La biznaga o viznaga (Ammi visnaga) es una planta umbelífera, como la zanahoria y el hinojo, cuyos atributos medicinales ya eran bien conocidos en el antiguo Egipto.
Se sabe que la cultivaban y usaban para curar diferentes problemas, como el dolor agudo producido por las piedras del riñón. En la Edad Media, en el área de influencia islámica, llegó a ser considerada una panacea.
Aunque es originaria de la ribera sur del Mediterráneo y Oriente Medio, crece también en la orilla norte, desde la península Ibérica hasta Turquía. Aparece subespontánea entre la vegetación ruderal en márgenes de caminos y o bien en campos de cereales.
Se trata de una planta robusta, de algo más de un metro de alto, con las hojas divididas en segmentos lineales, de aspecto plumoso, y umbelas grandes, con muchos radios y brácteas largas en su base. Las flores son diminutas, de color blanco.
En los herbolarios encontrarás semillas enteras o pulverizadas para infusión; en tintura, extracto líquido y en cápsulas.
Propiedades medicinales de la biznaga
La biznaga contiene furocromonas, como la quelina y la visnagina, que le confieren virtudes relajantes sobre la fibra muscular, así como flavonoides (en concreto, quercetol), esteroles y un aceite esencial.
Varios estudios han confirmado la acción antiespasmódica de las furocromonas y su efecto relajante sobre la musculatura bronquial, las vías urinarias y las arterias coronarias. Actúan durante varias horas y no tienen efectos secundarios.
Para qué sirve la biznaga
La biznaga se ha utilizado tradicionalmente para aliviar el dolor, a veces intenso, producido por un cólico nefrítico, que delata la presencia de cálculos en el riñón.
Se indica asimismo en ataques asmáticos, bronquitis, insuficiencia coronaria y arritmias.
La biznaga es además, una especia muy apreciada en la cocina árabe, a la que aporta un cierto regusto picante, como el cardamomo. Al procurar calor al cuerpo, es tenida por afrodisiaca.
Esta planta se combina a menudo con otros preparados en infusiones de postre por sus propiedades carminativas, que facilitan la expulsión de gases y ayudan a rebajar la hinchazón abdominal después de comer.
Cómo se prepara
Para el alivio del cólico nefrítico, la fórmula más efectiva es tomar la tintura o el extracto líquido mezclado con agua o zumo (hasta 30 gotas en tres tomas diarias).
También podemos preparar infusiones de biznaga con otras plantas con las que se complementa:
Tisana digestiva frente a los gases y la hinchazón
La biznaga se combina a menudo con otras plantas en infusiones de postre por sus propiedades carminativas. Sus semillas se asocian al hinojo, al anís verde y al regaliz.
Cómo prepararla: Se vierte una cucharadita de la mezcla por vaso de agua. Se hierve un minuto y se deja reposar cinco más. Se toma después de las comidas.
Infusión para despertar la libido
Se combina la biznaga con damiana, canela y menta.
Cómo prepararla: Se hierve una cucharada sopera de la mezcla por vaso de agua durante 1 minuto y se deja reposar otros 5, tapada. Bastan una o dos tomas diarias.
Precauciones y contraindicaciones
La biznaga debe ser evitada en el embarazo y la lactancia, y en ningún caso debe tomarse en dosis altas, ya que podría causar náuseas, vértigos, cefaleas e insomnio.
La quelina de la biznaga puede activar la fotosensibilización en algunas personas, por lo que conviene evitar la luz solar tras consumir la planta.
No obstante, combinada con una dosis controlada de irradiación ultravioleta, la quelina se ha explorado para el tratamiento del vitíligo o pérdida de pigmentación en la piel, un uso que solo debe hacerse bajo estricto control médico.
Jordi Cebrián. Asesora: J Mª Teixé, herborista de «El Manantial de Salud»