El método cotidiano de relajación por excelencia, el más practicado y reparador es el sueño. Decía Shakespeare: "En el banquete de la vida, dormir es el mejor alimento". La falta de horas dormidas produce fragilidad corporal, agotamiento físico y mental, en la mayoría de casos mal humor y, si no se remedia, la pérdida de la salud.
El sueño reparador se puede recuperar de muchas maneras. Por ejemplo, antes de ir a dormir, reduciendo la actividad paulatinamente hasta llegar al mínimo posible, de manera que se pueda centrar la atención en cosas que ayuden a relajarse. Pero, aun así, a veces se sigue sin hallar el descanso.
Uno no sabe cómo manejar la intranquilidad; la respiración se acorta e incluso puede parecer que apenas pasa de la garganta y que falte el aire. Cuando se presentan sensaciones así y no se logra dormir, se puede acudir al cuerpo en busca de auxilio.
12 ejercicios fáciles y eficaces contra el insomnio
Estos ejercicios, a través de movimientos y visualizaciones que actúan sobre el diafragma y la respiración, devuelven la calma y la placidez que concilia con el sueño.
Están pensados para iniciarlos de pie, continuarlos sentado en la cama y acabarlos tumbados en ella preparados para dormir.
Todos se ejecutan lentamente, estando alerta a lo que va sucediendo, en el propio cuerpo, en nuestros apoyos con la tierra y en lo que nos llega a través de los sentidos. Queremos estar en el lugar y en el momento en los que estamos, que son los que van a permitir dormir. Deseamos volver al momento mágico del presente, el que contiene la luz, la relajación y nuestro sueño.