Eckhart Tolle estudiaba en la Universidad de Londres, después de haber pasado por la de Cambrigde buscando respuestas intelectuales que nunca eran suficientes. Su obra se fundamenta en las enseñanzas de grandes maestros espirituales de la historia como Jiddu Krishnamurti y Ramana Maharshi.
“El amor, la alegría y la paz no pueden florecer hasta que usted se haya liberado del dominio de la mente.”
“Cuanto más continuaba con mi búsqueda intelectual, más fuerza adquiría mi sensación de desesperación”, afirma. Pero seguía con ella porque le transmitía una sensación ilusoria de identidad. A sus ojos y a los de los demás, se había convertido en una especie de erudito que le proporcionaba una satisfacción egoica.
Pero, en la oscuridad de la noche, tuvo un deseo irresistible de matarse. El pensamiento “no puedo vivir más conmigo mismo” seguía dando vueltas por su cabeza.
El despertar de Tolle: detener la compulsión del ego
Hasta que de repente comprendió que esa frase implicaba que había dos yoes en él, un ser que sufría y otro que tomaba distancia y ejercía de observador. Justo en ese momento, tuvo lugar una “desidentificación”. Su identidad se separó del ego ficticio, disolviéndose ese ser de inmediato para dar paso a una sensación de profunda paz interior.
Steve Taylor, en su libro Salir de la oscuridad, hace referencia a ello:
“Al levantarse de la cama, Tolle supo que era una persona nueva. Estaba en un estado de asombro y dicha. No sabía lo que le había sucedido, solo que sentía una asombrosa sensación de paz. Aunque en ese momento no fuera totalmente consciente, uno de los cambios psicológicos más importantes experimentados por Eckhart Tolle era que su mente se había sosegado; la cháchara incesante del ego se había detenido”.
A partir de esta vivencia, su mente iba más despacio y estaba mucho menos activa. Podía pasar largos períodos de tiempo sin pensar o pensando muy poco, y solo en cosas importantes. Había dejado de identificarse con los procesos de pensamiento, logrando reducirlos a un ochenta por ciento.
Su mente dejó de estar en el pasado y en el futuro, para instalarse en el momento presente. Se hizo más consciente de la belleza que contiene la vida, dejando de percibir el mundo como un ambiente hostil y amenazador.
Conectar con el mundo sin interpretarlo
La experiencia vivida llevó a Eckhart Tolle a apreciar la grandeza de los actos más pequeños, la belleza de los objetos más insignificantes y el asombroso poder de la naturaleza. Ya no existía una separación entre él y el mundo que le rodeaba, sino una profunda y sincera unidad.
"Podía mirar las cosas sin poner una etiqueta, sin llamarlas algo. No interpretaba a los seres humanos, solo dejaba que fuesen como eran". Fue capaz de liberarse de la necesidad de clasificar sus percepciones.
La compulsión mental, según el autor, es definir e interpretar inmediatamente todo lo que percibimos, viviendo sumergidos en una realidad conceptualizada. Estamos llenos de puntos de vista y opiniones con los que nos identificamos.
“Sin la compulsión de interpretar las cosas, hay una libertad de percepción. Por eso se le llama liberación”.
A partir de entonces, Eckhart se convirtió en un maestro espiritual sin pretenderlo. La gente se sentía atraída por su presencia. Le hacía preguntas. Y descubrió que las respuestas parecían surgir de manera natural en su interior, sin necesidad de esforzarse. Según él, en las salas en las que peroraba, el campo energético que se creaba era más importante que sus palabras.
Eckhart Tolle no se considera una persona especial. Cuenta que, cada vez que está ante un auditorio, interpreta, como si dijéramos, el papel de gurú o de maestro porque dice que es lo que se requiere de él en ese momento. Pero, cuando sale de la sala, deja de ser “inmediatamente” el maestro espiritual que los demás reclaman y solamente es una consciencia abierta que no lleva una imagen de quien es.
Porque, como afirma, cada imagen que llevamos nos conduce al sufrimiento. Por esta razón, él prefiere ir por la calle sin ser nadie en particular, sino simplemente un espacio consciente.
El arte de vivir en el ahora
Eckhart Tolle nos enseña que para alcanzar el despertar espiritual y la plenitud necesitamos primero trascender nuestro ego. Para ello, es necesario liberarnos de la identificación con nuestros pensamientos y abandonar la vivencia recurrente en el pasado y en el futuro para llegar a ser un espacio consciente en el momento presente.
Sus principales enseñanzas nos ayudan a que lo logremos:
No eres tu mente. El ser es tu identidad más profunda, tu verdadera naturaleza. Pero no llegarás a ella a través de tu mente, solo podrás conocerla dejándola en silencio.
Libérate de tus interpretaciones.
Tu pensamiento es la información y la experiencia adquirida por el paso del tiempo. Si estas hubieran sido diferentes, tu historia también lo sería. No te dejes esclavizar por tus interpretaciones y ábrete plenamente al presente sin juicios ni etiquetas. Acepta y, después, actúa.
Mira cualquier cosa que contenga el momento presente como si la hubieras elegido. Convierte el presente en tu amigo y aliado, no en tu enemigo, y trabaja siempre a favor de él.
Aprecia la belleza que te rodea. Observa su esencia. Su autenticidad la hace diferente.
Descubre la belleza de las pequeñas cosas, de los pequeños actos y de la naturaleza. Acaba con la ilusión del tiempo. Retira el tiempo de tu mente y esta se parará. El pasado te da una identidad y el futuro se emerge como una promesa de salvación, pero ambos son ilusiones. Cuanto más te enfoques en ellos, menos oportunidades tendrás de apreciar lo más precioso que hay, el presente. Mantente presente. Obsérvate.
Estés donde estés no dejes de estar en ese momento y luego decide si permanecer, cambiar algo o aceptar plenamente lo que estás viviendo.
Algunas de sus frases
- “Algunos cambios parecen negativos en la superficie, pero te darás cuenta de que se está creando espacio en tu vida para que algo nuevo emerja.”
- “Solo puedes perder algo que tienes, pero no puedes perder algo que eres.”
- “Practica la presencia, abraza el lugar donde ocurre la vida.”
- “Amar es reconocerte a ti mismo en otro.”
- “ El reconocimiento y la aceptación de los hechos te permite cierta libertad respecto a ellos.”
- “El pasado no tiene poder sobre el momento presente.”