La belladona, planta altamente tóxica y potencialmente mortal, contiene alcaloides con gran poder curativo, lo que explica que derivados de estos integren en medicamentos útiles para tratar afecciones bronquiales, hepáticas, nefríticas y cardíacas. Pero el uso de estos alcaloides debe hacerse bajo estricto control médico y en dosis mínimas.
Qué es la belladona
La belladona (Atropa belladona L.) es una planta herbácea que puede llegar a alzarse metro y medio o incluso dos metros. Es robusta, de hojas grandes, ovadas y agudas, de aspecto lustroso, y bellas flores axilares, en forma de campana tubular, de color pardo púrpura. El fruto es una baya negra al madurar –verde cuando es inmadura-, esférica, brillante, inserta en los sépalos, que contiene varias semillas en su interior. Estas bayas son muy tóxicas, y en ningún caso deben consumirse.
La belladona aparece en claros de bosque, márgenes forestales, barrancos y rieras. Se distribuye por la Europa occidental hasta los Balcanes. En la península Ibérica se extiende por el noreste y el norte, aunque no es muy común. Se planta en viveros medicinales y algunos jardines.
La belladona pertenece a la familia de las solanáceas, la familia del tomate, que, como se sabe, incluye bastantes especies tóxicas. Se conoce también como "tabaco bastardo".
La toma de belladona constituía una apuesta arriesgada antiguamente, y se dice que algunas mujeres, en la Italia medieval, la consumían para embellecer su mirada, debido al efecto midriático que ejerce, y que dilata las pupilas de forma exagerada.
Este efecto venía dado principalmente por un alcaloide, la atropina. Como se explica en el Dioscórides renovado, “una vez la pupila queda dilatada, el ojo da imágenes desenfocadas, borrosas, sin que sea posible recobrar la movilidad ocular hasta pasado un tiempo”.
Principios activos de la belladona
De la belladona se utilizan las hojas y las raíces, y en menor medida las flores. Los frutos contienen un exceso de toxicidad. Florece durante el verano.
Las partes aéreas contienen diferentes alcaloides tropánicos, como la hiosciamina, la predominante en la planta fresca, atropina (dominante en la planta seca), norhiosciamina, norartropina, ésteres como escopolamina, hioscina, flavonoides, hidroxicumarinas; en la raíz también hay atropina, umbeliferona, hisciamina, cumarinas y bellardina, entre otros principios activos.
Efectos tóxicos de la belladona
Toda la planta es muy tóxica, y especialmente los frutos, que pueden ser cosechados por error y consumidos, con consecuencias fatales.
La belladona tiene un efecto parasimpacolítico y midriático, y puede paralizar el sistema nervioso central en intoxicaciones moderadas o severas.
La intoxicación con belladona se manifiesta con síntomas como sequedad de boca, rápidamente seguido de mareos, vómitos, visión borrosa, midriasis (dilatación de las pupilas), taquicardia y más adelante, si la intoxicación es fuerte, se pueden producir convulsiones, espasmos, confusión y alucinaciones. En casos extremos, puede degenerar en ahogos, dificultad para respirar y muerte.
Cabe alertar que el consumo de apenas 3 bayas por un niño provocaría su muerte en cuestión de pocos minutos y que una decena es suficiente para matar a un adulto de peso normal.
Para qué se utiliza la belladona
La atropina y otros alcaloides de la belladona han formado parte de numerosos medicamentos broncodilatadores, vasoconstrictores y analgésicos.
Se la considera también febrífuga, antiinflamatoria, antiasmática, antiespasmódica, diurética, digestiva y analgésica por vía externa.
Aunque su uso está totalmente desaconsejado, se ha hecho un uso muy medido y controlado de la belladona como broncodilatador, en espasmos bronquiales y ataques asmáticos; para desinflamar las vías respiratorias altas en faringitis y laringitis; para aliviar el dolor en cólicos nefríticos; como midriático, para ayudar a dilatar las pupilas en exploraciones oftalmológica; para la hipersudoración y, de forma tradicional, para controlar los movimientos musculares involuntarios o reflejos, entre otros usos.
Es también un analgésico externo bastante potente, utilizado para reducir el dolor y la inflamación en procesos reumáticos y en dolores neurálgicos.
Contraindicaciones de la belladona
Por su alta toxicidad, derivada de su contenido en diferentes alcaloides activos, los expertos desaconsejan por completo su uso por vía interna. Sólo debe usarse bajo prescripción médica.
Está muy contraindicada en caso de glaucoma (por el citado efecto midriático), de insuficiencia renal, hepática o cardíaca, en caso de hipertensión arterial, en caso de que se padezca de reflujo gastroesofágico, cólicos, síndrome del colon irritable y enfermedades neurológicas como el parkinson.
Cómo se usa la belladona
Por vía externa se ha usado la decocción para baños, friegas y masajes contra el dolor muscular y reumático. No debe utilizarse bajo ningún concepto, por prudencia, en forma de enjuague o colutorio.
Belladona en homeopatía
Su uso más frecuente es en dosis homeopáticas –marcadas por el médico homeópata- para el tratamiento del parkinson, de la bronquitis aguda, de otras infecciones respiratorias, de los dolores menstruales, la incontinencia urinaria, las cefaleas, los espasmos gástricos y la falta de sueño, entre otras indicaciones.
Por Jordi Cebrián, periodista especializado en fitoterapia