si has sufrido enfermedades relacionadas con los estrógenos, como el cáncer de mama.
- No tomes ginseng si eres hipertenso, ni siquiera si estás siguiendo un tratamiento con fármacos antihipertensivos.
- No tomes ginseng para la diabetes si estás siguiendo un tratamiento con fármacos. El ginseng puede interactuar con la insulina.
- También se desaconseja a pacientes que sigan tratamientos con medicamentos que desarrollen efectos antiplaquetarios, así como otros fármacos para el corazón, como los derivados de la digitalina. O en todo caso, es preciso consultar con tu médico de cabecera. Tampoco debe combinarse con medicación antidepresiva, ansiolítica y somníferos.
- Por su claro efecto sobre el sistema inmunitario, cabe estar bien asesorados antes de tomarlo en caso de sufrir alguna enfermedad autoinmune, como la artritis reumatoide, el lupus o la esclerosis múltiple.
- No debe tomarse en caso de insomnio, irritabilidad nerviosa y presencia de palpitaciones.
- No se debe administrar a niños menores de 12 años y se desaconseja a mujeres embarazadas y en periodo de lactancia.
Jordi Cebrián Asesora: J. Mª. Teixé, herborista de "El Manantial de Salud"